Para muchos especialistas a nivel mundial, el litio es "la energía del futuro". Cualquier implemento que necesite energía para funcionar puede hacerlo con tecnología desarrollada a partir de este mineral; es la base, por ejemplo, de las baterías de los teléfonos celulares, las computadoras portátiles y los autos eléctricos.
En Córdoba, hay una pyme que viene trabajando para poder expandirse en esta industria y con un aspecto distintivo: el objetivo es fabricar la primera batería de litio casi 100 por ciento nacional. La empresa se llama Sol.Ar nació y surgió durante la última gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
"Comenzamos ensamblando en Catamarca, donde está una de las reservas de litio más grandes de la Argentina y del mundo. Ahí el 80 por ciento era importado y después se complicó la continuidad, porque el programa no siguió en las mismas condiciones, comenzó a haber fuertes variaciones con el dólar y existían trabas para importar", recordó Alejandro Cometto, presidente de la firma.
Tras un período de pausa, volvieron a la carga en la localidad de Toledo, donde ya están armando los primeros equipos. "Todavía estamos en etapa de prototipo. Lo único que nos estaría faltando es desarrollar la parte del electrolito, que es el líquido que hace funcionar la batería, algo que estábamos trabajando con una universidad de Buenos Aires y se demoró con la cuarentena", agregó Cometto.
Otro factor fundamental para que Sol.Ar quede habilitada para comercializar esta batería es que el producto sea homologado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti). El problema, en este punto, es que como no hay otras empresas en Argentina que utilicen este modelo de fabricación, el Inti tiene que determinar nuevos parámetros para autorizar o no el producto, lo que también puede demorar el proceso.
Según Cometto, lo que distingue a estas baterías de otras, que sólo se ensamblan en el país con la mayoría de los componentes traídos desde el exterior, es que el 80 por ciento de los insumos son nacionales. El factor diferencial es que en Sol.Ar realizan la transformación de la materia prima básica, el carbonato de litio, en litio-ferrofosfato.
Una vez que finalicen con todas las homologaciones, el horizonte de negocio es amplio: desde equipos para energías renovables y vehículos eléctricos hasta implantes médicos. Por caso, uno de los prototipos que han desarrollado es una batería para nebulizadores, ideal para pacientes infectados con Covid-19 que no necesiten estar en terapia intensiva, pero sí asistidos en sus hogares.
La apuesta es reemplazar baterías que se traen desde el exterior y que no tienen mucha más tecnología que la cordobesa. "No va a ser una batería para la Nasa, le apuntamos a un rastrojero. Queremos que sea algo realmente masivo", relató el emprendedor.
Para llevar adelante esta iniciativa, la pyme cuenta con el apoyo de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, y con el sostén técnico de investigadores de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) y de la Universidad Nacional de Río Cuarto(UNRC).
El combustible fósil será algo del pasado
Mirada ambiental
Además, otro aspecto que distingue al proyecto de Sol.Ar es que tiene una mirada ambiental. En primer término, porque utiliza insumos con bajo impacto RoHS (de las siglas, en inglés, de restriction of hazardous substances, que significa "restricción de sustancias peligrosas"): litio, hierro y fosfato son químicos menos peligrosos que otros que pueden utilizarse en estas baterías.
En segundo lugar, porque firmó un acuerdo con una firma australiana para recibir y reciclar baterías de litio agotadas una vez que hayan cumplido su función, informó La Voz.
Mientras las investigaciones siguen en Argentina, países como Alemania han dado un paso al frente para potenciar su política que favorezca el uso de vehículos eléctricos. El país requerirá que las estaciones de servicio ofrezcan carga EV.
Aunque los detalles del plan no se conocen, y por tanto no existe todavía una línea de tiempo y el tipo de cargadores necesarios para llevar a cabo el plan, se trata de un impulso pionero por la adopción masiva de los eléctricos.
De ahí que los nuevos incentivos traten de darle la vuelta a la dinámica actual. Además, Alemania también está duplicando los subsidios existentes a 6.000 euros en vehículos eléctricos que cuestan hasta 40.000 euros, y lo hace al mismo tiempo que implementa impuestos más altos para los SUV de combustión interna con mayor gasto de combustible.