A contramano de una economía argentina que todavía lo lograr salir de la recesión, el segmento fintech crece a "tasas chinas": no solo registra un 2020 con cifras récord de transacciones y nuevos usuarios, sino que también se expande hacia otros mercados a la vez que suma más jugadores al segmento.
Se trata de un nicho dinámico, en constante ebullición y que va en sintonía con lo que ya ocurre en el resto del mundo.
De acuerdo a un estudio de Mastercard al que accedió en exclusiva iProUP, los pagos online a nivel mundial superaron por primera vez a los realizados en comercios físicos durante el primer trimestre de 2020, mientras que cuatro de cada diez consumidores aseguran que van a comprar más por Internet en los próximos meses.
En Argentina, según datos de Kantar, el 62% de las personas aumentó el uso de pagos digitales en la pandemia y, adicionalmente, un 40% admitió haber experimentado nuevos métodos transaccionales.
Las fintech son grandes protagonistas de este boom y los bancos, que están encarando sus propios procesos de transformación digital, no se quieren quedar afuera: una treintena ya pusieron primera para liderar el mercado de operaciones digitales a través de Modo, una app que permitirá abonar en comercios y transferir fondos como si fuera WhatsApp.
A esta iniciativa se sumó ahora una fuerte apuesta de Itaú que nace en Argentina, pero con mirada digital: ank, liderada por el ex OLX Leonardo Rubinstein, dio su puntapie inicial en el mercado local con el objetivo de convertirse en el "Netflix de las finanzas": una app desde la que se pueda gestionar el envío de dinero a todas las cuentas que posee un usuario, ya sean bancos tradicionales, virtuales o billeteras digitales.
Qué es ank
"La oferta de servicios financieros en el país, con más de 70 bancos y nuevas fintech ingresando, es cada vez más amplia, mientras que las barreras de entrada son cada vez más bajas", explica Rubinstein en diálogo con iProUP.
"Así, se torna cada vez más complicado para los usuarios aprovechar todos los beneficios, promociones y ofertas. ¿Cómo les saco rédito sin volverme loco, sin tener ‘miles’ de apps o claves? Por ello, vemos que hay una oportunidad de ‘curar’ lo que ya existe y dártelo de una manera más simple e intuitiva, gratis", agrega el ejecutivo.
Para Rubinstein, cada vez habrá mayor oferta, por eso resalta la inspiración en el gigante del streaming fundado por Reed Hastings: una plataforma que agrega todo y te lo da de manera "personal e inteligente".
En esta primera etapa, la app apunta sobre todo a los "bancarizados" y ofrece la posibilidad de enviar dinero entre personas o cuentas de un mismo usuario sin costo, "eliminando la pérdida de tiempo y estrés que genera el manejo de múltiples bancos, las claves complejas que vencen, las tarjetas de coordenadas o los tokens", tal como subrayaron en su presentación.
A la manera de una "billetera virtual para billeteras virtuales", se pueden vincular CBU/CVU/Alias de cuentas en pesos de prácticamente todas las entidades financieras y fintech que operan actualmente en Argentina. Estas transferencias se realizan bajo la figura de Debin y no tienen costo extra.
Leonardo Rubinstein, el argentino al frente de ank
Asimismo, Rubinstein aclara que si la persona a la que se le envía el dinero es usuaria de ank, no será necesario conocer los datos de su cuenta para que el dinero llegue a su banco o billetera virtual. Solo bastará su numero de telefono o email, convirtiendo al envío de fondos en "algo tan sencillo como mandar un mensaje".
El CEO de plataforma destaca el ecosistema local, que ya es el tercero con más fintech en la región y en el que "han surgido empresas muy buenas que ayudan a muchas personas a quedar incluidas dentro de un sistema del que no formaban parte".
Sin embargo, agrega: "Mirando de 2020 en adelante, vemos que hay mucho de lo mismo, por lo que quisimos traer algo distinto, ya que había muchas necesidades cubiertas por firmas que ya existen en el país".
Un aspecto importante de ank es que se trata de un proyecto de Itaú Unibanco, es decir, la casa central del gigante brasileño. Si bien la app funciona como una firma independiente con base en Buenos Aires, Rubinstein destaca que aprovechan la sinergia con su firma madre.
"Hay que buscar el balance de autonomía. Tener la agilidad para iterar sin perder las posibilidades que nos da Itaú como entidad", sostiene el directivo, y añade: "Ellos tienen experiencia en recursos y relaciones con el ecosistema, proveedores y potenciales socios. Al mismo tiempo, en aquellos lugares donde tuvo más sentido empezar de cero, como la tecnología o los equipos de trabajo, fuimos más independientes".
La mirada en el usuario, pero con alcance regional
Rubinstein no es un desconocido en el ecosistema 4.0: fue el CEO de OLX para Asia, Latinoamérica, Medio Oriente y África. Además ocupó puestos estratégicos y de liderazgo para Vostu en la industria de videojuegos, y en servicios financieros en los Estados Unidos y en Pegasus en Argentina.
Ese expertise, asegura, se puso en práctica a la hora de encarar el desarrollo de ank, que arrancó en marzo de 2019: "el foco lo pusimos en construir a partir del usuario y no en un producto que creo que puedo hacer mejor y luego ver si gusta. Esa idea, con mucha analítica, iteración y mejora, ya la tenían las empresas de tecnología y ahora la empezó a adoptar la industria financiera".
Fieles a esta mirada de startup, en esta primera etapa apuntan a consolidar la propuesta y sumar usuarios a través de su servicio gratuito de envío de dinero, para luego seguir escalando dentro del vertical de transaccional de pago, sobre todo en el lado de comercios.
La propuesta de ank es tener acceso a la información de todos los bancos en un solo lugar
Serán esas nuevas funciones las que terminarán de conformar el "core" de negocio de la nueva compañía: al igual que el resto de las billeteras virtuales, buscará "comer" una porción de la torta del lucrativo mercado de las comisiones.
Mientras tanto, Rubinstein revela que el horizonte está puesto en "mejorar la experiencia, que es gratuita y ‘per se’ tiene mucho valor". Más adelante llegarán las alianzas con comercios u otras entidades, un plus que, según el ejecutivo, "el argentino valora mucho ya que está muy acostumbrado a ello".
Por ahora, la app operará en territorio nacional, pero su CEO ve en la región oportunidades similares. No se trata de un fenómeno aislado: Mercado Pago tiene presencia en prácticamente todos los mercados latinoamericanos, y Ualá y Moni, por solo citar dos casos, ya iniciaron operaciones en México y Colombia, respectivamente.
Por ello, ya desde su génesis, ank tiene mirada internacional: "Seguro que vamos a realizar una expansión a otros mercados de América Latina, pero por ahora no pensamos en el cuándo y en el cómo. En este momento, estamos bien enfocados en Argentina".
Un paso necesario hacia el Open Banking
La puesta en marcha de la fintech de Itaú es un paso más hacia la consolidación del concepto de Open Banking. Si bien la app no se inscribe directamente bajo este concepto, ya que opera sin obtener datos abiertos de los bancos, es un avance hacia ese horizonte.
La idea, que gana cada vez más relevancia en todo el mundo, fue uno de los grandes pilares del Banco Central durante la gestión de Federico Sturzenegger. Asimismo, fue Lucas Llach, vicepresidente de la autoridad monetaria, quien –inspirado en el modelo británico– fue uno de los impulsores del "Open Banking" criollo.
Esta tendencia se apoya en que las entidades compartan la información de los usuarios con otras plataformas (siempre que ellos lo permitan), ya sean bancos o fintech, para ofrecer nuevos servicios basados en aplicaciones.
Desde el Banco Central aseguraron recientemente a iProUP que "la iniciativa está en etapa de investigación y desarrollo. Se están teniendo en cuenta experiencias internacionales y su adecuación a la legislación y normativa de nuestro país".
La tendencia se basa en algo que ya hacen las tecnológicas, como Google, Facebook, Twitter y otras bigtech, para que terceros creen nuevos usos para sus productos. Por cierto, este avance fue imitado por otras empresas y organismos.
Esto se canaliza a través de una API (Interfaz de Programación de Aplicaciones), que es un conjunto de protocolos que posibilita conectar plataformas. En otras palabras, una API permite que la información de una empresa fluya hacia otra por un canal seguro. Por citar un ejemplo cotidiano:
- La Ciudad de Buenos Aires recolecta estadísticas en tiempo real sobre el tránsito, como cortes e interrupciones, estado de la línea de subte, etcétera
- Esos datos se distribuyen a través de una API a terceros para que los incluyan en sus propias plataformas (previo aval oficial)
- Google Maps, Moovit o cualquier otra app los integran para ofrecer a sus usuarios mejores opciones de traslado
Banco Industrial (BIND), por caso, fue pionero en el país en el uso de banca abierta con su plataforma API Bank. Hace dos años conectó a la empresa de turismo Plataforma 10 para automatizar sus pagos a terceros (empresas de transporte) cada vez que un cliente compraba un pasaje.
Esa fue la primera experiencia local de banca abierta. No obstante, el mayor logro fue enlazar sus sistemas para ofrecer a Mercado Pago sus fondos de inversión.
Así, pese a que el Banco Central sólo tiene en estudio esta nueva modalidad, las principales entidades ya comenzaron a desplegar sus propios departamentos de open banking. En ese nuevo ecosistema que se avecina, ank es apenas el primer paso de una banca que, se espera, sea cada vez más colaborativa e interconectada.