Los cambios no son automáticos: deben vencer la inercia de la costumbre y las empresas tienen sistemas aceitados para sus operatorias que les cuesta modificar.
Esto explica la curva creciente y constante de la negociación de las facturas de crédito electrónicas en el mercado desde diciembre, cuando fueron reglamentadas. Ahora, los tiempos se aceleraron y la crisis sanitaria y económica dio lugar a una incipiente explosión de este mecanismo.
Hoy día, se negocian principalmente en el Mercado Argentino de Valores (MAV), que es un ámbito de instrumentos Pyme, aunque también son compradores los bancos, las tarjetas, proveedores no financieros (como las mutuales), firmas fintech y el mercado bursátil BYMA.
Fernando Luciani, CEO del MAV, confía a iProUP que la crisis del coronavirus está promoviendo su uso ya que las pequeñas y medianas firmas "requieren de capital en estos momentos" y este instrumento es un gran mecanismo de financiación.
Pablo Sanucci, de Invoitrade, una plataforma multibancos que ya opera con estos documentos, asegura a iProUP que se está viviendo una "explosión de la demanda", junto con el echeq, porque se dificultó el pago con cheque físico.
Además, el experto agrega que algunos bancos están estudiando utilizar la factura de crédito electrónica como vía para aplicar las líneas a la tasa de 24% para Pymes a la que están obligadas por normativa del Banco Central.
La tasa de descuento en el MAV fue en la tercera semana de abril de 32% en pesos y por debajo de 10% en dólares; en general, inferior a la Badlar, o sea del promedio de las tasas bancarias. "Aunque fluctúa mucho porque hay tantas historias crediticias como empresas que las emiten", afirma Luciani.
Además, según Sanucci, es la mejor vía para que una compañía mediana o chica consiga fondos frescos sin garantías, preparación de una "carpeta" (como en los créditos bancarios) ni gastar su "línea" o monto máximo de préstamos a los que puede acceder.
"En países como Chile, el mercado de facturas de crédito electrónicas representa el 10% del PBI, mientras que en la Argentina hoy llega apenas al 0,3%, por lo que tiene gran potencial de crecimiento", ejemplifca a a iProUP Hernán Visconti, de Bill Group, una plataforma de negociación de estos documentos en desarrollo.
Las empresas grandes, en gateras
Sanucci advierte que las empresas más avanzadas en este mecanismo son "las productoras de los artículos que aparecen en las góndolas del supermercado. En la industria es donde más cuidan a sus proveedores, ya que esas pymes deben cumplir una serie de requisitos de seguridad, laborales, impositivos; no es fácil cambiar una vez que se desarrolló una red de proveedores", enfatiza.
"La mayoría de los proveedores no está consiguiendo créditos a la tasa de 24% y hay que cuidar la cadena de valor de punta a punta. Por eso se trata de conseguirle financiamiento a esas Pymes con el instrumento que tienen a su disposición", afirma a iProUP Pamela Murias, gerenta de Finanzas (CFO) de Cepas Argentinas, firma que comercializa las marcas Gancia, Terma, Baccardi y Jack Daniel’s.
Murias comenta que la compañía trabaja en una campaña entre sus proveedores pequeños y medianos para explicar los beneficios de la factura de crédito electrónica. Asegura que comenzaron "a operar más con la negociación" del documento. Es que las empresas grandes pueden recibir los comprobantes digitales de las Pymes en forma total, parcial o "con saldo".
Hasta ahora, la inmensa mayoría de las compañías de mayor tamaño obligadas a recibir facturas de crédito (1.434 según la AFIP) las aceptaban de forma total y así impedían su negociación en los mercados, para lo que no estaban preparados sus sistemas.
La aceptación implica pagar a los 30 días con un cheque diferido al plazo pactado en la factura, que suele ser de 60 o 90 días. En cambio, cuando se deja el saldo a pagar a esa fecha, el documento se negocia y la empresa debe abonarlo a la Caja de Valores al vencimiento. Esta entidad es la cámara compensadora que concilia comprobantes, recibe pagos y los distribuye entre inversores.
"Ante la crisis del coronavirus, uno de los hipermercados más importantes del país de capitales extranjeros comenzó a darle a sus proveedores pagos con echeq o con transferencia al vencimiento de la factura de crédito electrónica, con opción a que sea negociada", afirma Sanucci.
Según el experto, uno de sus competidores de capitales nacionales aún obliga a sus proveedores a enviar una persona a su sede central a buscar cheques físicos, para evitar incluso una comisión bancaria, exponiendo al coronavirus a empleados propios y de las Pymes.
Además, uno de los principales bancos privados interviniente en el pago de facturas de proveedores de grandes empresas obligó a firmas más pequeñas a formar largas colas en el sótano de su casa central en el microcentro para retirar cheques físicos de una máquina durante la segunda semana de abril.
Según Sanucci, "el régimen es beneficioso para todas las partes, ya que también para la gran empresa es la mejor documentación de la deuda con proveedores, porque las registra la Caja de Valores y así se evitan fraudes y pagos duplicados".
"Con un escenario de dificultades económicas, había otras prioridades y los cambios en los sistemas para el funcionamiento pleno del instrumento fue postergado por las grandes empresas. Pero con la crisis del coronavirus nos llaman estas compañías para que los ayudemos en la implementación", revela el directivo de Invoitrade.
La esperada participación de los bancos
Cuando la empresa grande acepta la factura en los sistemas de AFIP, son estos también los que la depositan en una cuenta comitente a elección de la Pyme, en un agente de bolsa de un banco o de una plataforma como Invoitred o Bill.
Antes, las pequeñas y medianas firmas estaban cautivas de las grandes, que hacían acuerdos con las entidades bancarias y las obligaban a cobrar en una sucursal determinada. Ahora, es todo 100% digital y la Pyme obtiene el dinero del pago en 72 hs con el descuento de la prima de riesgo por parte del inversor.
Sanucci apunta que la participación de los bancos como traders es fundamental para que se desarrolle la factura de crédito electrónica, ya que hoy el 90% se negocia en el MAV. Aunque es importante, al igual que el trabajo que hacen varios fondos comunes de inversión especializados, es un mercado muy pequeño respecto del potencial.
Sanucci confía en que, en la medida en que las grandes empresas empiecen a moverse hacia la aceptación de la factura de crédito electrónica, los bancos se van a adaptar. Y remarca que "cuanta más competencia haya, mejor será para las Pymes".
La falta de sanciones por mora
Según Sanucci, "la factura de crédito electrónica hoy es un producto para inversores profesionales. Por eso tienen mayor relevancia los bancos que tienen departamentos de análisis crediticio, ya que las grandes compañías emisoras son muchas veces sus clientes y conocen su capacidad como pagadoras".
Es que uno de los factores que jugó en contra del desarrollo de este mercado fue el incumplimiento de varias compañías. Hay financistas que ya preparan los certificados para ir a la Justicia en contra de AySA que debe todas sus facturas, por ejemplo. Incluso, muchas empresas tuvieron atrasos por los sistemas de conciliación que resultaron complejos al inicio del régimen.
Según la Caja de Valores, del total de comprobantes enviados al Agente de Depósito Colectivo (no necesariamente negociadas), se desprende que AySA presenta una mora de casi $171 millones en facturas de crédito electrónicas en pesos, mientras que el monto roza los u$s413.000 para las emitidas en moneda extranjera.
Visconti anticipa que encabezará un pedido al Gobierno junto con entidades profesionales y del mercado para pedir que se impulse una ley sancionatoria de quienes no abonen en término estos instrumentos porque "unas pocas que incurren en la falta introducen ruido en todo el sistema".
Sergio Capdevilla, gerente comercial del Banco de Valores, afirma a iProUP que "quienes descuentan facturas de crédito tienen que entender que poseer un título ejecutivo no significa que lo vayan a cobrar seguro. Hay que hacer un análisis crediticio, pero hay fondos que han comprado sin llevarlo a cabo".
Sin embargo, este carácter de título ejecutivo implica que puede recurrirse a la Justicia, y esto es ineludible en caso de mora importante, porque el monto mínimo legal para que pueda emitirse es de $100.000. Pero, señala Capdevilla, todavía no hay jurisprudencia sobre esta operatoria.
Luciani, del MAV, aboba por la sanción de una tasa moratoria para incumplimientos con factura de crédito electrónica, con el fin de que el inversor al que se le retrasa un pago por lo menos pueda cobrar los intereses.
En números
Desde la primera factura de crédito negociada el 26 de agosto, se transaccionaron 1.674 documentos, lo que financió a más de 200 Pymes, según el MAV.
La tasa promedio ponderada en pesos fue de 46,29%, mientras que la promedio en dólares se ubicó en 8%. En moneda local, la tasa mínima pactada fue del 23% y la máxima llegó al 80%, dependiendo del tipo de empresa y el comportamiento de pago exhibido.
También se negociaron facturas de 29 empresas grandes, de las cuales cuatro que lideran el ranking de montos negociados concentran más del 40% del volumen total. Se destacan Pbbpolisur (Dow Chemical), Unilever, Autopistas Urbanas y Schlumberger Argentina.
Lo cierto es que, con la factura de crédito electrónica, las Pymes tienen una herramienta de financiamiento ágil, dinámica, totalmente electrónica y al alcance de la mano que se debe desarrollar en el país para mejorar la situación de estas empresas, especialmente en momentos de estrés económico como el que propone la pandemia.
Dolores Olveira
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