Uno de los momentos más críticos de la pandemia tuvo lugar en julio del año pasado. A los casi cinco meses de confinamiento que los argentinos llevaban transitados, se sumaba el frío, el parate de la actividad, la oscuridad del invierno y la sensación de que la crisis sanitaria no tenía fin.
El ecommerce y los pagos digitales, sin embargo, ya habían explotado con Mercado Libre y Mercado Pago a la cabeza, cuando el comercio se volcó a la virtualidad casi en su totalidad. El correo y las empresas de distribución y logística se vieron rápidamente desbordados por la demanda de los consumidores y en medio del colapso prometían tiempos de entrega de hasta 15 días.
En el momento de mayor actividad, el conflicto entre Mercado Libre y los Moyano, que lleva más de dos años de antigüedad, tomó un nuevo giro y pasó a la acción: miembros del gremio de Camioneros bloquearon el acceso a cuatro depósitos que prestaban servicios para el unicornio e impidieron la entrega de, al menos 200.000 paquetes, según la empresa.
Lo mismo hizo el sindicato con Walmart: interrumpió un centro logístico en Moreno y la cadena, cuya operación local fue adquirida por el Grupo De Narváez, accedió a reincoporar 500 trabajadores y pagar un bono por única vez de $300.000 en promedio a los afiliados de Camioneros.
Pero el reclamo con el unicornio es distinto: el gremio reclamaba la afiliación de 1.200 empleados que cumplían tareas en el centro de distribución de Mercado Libre en La Matanza, bajo el convenio colectivo del Sindicato de Carga y Descarga.
Ni lerdo ni perezoso
Lo cierto es que, más allá del momento de zozobra y la tensión de base que mantiene con los Moyano, Mercado Libre logró salirse con la suya y cuenta, todavía hoy, con un Convenio Colectivo propio: el 1591/2019, firmado por Carga y Descarga y cuestionado por contener algunas cláusulas polémicas a ojos de algunos especialistas.
En efecto, el gremio liderado por Daniel Vila estipula en el acuerdo:
- Banco de horas: el descanso laboral puede recaer cualquier día que determine el empleador
- Horarios: la empresa puede modificar turnos o extender la jornada con 48 horas de preaviso (por ejemplo, durante un HotSale)
- La polifuncionalidad de tareas
- La eliminación de los delegados por turno
Matías Cremonte, expresidente de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas (AAL), afirma a iProUP que la pelea entre Camioneros y Galperín es un típico conflicto de encuadramiento.
Normalmente, en una firma en la que se desarrollan distintas tareas se aplica el convenio colectivo que corresponde a la actividad principal. De este modo, el letrado señala que "en muchos casos se encuadra a los trabajadores en Comercio, que tiene salarios más bajos que otras actividades industriales, porque, finalmente, todas las empresas venden algo".
"Mercado Libre abrió un centro de logística, fue a buscar un sindicato específico para una actividad tercerizada y firmó un convenio. Pero, para Camioneros, las tareas de logística que se realizan allí son parte de su actividad y ahí surge el reclamo", completa.
Para Solana De Diego, del estudio De Diego y Asociados, "los empleados que Moyano reclama están correctamente encuadrados en Carga y Descarga y esto está homologado y aceptado por el Ministerio de Trabajo".
"El problema es en qué términos se da el conflicto. No se puede bloquear la libre circulación, eso no solo afecta a la compañía y a los trabajadores sino a los pequeños emprendedores que están tratando de sacar su negocio adelante en medio de una pandemia. Hay que manejarse en el marco de legalidad y no permitir más este tipo de soluciones", completa.
Más allá de la discusión sobre si corresponde o no el encuadramiento en Camioneros, el tema tomó relevancia porque, según Cremonte, el de Trabajadores de Carga y Descarga representa el paradigma de la flexibilización. "Recoge todo lo que planteaba el proyecto de reforma laboral propuesto por Macri en 2017, que finalmente no prosperó", analiza.
Un abogado que conoce de cerca el conflicto y que pidió mantener su nombre bajo reserva, agrega que Mercado Libre recuperó un viejo convenio que se aplicaba a trabajadores que cargaban y descargaban productos en supermercados y empresas de logística, que no corresponde ni a las actividades que se realizan dentro de los almacenes ni en los camiones.
"Esta es la ventana que encontró para evitar que Camioneros encuadre a los trabajadores bajo su convenio, pero de fondo lo que propone es una política de sindicato cero y mecanismos de flexibilización laboral", señala la fuente.
Y añade: "Galperin fue un gran defensor de la reforma laboral durante el macrismo y logró que le reconocieran el convenio colectivo, algo que sería difícil que ocurra ahora". De hecho, el CEO del unicornio advirtió que ante la legislación del país vecino, a la Argentina le quedaban dos caminos: imitarla; salirse del Mercosur o resignarse a perder millones de empleos a Brasil.
Y ahora lo acompaña con hechos: recientemente anunció que la sede verdeamarelha del unicornio superará en cantidad de empleados al staff albiceleste durante 2021.
El letrado remarca que antes de definir cuál es el encuadre sindical de esos trabajadores, hay un debate anterior sobre la clasificación de la actividad económica que realiza Mercado Libre y que también se aplica a otras plataformas y fintech.
Camioneros reclama el encuadramiento de 1.200 empleados de los centros logísticos del unicornio
En este punto, se plantea: "¿Oficia exclusivamente de intermediario entre comerciantes y consumidores, tal como se define? ¿Cuál es la actividad de Mercado Pago: es una financiera o un banco?".
"Mercado Libre concibe a sus trabajadores como colaboradores y a sus proveedores como asociados. Prácticamente, no reconoce otra categoría que la de usuarios y clientes", agrega.
Según su visión, esta clasificación apunta a una política de no sindicalización. El debate, sin embargo, es mundial y trasciende la disputa entre Galperín y los Moyano.
Un ejemplo de la resistencia de los trabajadores a la política de sindicatos cero es la pelea que dieron 5.900 empleados de un almacén de Amazon en Bessemer, Alabama, para sindicalizarse. Por lo pronto, el recuento final de votos jugó a favor del gigante del ecommerce, en medio de denuncias de impugnación de votos y presiones a los trabajadores.
La pelea entre Camioneros y Mercado Libre puede parecer anecdótica en cuanto a que la cantidad de trabajadores que se disputan no es significativa. Sin embargo, es un ejemplo del tipo de conflicto gremial que, probablemente, comience a verse más asiduamente en el futuro.
De hecho, saliendo del ámbito de la logística, Mercado Libre mantiene otro frente de batalla con el líder de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, quien reclama el encuadre de los trabajadores de Mercado Pago.
Una discusión para el futuro
Sobre si es necesario o no buscar una regulación específica para los trabajadores de fintech y plataformas en general, un prestigioso laboralista que prefiere mantener el off-the-record, explica que hay dos vías posibles para encarar este tipo de conflictos:
- Incorporar a esos trabajadores dentro de los convenios colectivos tradicionales y, en todo caso, abrir un debate sobre su modernización y flexibilización
- Iniciar una discusión sobre la clasificación de la actividad para luego establecer estatutos modernos que regulen las relaciones de trabajo en esos sectores
Para Cremonte, el problema es que detrás de estos conflictos hay empresarios que buscan pagar salarios más bajos, alineándose a un convenio colectivo que les dé mayor ventaja en ese sentido. Esto, en definitiva, les permite ofrecer productos y servicios más baratos que el resto de sus competidores.
"Lo que se genera es una disputa interempresarial, porque ¿cómo hace un centro de logística que aplique el convenio de Camioneros para competir con Mercado Libre, que paga salarios más bajos porque está en otro sindicato?. Se genera una competencia desleal", remarca el letrado.
Para De Diego, en cambio, "las fintech desarrollan una actividad que es nueva, no son bancarios. Lo más parecido es una empresa financiera y está encuadrada en Comercio. Si se las quisiera incluir en alguna otra actividad tendría que ser un híbrido que se adecúe a las necesidades específicas de esa actividad, así es como surge los nuevos convenios colectivos".
"No podemos seguir pensando como si estuviéramos en la primera Revolución Industrial o aplicar la misma regulación de 1975, cuando se firmaron la mayoría de los convenios. Estamos en un sistema revolucionario en el que la tecnología es exponencial y las normas se tienen que adaptar. Encuadrar una actividad como la de las fintech en el convenio de bancarios es destruirlas. Es como querer meter un cuadrado en un círculo: se rompe el molde", sentencia.
Y agrega: "No puedo entender que me digan que un chofer de Uber o un repartidor de Rappi tengan que estar en relación de dependencia cuando es trabajo autónomo: la persona elige sus horarios, qué pedido tomar, se da de alta en AFIP y ya está facturando. Si queremos fomentar el crecimiento económico hay que pensar en un marco regulatorio híbrido".
"En cada marco hay muchas cosas para actualizar, pero cualquier actualización que se haga de forma intempestiva en este contexto puede destruir fuentes de ingreso importante en un escenario de crisis", cierra De Diego.
Un negocio en crecimiento
El segmento de logística tiene gran potencial de crecimiento y también de creación de empleo. Fue uno de los segmentos de la economía que pudo dar un salto durante la pandemia y se espera el negocio crezca 10 veces en el país.
La logística es un sector que impulsó la pandemia y podría generar 100.000 trabajos en el corto plazo
"Será un servicio cada vez más rápido y con mayor variedad de productos. De a poco, el ecommerce irá profundizando la regionalización mediante el uso de aviones y la interacción de centros de distribución distanciados unos de otros, dando paso a lo que quizás sea la próxima gran revolución: el ecommerce transfronterizo", indica a iProUP Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística.
Agrega que, en Argentina, la logística en todas sus formas representa el 20% del PBI y el ecommerce ya mueve más de 220 millones de paquetes al año, generando ingresos anuales por u$s700 millones para este rubro.
Durante la pandemia, creó más de 10.000 puestos en el país, duplicando la cantidad que había en la previa al confinamiento, y se espera que genere más de 100.000 empleos en pocos años.
Sobre los traccionados puntualmente por la logística de ecommerce, el ejecutivo afirma que no hay mediciones ya que, "no es fácil porque las empresas no tienen dedicación exclusiva, sino que participan de diferentes sectores siendo en general éste el que más está creciendo".
"Si uno considera como indicador razonable un empleo cada 8.000 o 10.000 paquetes movilizados por año, la logística de comercio electrónico ya creó más de 20.000 empleos y va camino de multiplicar varias veces esa cifra", completa.
Sin dudas el boom de las plataformas digitales, con sus propuestas innovadoras, cambia no solamente la forma en la que usuarios consumen y pagan, sino que propone nuevos roles y condiciones.
Un cambio todavía incipiente, que traerá grandes debates sobre el encuadramiento de nuevos trabajadores en el ámbito de empresas cuya actividad económica todavía se mueve en terreno difuso.