El fenómeno de transformación y adaptación constante, fomenta el surgimiento de nuevos actores, muchos más propensos a la innovación y a la satisfacción de las generaciones de clientes más jóvenes.
En el sector de la banca comercial minorista, los clientes tienen cada vez mayor contacto con su banco, pero el 95% de las veces lo hacen de manera digital/online. La industria financiera ha sido desafiada por el auge de las fintech, centrada en el manejo electrónico de cuentas, las transacciones remotas y los pagos móviles, detalla un artículo del sitio urgente24.
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Las fintechs ya son más de 1.100 en Latinoamérica y compiten con herramientas de analytics, aplicaciones de customer service que funcionan las 24hs, integración de plataformas, Inteligencia Artificial y Big Data, motivo por el cual llevan la delantera en la generación de estrategias de microtargeting y servicios diferenciales para sus clientes, acelerando la transformación de los bancos hacia un modelo más digital.
Para mantenerse competitivos, los sectores bancarios tradicionales no sólo deben revisar sus procesos operativos, sino también pensar críticamente acerca de las capacidades de sus plataformas digitales, introduciendo cambios y modernizándolas.
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Según los especialistas, una real transformación digital comprende la implementación y la maduración de un cambio cultural de largo alcance al interior de cada compañía, que permita incrementar la agilidad, la flexibilidad y el espíritu colaborativo entre los equipos.
Por este motivo, expertos en tecnología que asesoran a distintos actores del sector bancario, han acuñado el concepto de "Banca Abierta" u "Open Banking", que se refiere a las compañías de servicios financieros que crean un ecosistema con modelos de liderazgo e innovación abiertos, en la que distintos grupos de colaboradores aportan a un objetivo en común: crear soluciones novedosas, ágiles y escalables que permitan resolver los desafíos tecnológicos actuales.
Con el foco en los usuarios, el sector bancario se vuelve abierto para mejorar el rendimiento de las operaciones que realizan los clientes, aumentar la protección de bases de datos e información sensible, optimizar los servicios de verificación de identidad, mejorar la seguridad de las transacciones electrónicas, el procesamiento, transacción y acreditación de pagos online, y el envío de dinero mediante mecanismos digitales o de plataformas móviles.
Con esta apuesta por la transformación, los bancos tradicionales buscan escalar fácilmente las soluciones diferenciales que desarrollaron, explorando y experimentando a mayor escala y menor riesgo. En definitiva, buscan adaptarse para continuar siendo relevantes para el nuevo tipo de cliente, heredero de la revolución digital.