AIMM es una aplicación que combina el reconocimiento de voz y de emociones.
De esta manera, ayuda a que sus usuarios hallen pareja en función de sus gustos, proporcionando asesoramiento para que se conozcan.
Combinando el reconocimiento de voz y de emociones, la aplicación
De ser un arte sólo realizada por parientes, o por "matchmakers", el encontrarte pareja no hace mucho ya ha pasado a ser realizado por aplicaciones y algoritmos, en un esfuerzo de automatizar la búsqueda del amor. Pero Kevin Teman quiere llevar las cosas un paso más allá.
Fundador de la start-up AIMM, con sede en Denver (EE.UU.), Teman ha desarrollado una aplicación que busca posibles parejas basándose sólo en lo que dicen a una inteligencia artificial (IA) con acento británico. Los usuarios hablan con un software de voz femenina para completar su perfil: eligen la casa de sus sueños, si les gustan los gatos y describen cómo sorprenderían a una posible pareja.
A primera vista, no parece muy diferente de la fórmula habitual basada en buscar, escribir y quedar de las citas románticas online. Pero AIMM, cuyo nombre es el acrónimo de "buscador de parejas de inteligencia artificial" por sus siglas en inglés, es especial: la IA ayuda a los usuarios en la primera llamada telefónica, da consejos para la primera cita e incluso proporciona comentarios después. Se puede considerar un Cyrano de Bergerac para la era de los smartphones.
"Es una guía", afirma Teman. "Le dices que has tenido una cita y recopila comentarios sobre la química y sobre cómo te sientes en general. Si te muestras positivo, se hace un seguimiento y se plantea una nueva cita. Si no fue bien, pero te gusta la persona, la recomendación es dejar pasar un poco de tiempo y ser paciente".
Si la atracción viene sólo de una parte, la aplicación podría animarnos delicadamente a "seguir buscando", aunque Teman insiste en que es amable, sensible y sutil. Y añade: "Quiero decir, no le dirá a un chico 'No le gustas a esa chica' directamente".
Teman espera que AIMM pueda disrumpir en el sector las citas online, una industria de 2.200 millones de euros actualmente dominada por el Match Group, propiedad de IAC, cuyo conglomerado incluye a Match, Tinder, OkCupid y Plenty of Fish.
Las citas online, consideradas antes como una forma extraña de encontrar ligue, han crecido hasta convertirse en la forma más común para que las parejas se conozcan, según un estudio reciente realizado por los investigadores de la Universidad de Stanford y la Universidad de Nuevo México (ambas en EE. UU.). Casi el 40 % de las parejas heterosexuales se conocieron online en 2017; el 65 % en el caso de las parejas del mismo sexo.
A pesar de toda esa popularidad, estas aplicaciones de citas están llenas de quejas, desde cuentas falsas a denuncias de acoso.
"Encontrar el amor es lo más importante para la gente", opina Teman, aludiendo a sus propias dificultades online. "La industria de las citas está descompuesta".
En los últimos años, el uso de la tecnología de voz se ha disparado: uno de cada cinco estadounidenses tiene un asistente de voz. Más de 2.500 millones de ellos están en uso hoy en día y los expertos creen que podría triplicarse hasta 2025, llegando a más de 8.000 millones.
AIMM no es la primera empresa en poner la tecnología de voz como la base de un servicio de citas online. El verano pasado, Match anunció que se había asociado con Google para crear un chatbot que diera consejos sobre citas llamado Lara, que propone un perfil al día y, si existe un interés mutuo, ofrece consejos sobre dónde tomar algo, cuál debería ser el primer mensaje de texto importante para ese alguien y cómo organizar la segunda cita.
AIMM, que según Teman fue lanzado un año antes que Lara, comparte ese tranquilizador apoyo (al menos todo lo tranquilizador que puede ser una IA). Teman sostiene que su app es mucho más simple de usar. Lara requiere un dispositivo Google Home y la aplicación Match, mientras que para usar AIMM solo hace falta un smartphone.
"Te orienta sobre lo que decir en la [primera] llamada", explica Teman (AIMM no recomienda mucha comunicación más allá de una única llamada antes de la primera cita). "Eso nos animará a estar tranquilos. Algunos usuarios darán detalles sobre qué tipo de persona son y sobre si llevan un estilo de vida 'tradicional' o 'moderno'".
Esas pistas están destinadas a ayudar a los usuarios a descubrir cómo hablar con una persona. Para alguien con un estilo de vida más "tradicional", un paseo por el parque podría tener más sentido, por ejemplo. Mientras tanto, a una persona con un estilo de vida "moderno" le podría parecer mejor una cita para escalar en rocas.
Pero por muy moderno y tecnológico que intente parecer AIMM, está por detrás de la curva del comportamiento del usuario e incluso es sexista. La aplicación está diseñada para que un hombre invite a salir a una mujer, por ejemplo, y la IA solo proporciona información y sugerencias al hombre para una primera cita basada en un interés mutuo. Eso parece un error, en el mejor de los casos, para una aplicación que competirá con otras como Bumble, en la que las mujeres deben dar el primer paso.
También está configurada para favorecer a las parejas heterosexuales, algo que es contrario a los hallazgos del estudio de Stanford, que muestra que los miembros de la comunidad LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) suelen usar mucho más las aplicaciones de citas online. Teman reconoce que el diseño inherente de AIMM no es tan favorable con la comunidad LGTB, pero sostiene que está haciendo ajustes basados en los "usuarios homosexuales que me contactaron para sugerir otras cosas que se podrían añadir que se refieren más al estilo de vida homosexual".
Preguntado por cuáles eran estas sugerencias específicas, Teman fue poco claro: "Dijeron que las preguntas parecían hechas para personas heterosexuales y que no había preguntas sobre el estilo de vida homosexual. Así que añadí algunas funciones: si eres homosexual, puede incluir algunas preguntas que se refieren específicamente a tu estilo de vida".
El profesor de medios digitales en la Universidad de Bangor (Reino Unido) y autor de Emotional AI: The Rise of Empathic Media, Andrew McStay, cree que la inteligencia artificial es el futuro de las citas y considera que las aplicaciones basadas en la voz son potencialmente más "naturales", pero piensa que todavía estamos en la infancia de esta tecnología.
"No es tanto una cuestión de citas sino más bien un tema de interfaz humano-máquina", opina. "Hay muchas razones para creer que las personas interactuarán cada vez más con los dispositivos y con el contenido a través de la voz, especialmente a medida que mejoren las técnicas de procesamiento del lenguaje natural".
Sin embargo, puede haber un problema ético en el diseño de AIMM, señala McStay. Al concretar una primera cita, no solo es tranquilizadora: "No te preocupes. Estaré contigo en cada momento e intentaré que todo sea fácil para ti". También valora la reacción. El vídeo publicitario muestra a AIMM observando: "Puedo ver por tu sonrisa que te sientes bien".
"Hay un componente de vídeo que analiza las emociones", respondió Teman cuando le pregunté cómo la aplicación podía saber si un usuario estaba feliz o no. Para McStay, ahí es donde radica el interesante futuro de la inteligencia artificial en las citas.
"Esto presagia bastantes posibilidades en las próximas etapas de estos servicios", destaca, aludiendo a la expresión oral o al análisis de las diversas inflexiones y entonaciones cuando hablamos para "evaluar el entusiasmo según la voz y el nivel de interés de los usuarios". Un usuario podría, por ejemplo, exclamar alegremente "¡estoy interesado!" cuando se cita con una persona o murmurar "estoy interesado" después de un día agotador en el trabajo. McStay cree que este último ejemplo podría malinterpretarse como falta de interés.
Sin embargo, considera que analizar las reacciones faciales para medir el interés de una persona es potencialmente problemático: "Hay que prestar mucha atención al método de inferir la emoción de los rostros o la voz".
Por ejemplo, una apariencia de tedio, un poco disgustada y "de mala leche" podría no reflejar en absoluto lo que siente una persona y se ha vinculado al sexismo en el lugar de trabajo (un hombre con esa expresión puede parecer "serio", pero una mujer con la misma expresión se suele interpretar como "fría").
Los ordenadores son aún peores para interpretar las emociones basándose en las expresiones de las personas. Los matices emocionales requieren comentarios humanos, contexto e historia, algo que el aprendizaje automático simplemente no puede hacer, o al menos no todavía.
Sigue siendo debatible si AIMM funciona o no y mucho más si podrá mejorar lo que las otras aplicaciones de citas pueden ofrecer. Hasta ahora, según Teman, ha ayudado a que se organicen varias citas, pero ninguna pareja se ha mantenido todavía. En los próximos meses, AIMM ofrecerá a los usuarios la opción de tener un servicio humano de emparejamiento para las citas, con sesiones directas con profesionales que los ayudarán en el proceso, indicó Technology Review
"Cualquier cosa que les ayude a sentirse cuidados", concluye Teman. En este momento, añade, "las personas que buscan pareja se quedan indiferentes en el mundo de las aplicaciones de citas".