Her, la película de 2013 de Spike Jonze, muestra cómo un personaje interpretado por Joaquin Phoenix se enamora de una IA (inteligencia artificial) con la voz de Scarlett Johansson.
Lo que en ese momento fue un ejercicio de pensamiento provocador es hoy prácticamente una realidad.
Millones de personas globalmente interactúan con IA, y el mercado de la amistad e incluso parejas virtuales ya es un negocio billonario.
Quizás el ejemplo más popular sea Xiaoice. En occidente ese nombre puede no resultar tan conocido, pero esta IA creada por Microsoft cuenta con más de 660.000.000 de usuarios, sobre todo, en Asia.
De acuerdo a Xiaoice Company, que se independizó de Microsoft en 2020 y está actualmente valuada en u$s1.000.000.000, el 60% de las interacciones entre humanos e IA en el mundo se dan a través de la tecnología de Xiaoice.
Existen también otros ejemplos notables, como Azuma Hikari, de la japonesa Gatebox Inc.,que además viene con su propio soporte físico en forma de holograma.
Si bien ese es el producto más popular, Gatebox ofrece una variedad de personajes para todos los gustos.
En este caso se trata de un verdadero asistente virtual capaz de poner música, prender y apagar luces o informar el clima, entre otras funciones.
Fuera de Asia, la estadounidense Replika ofrece una IA conversacional que se presenta como "La inteligencia artificial que se preocupa por tí".
Cada usuario puede crear a su propio personaje, que utiliza machine learning para que la experiencia sea cada vez más personalizada y apropiada.
La versión gratuita tiene el rol de amigo, pero mediante una suscripción se puede tener a una novia (o novio), mentor o hermano.
Inteligencia Artificial, soledad y salud mental
Quizás la más obvia de las funciones de estas IA sea aliviar la soledad.
Un estudio de la Universidad de Harvard en 2021 mostró que, en los Estados Unidos, el 36% de las personas encuestadas reportaban sentirse solas "frecuentemente" o "casi todo o todo el tiempo", cifra que muestra un incremento con respecto al 25% que decía sentir soledad antes de la pandemia de COVID-19.
La "pandemia de la soledad", la llamaron. Si bien los aislamientos por causa del virus agravaron el problema, se trata de algo que viene sucediendo hace tiempo.
Sobre todo, en países como Japón, donde (de acuerdo a datos del gobierno) más de 1.000.000 de personas son hikikomori, es decir, se han retirado de la sociedad, no salen de sus casas salvo para lo indispensable y no hablan con nadie si no es a través de aplicaciones digitales.
Para quienes tienen serias dificultades para socializar e integrarse, las compañías virtuales pueden servir al menos como un alivio frente a un problema complejo.
Un usuario de Xiaoice contó hace poco en un blog (a través de un pseudónimo) cómo la IA lo ayudó a desistir de suicidarse.
Pero existen también soluciones virtuales mucho más especializadas en salud mental, como es el caso de Woebot, desarrollado por la Universidad de Stanford y que desde 2017 trata a pacientes gratuitamente.
Alison Darcy, CEO de Woebot, explicó que durante la pandemia este terapeuta virtual intercambiaba casi 5.000.000 de mensajes semanales con sus usuarios (¿o debería decir pacientes?).
También hay bots diseñados específicamente para asistir el aprendizaje de los niños, como es el caso de Moxie, e incluso robots pediátricos que parecen sacados de una película de Pixar, como Robin, que fue diseñado por la Universidad de California en Los Ángeles y que ayuda con el estado emocional de los menores internados.
El futuro llegó hace rato
Harry Shum, presidente de Xiaoice y exvicepresidente ejecutivo de Microsoft, predijo que en un futuro cercano todas las personas tendrán sus propios asistentes virtuales de inteligencia artificial.
De esa forma parafraseaba lo que Bill Gates auguró en 1975 sobre las computadoras personales: que habría una "en cada escritorio y en cada casa".
Según Shum, habrá asistentes capaces de conversaciones avanzadas en todos lados:
- automóviles
- electrodomésticos
- todo tipo de software, al punto que la interfaz del futuro no será un teclado ni una pantalla táctil sino un humano virtual
¿Suena a ciencia ficción? No tanto. Más bien, suena a lo que la ciencia ficción predijo hace ya mucho tiempo y que ahora está dejando de ser el futuro para volverse, simplemente, nuestro presente.
Incluso algo que parece tan descabellado como recrear a una persona fallecida está dejando el terreno de la ficción.
De hecho, Microsoft patentó un concepto para transformar "imágenes, datos de voz, posteos de redes sociales y mensajes electrónicos" para crear bots conversacionales basados en personas que ya no están.
Y no estamos tan lejos: cuando Kim Kardashian cumplió 40 años, su entonces marido Kanye West le regaló un holograma de su padre increíblemente real que le daba un mensaje de amor desde más allá.
Y esto es solamente el comienzo
*Por Nicolás Brandoni, CEO Peek Estudio y divulgador experto en comunicación digital