En el período previo a la cotización de DoorDash Inc., la Junta Directiva de esa empresa dio a los cofundadores 20 votos por acción, frente a un voto en la ronda de inversión más reciente. En Airbnb Inc., los votos por acción de los cofundadores de la compañía se duplicó a 20 en los últimos meses, según documentos de valores.
Por otro lado, la junta de Palantir Technologies Inc., antes de Silicon Valley, se preparó para su cotización pública durante el otoño al otorgar a los tres fundadores de la empresa de análisis de datos suficientes acciones especiales para que uno de ellos pueda ejercer el control con tan solo 0,5% del stock.
Solo para pocos
Hace más de una década, estas estructuras de acciones, en las cuáles los líderes obtienen más poder de voto que otros accionistas, eran reservadas en gran medida para una pequeña cantidad de nuevas empresas, generalmente, las más codiciadas por los inversores, como Google y Facebook Inc. Airbnb, DoorDash, Palantir. Sin embargo, una serie de otros listados recientes muestra cómo el llamado control del fundador se convirtió efectivamente en la norma.
Los movimientos de las grandes empresas que recién cotizan en la Bolsa estadounidense sucitan actualmente preocupación entre los defensores de un gobierno corporativo sólido, especialmente porque se producen poco más de un año después de la fallida OPI de WeWork Cos.
Adam Neumann, fundador de WeWork
El cofundador de WeWork, Adam Neumann, tenía el control total sobre el negocio, tanto que los inversores potenciales abandonaron la oferta después de asustarse por su estilo de gestión y las crecientes pérdidas de la empresa, entre otros problemas.
La debacle de alto perfil llevó a muchos inversores en Silicon Valley a cuestionar la sabiduría de otorgar a los fundadores tanto poder desde el principio. Les preocupa que una medida que alguna vez estaba reservada para un "puñado de destacados" se estuviera compartiendo demasiado y sin discernimiento.
Por ejemplo, pocas de las grandes startups que cotizan en la Bolsa produjeron alguna vez una ganancia anual.
Ahora, el estado de ánimo cambió en medio de un mercado candente de OPI, uno en el que las acciones de Airbnb se duplicaron con creces en su primer día de cotización. Los inversores sostienen que el mercado fuerte ayuda a fortalecer las manos de los cofundadores de las empresas de alta tecnología que cotizan en la Bolsa estadounidense, y lo otorgan una mayor influencia sobre aquellos que presionan por estructuras más democráticas donde todos los accionistas tienen el mismo poder de voto.
El fundador de la empresa de inteligencia artificial C3.ai Inc., que salió a bolsa este diciembre, tiene 50 votos por acción en comparación con los 10 votos más estándar. Esta situación está por debajo de los 100 votos por acción enumerados en los primeros borradores del prospecto de la compañía presentados ante la Comisión de Bolsa y Valores.
La semana pasada, la empresa matriz de Wish, el sitio de comercio electrónico, se hizo pública con una estructura que le brindó al fundador 20 votos por acción.
Las tecnológicas al poder
"En lo que va del año, el 41,5% de las 41 empresas de tecnología que se hicieron públicas tenían acciones de doble clase, y una de ellas tenía una mayor potencia de voto que la otra", precisó Jay Ritter, profesor de negocios de la Universidad de Florida que rastrea las OPI.
Esa cifra se encuentra apenas por debajo del récord del 43,3% visto en 2017 y muy por encima del 7,2% en general visto desde 1980.
Tanto el director ejecutivo de DoorDash, Tony Xu, como el director ejecutivo de Wish, Peter Szulczewski, afirmaron en entrevistas a principios de diciembre "que no recibieron ninguna pregunta sobre sus acciones de alto voto durante las reuniones con los inversores" antes de sus OPI.
Los partidarios del control de los fundadores consideran que es "apropiado" otorgar a algunos CEO visionarios espacio para experimentar y asumir riesgos que Wall Street no siempre aprecia.
Según informó La Tercera, Alfred Lin, socio de Sequoia Capital que forma parte de los directorios de Airbnb y DoorDash, remarcó que "los directores ejecutivos de esas empresas demostraron que son responsables después de años de expansión".