Las fiestas se acercan rápidamente y como todos los años, mucha gente no sabe qué regalarle a sus seres queridos en Navidad.
Para todo este grupo de personas, la página web GiftGenius desarrolló un algoritmo que utiliza la Inteligencia Artificial (IA) para dar ideas a las personas con las que ayudarlas a decidir qué regalos comprar para sus amigos y familiares a través del análisis de texto natural.
Cómo funciona
Para ello, GiftGenius emplea la mayor base de datos del mundo para entrenar algoritmos de IA basados en lenguaje, GPT3, desarrollada por OpenAI, que cuenta con 175.000 millones de parámetros y ha sido entrenada con las herramientas en la nube de Microsoft Azure.
La herramienta, que funciona a través de una página web, permite que los usuarios escriban un texto sobre la persona a la que quieren hacer un regalo, con datos como su edad, su sexo y sus aficiones.
Los creadores de GiftGenius han avisado de que en las últimas horas la página está experimentando "volúmenes de peticiones muy altos".
GiftGenius, que se describe a sí mismo como un "consejero de regalos con IA", emplea un algoritmo con funciones de análisis del texto natural para comprender las indicaciones del usuario y generar ideas para los regalos basadas en ellas. Con la integración de Amazon, además, se incluyen enlaces para comprar productos concretos.
Asimismo, la página incluye una barra de creatividad, con la que las personas pueden escoger si quieren ideas de regalos más o menos originales propuestas por la herramienta.
Los creadores de GiftGenius han avisado de que en las últimas horas la página está experimentando "volúmenes de peticiones muy altos", y recomienda esperar unas horas en caso de que la herramienta no funcione.
La IA para manejar
Como es de público conocimiento, la conducción autónoma ya es un hecho y lo que parecía ser algo salido de una película de ciencia ficción, hoy ya es realidad.
Sin embargo, algo de lo que no se suele hablar es el impacto de esta tecnología en la vida de las perosnas mayores, ya que les permitirá mantener sus hábitos de desplazamiento cuando sus condiciones físicas se vean mermadas o, simplemente, por prudencia, prefieran no cargar con la responsabilidad de la conducción convencional.
Adivinar si un conductor se saltará un ceda el paso, pasará de largo cuando el semáforo está en rojo o no se detendrá en un stop es algo que precisa de un gran entrenamiento. En estos momentos, el conductor humano tiene este entrenamiento. Sin embargo el autónomo, no.
Para que sea fiable en diversos entornos, la inteligencia artificial (IA) necesita horas de entrenamiento en lugares tan diversos como Nueva York, París, El Cairo, Dakar o Shanghai, lugares que son una selva para el conductor, pero una selva en cada caso con sus convenciones sociales diferentes.
Los fabricantes, empresas como Tesla, Apple, Google o General Motors, han enseñado pequeñas muestras de cómo funciona su IA y han explicado que cada hora de aprendizaje en las calles y en las carreteras supone un avance para el auto autónomo, que aprende de todos los detalles que observa. Hasta hace pocos años, las computadoras actuaban según los datos almacenados y rebuscaban en su memoria. Pero además, ahora ya son capaces de aprender por si mismos.
Esto significa que para que los vehículos autónomos puedan circular libremente y con seguridad casi absoluta deberán tomar lecciones en cada una de las poblaciones en las que quieran implantarse.
La IA debe capacitarse localmente y para ello ha de conocer los patrones de funcionamiento del tráfico local. Este conocimiento irá unido al conocimiento global básico que le permite tomar decisiones estándar como por ejemplo elegir la ruta mas rápida en función de múltiples variables.
En definitiva, igual que los conductores de Buenos Aires son muy diferentes a los de Tokio, los autos autónomos se comportarán de formas muy diversas en función del entorno en el que se hallen.
Por eso, el mismo auto sin conductor circulará por Zurich sin hacer ruido y de una forma muy tranquila, mientras que ese mismo vehículo colocado en medio de El Cairo tendrá una conducción agresiva y hará sonar la bocina con frecuencia, situación que emula la realidad.