Alejandro Quiroga López es el director de Asuntos Regulatorios e Institucionales de Claro Argentina, Uruguay y Paraguay. Lidera las negociaciones con el Gobierno orientadas a definir la reglamentación del DNU 690 que congeló los precios de los servicios de telecomunicaciones hasta el 31 de diciembre próximo y convirtió a las telecomunicaciones en servicio público.
El hombre de Claro reiteró en más de una oportunidad la pérdida de ingresos que padece la industria a causa del covid e insistió a lo largo de la charla en la necesidad de buscar un esquema sustentable del negocio que permite solventar las inversiones constantes en infraestructura que exige el sector., indicó iProfesional.
-Hace unos días se conocieron los resultados del tercer trimestre, donde registraron menores niveles de ingresos, ¿cómo finalizará el año la operación?
-El covid profundizó las complicadas situaciones macroeconómicas que tenía la Argentina y a la industria en particular nos ha pegado muy significativamente en los ingresos. Veníamos de un 2019 muy complicado con una inflación de 50%, cifras únicas a nivel mundial y que tampoco ocurre en otros países de la región, que manejan órdenes de inflación de 4%, que a su vez no soporta depreciaciones tan fuertes como las que sufre la Argentina.
-¿Cuánto impacta el congelamiento de precios en este contexto?
-El covid generó múltiples cuestiones de cambios de trabajo, movilidad, suspensiones y una caída de la actividad muy fuerte en la Argentina. En telecomunicaciones, el congelamiento de precios por un período tan largo afecta fuertísimamente a la industria y a nosotros también porque la inflación está por arriba del 30% este año. Un congelamiento donde ya se pierde 30% contra la moneda local es muy grande, más la devaluación del dólar oficial.
Son condiciones particulares que tiene la Argentina y como compañía tenemos que tratar de colaborar para encontrar soluciones para la realidad que enfrentamos. Estamos en este escenario y hay que reajustar y redefinir la actividad en función de lo que permite al situación macro.
Alejandro Quiroga López comanda los destinos de Claro en la Argentina, Paraguay y
Uruguay
-El de las telecomunicaciones no es el único sector afectado por el congelamiento.
-La gente la ha pasado muy mal, en situación muy complicada, sectores que ni siquiera pueden trabajar, como turismo y gastronomía. En este contexto la industria de telecomunicaciones sufrió un impacto muy grande en sus ingresos porque su inversión es de moneda mixta: una parte es en dólares y otra en pesos.
Las inversiones en tecnología son en dólares y esa combinación es complicada para las inversiones y complica inversiones para 2021. Por eso hay que encontrar caminos que permitan recuperar rápidamente ingresos para que no se vean afectadas las redes.
Durante el covid las redes respondieron muy bien por inversiones previas pero la obsolescencia de la tecnología es muy rápida por eso la industria requiere un capital intensivo muy alto. La red envejece y deja de funcionar rápidamente y hay que sustituir con otro software, otra red cada 3 o 4 años, como mucho, para tenerla en buenos niveles de eficiencia.
-¿Definieron las inversiones para 2021?
-No, estamos en el proceso de hacerlo. Pero la caída de ingresos que estamos experimentando nos reduje la probabilidad de inversión porque perdemos ingresos en valores nominales y reales medidos en dólares. O en la moneda mixta con que tenemos que salir a comprar la tecnología.
-¿Van a estar lejos de los u$s400 millones que venían desembolsando anualmente?
-Lamentablemente sí. Vamos a ver qué podamos hacer en 2021 con el Gobierno, cómo vamos a reinventar la industria para que recuperar ingresos y se pueda contribuir a expandir cobertura y calidad. Los servicios de telecomunicaciones en el mundo actual son críticos, todo el mundo los necesita para desarrollar la vida social y de trabajo. Para ello se necesita fortalecer con un modelo que le permita tener ingresos con los que pueda solventar las inversiones.
-¿Tienen certeza de que el 31 de diciembre se termina el congelamiento?
-Esperamos que se pueda salir de ese esquema de manera inminente, antes si fuera posible. Porque cada mes que quedan congelados se debilita la industria. Y es necesario explicar que esto va a ocurrir en la medida en que se extienda. Queremos salir del congelamiento antes del 31 de diciembre y tener horizontes de recuperación de ingresos.
-¿Es posible recuperar ingresos cuando el usuario argentino también los ha perdido?
-Sí, porque los ingresos son extremadamente bajos viendo otros bienes y servicios en la Argentina. Los precios de la industria son muy bajos para reinvertir en tecnología. Hay que establecer órdenes de prioridad. También hemos trasladado como idea la conveniencia de planes que subsidien a la demanda como parte del servicio universal, que han sido exitosos en otros países del mundo.
Hay casos en donde se asigna dinero por grupo familiar para que lo pueda usar en algún servicio de telecomunicaciones de su elección: fija, móvil o banda ancha , tal el caso de Línea de vida en Estados Unidos que funciona con ese esquema. Hay grupos que no pueden hacer frente, la pobreza, la pérdida de ingresos está ahí, todos estamos en una situación muy compleja. Se debe recuperar la economía lo más rápido que se pueda.
-¿Cuánto deberían aumentar los precios para que las inversiones no se resientan?
-Según cómo se manejen las variables económicas. Se necesita tener ingresos que permitan tener la capacidad de reinvertir fuertemente. Y hay que trabajar en un calendario para acompañar las variables económicas. Cada mes que se perdió del 2020 va a costar tiempo recuperarlo. Hay una necesidad urgente manejarse con un modelo de sustentabilidad hacia adelante. La idea de precios bajos para servicios de alta calidad no es viable. Entendemos la situación pero eso tiene un impacto directo en la calidad de las redes. Y como es un servicio crítico, esencial, estratégico para los países hay que darle un tratamiento para tener condiciones que permitan responder a las necesidades diarias de los usuarios.
La entrega de tarjetas prepaga en las villas fue una de las primeras medidas del
Gobierno para mantener conectada a la gente
-¿Qué escenarios ven para la Argentina en 2021, cómo ven el ambiente de negocios?
-Tenemos que contribuir a generar el mejor ambiente posible. Nos toca explicar lo que se puede hacer y tratar de tener un escenario más alentador para poder tener ingresos que permitan mejorar la red móvil y continuar con al expansión de la red de internet al hogar que en nuestro caso es una red nueva que ha superado los 2 millones de hogares pasados. Esto lo hemos continuado en 2020 a pesar de las dificultades del covid, y es importante que los usuarios tengan red móvil y también acceso de alta velocidad al hogar. Seguimos conectando todos los meses a miles de clientes en todo el país. Nos gustaría poder continuar expandiendo esa red de fibra óptica, más localidades, ciudades grandes, áreas que tienen otras alternativas de servicios y prueben la nuestra.
-¿Pueden encarar despliegues sin mayores inconvenientes?
-La Ciudad de Buenos Aires es el circuito más vedado por un montón de factores, uso de postes en vía pública, competencia, pero nos ingeniaremos para ver cómo dar alguna respuesta. Pero eso se tiene que resolver con acceso a actividades esenciales para tener oferta adicional y competitiva. La experiencia en el país ha sido muy buena. En Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, el conurbano, la expansión de la red con red de última generación ha sido muy valorada por los clientes porque el covid dejará cambios profundos en el trabajo, y los clientes necesitan tener distintas opciones de conectividad fija al hogar.
-¿Cómo ve el camino hacia 5G en la Argentina?
-La Argentina tiene que resolver y preparar su disponibilidad de espectro para 5G. Es un trabajo que requiere ordenamiento del espectro, limpieza de las bandas, que las mudanzas de otros licenciatarios se produzca y que hayan condiciones que permitan el despliegue. Pero la Argentina tiene que resolver los problemas al mantenimiento de las redes actuales y para eso se necesitan recursos, si no el futuro se va a ver complicado. Tener definiciones que faciliten las inversiones en un sector que es crítico.
-¿Cuál es su opinión sobre el proyecto para dar conectividad gratis a las plataformas educativas?
- Es preocupante el proyecto de dar conectividad gratis para plataformas educativas. Tiene que ser gratis para los usuarios pero, del mismo modo en que sucede en los casos de los comedores en escuelas, el que provee la comida la tiene que pagar. Esa idea tiene que ser complementada en los proyectos que se están debatiendo y los fondos tendrán que salir del Servicio Universal o de otro lado, pero no es posible dar servicios gratuitos porque no es sustentable. Se entiende la finalidad.
Un proyecto así implica consumo de red, electricidad, recursos, los equipos que se instalan. ¿Quién paga eso? ¿El resto de los consumidores móviles? Nada es gratis. Puede ser que alguien no lo pague pero el servicio como tal tiene un costo. Que haya habido soluciones transitorias durante el covid es un tema pero no puede ser estructural porque, una vez más, no es sustentable para la industria.
-Se debe atender a los segmentos vulnerables.
-Entendemos las buenas intenciones y es entendible darle a los segmentos más vulnerables pero no a todos los segmentos de la población incluidos a los que no requieren el subsidio. Una escuela privada o una universidad ¿por qué el Estado le va a dar gratis a todos por igual? Las redes necesitan recursos para funcionar: backbone, capacidad, antenas, electricidad, mantenimiento, hay que mirarlo seriamente y tratar de encontrar la vuelta a algo que sea sustentable para todos las partes.
-¿Cómo es la relación con el regulador y con la competencia en este contexto?
-Tenemos diálogo constante, cada uno con su visión, explicando necesidades de un lado u de otro. Con la competencia tenemos nuestros puntos de visiones compartidas y otros en que estamos totalmente enfrentados porque la competencia es muy intensa y donde en realidad las visiones no son las mismas. Tenemos un escenario repartido. Vemos bien que se eliminen las barreras para la competencia. Es una posición de nuestros accionistas que ha expresado siempre a las administraciones más allá del color político, porque hay que ver las cosas con perspectiva de largo plazo.
-¿Por qué los usuarios perciben que los servicios de telecomunicaciones son caros, y de hecho en la canasta de servicios del hogar tienen un peso importante?
-Hay que compararlo con el resto de servicios o de bienes versus los que cuestan las telecomunicaciones, cuyos costos de infraestructura son altos. Es una realidad. No son servicios baratos en términos de costos de inversión. Por eso no hay miles de empresas por país, porque los costos de escala son altos y no todos pueden dar el servicio ni ser jugadores en este negocio. La gente puede tener la percepción según lo que gaste cada una pero internet por día, el prepago, tienen valores muy bajos, y todo el mundo tiene ingresos disminuidos porque la alta inflación hace que todo sea difícil para la población pero eso nos excede a nosotros.
Nuestro ARPU (ingreso por cliente) y facturación son bajos. Y lo decimos porque tenemos un problema. Esta es la industria más masiva, hay 56 millones de líneas móviles, entonces hay que multiplicar todo por millones. Y, a veces, hay una percepción equivocada de que tenemos muchos ingresos pero en realidad son muy bajos pero muy numerosos, porque atendemos a millones de personas. Y eso son costos.
-Comparada con otros países la situación no parece ser la misma.
-Hay que mirar en perspetiva. Los servicios de telecomunicaciones en otros países son más caros. La Argentina tiene disparidad de precios en algunas zonas porque la amortización de inversiones es mucho mas difícil. Argentina tiene un desafío de cómo dar cobertura y servicios a localidades de bajo número de población y distantes porque es muy grande geográficamente y esto le imprime características especiales.
Lo servicios están muy bajos en precio. Lamentablemente, los ingresos bajan muy fuerte y eso va a pegar en las redes. Tenemos que trabajar denodadamente para dar vuelta esa situación. Y somos optimistas en que vamos a lograrlos. Hay que romperse la cabeza para encontrar soluciones.