En medio de su affaire con Apple, Qualcomm plantó bandera como la fuerza dominante en el mercado de procesadores móviles con el lanzamiento del Snapdragon 855.
La compañía, que controla la mayor parte del mercado Android, mostró en Hawái el que será su chip destinado a los smartphones de alta gama de 2019, una generación que estará marcada por la irrupción de la tecnología 5G a nivel masivo.
Cristiano Amon, director general de la firma con sede en San Diego, fue el encargado de hacer los honores e introducir al mundo el componente, un SoC (chip que incluye CPU, GPU y módem en una misma estructura) llamado a inaugurar la era de las comunicaciones a través de redes de quinta generación.
El anuncio ahondó poco en lo técnico (para eso destinarán la segunda jornada de conferencias) y mucho en las posibilidades que ofrecerá esta tecnología a toda la sociedad: desde su impacto en el gaming, a su utilización en la industria y las velocidades de nivel Gigabit que ofrecerán las grandes telcos a partir del año que viene.
Estas nuevas funcionalidades tienen el potencial de cambiar no solo las telecomunicaciones, sino también la forma en que las personas se relacionan con la tecnología.
La expresión no es exagerada: el despliegue de 5G a nivel masivo es una apuesta que cambia la manera en la que se concibe la sociedad del futuro, en la que cualquier dispositivo tendrá la capacidad de estar conectado a una red.
En ese sentido, la baja latencia, el consumo reducido de energía y la altísima velocidad que augura este desarrollo calza como anillo al dedo tanto en el hogar como en la empresa y los ámbitos públicos.
Por qué es importante
Las redes 5G no son simplemente un lavado de cara para el actual 4G. Están diseñadas para proporcionar aumentos significativos en capacidad (hasta 100 veces o "100X"), velocidad de respuesta (10X), densidad (100X), velocidades máximas (varios gigabits por segundo) y confiabilidad.
Estas mejoras drásticas en el rendimiento no solo impactarán en las experiencias actuales de los usuarios, sino también impulsarán nuevos casos de uso para servicios inalámbricos.
Entre ellos se destacan la Internet Industrial de las Cosas (IIoT), Celular Vehicle-to-everything (C-V2X) o "autos conectados" y la realidad extendida móvil (XR) que permitirá disfrutar de entornos inmersivos en tiempo real desde el teléfono. En otras palabras, realidad virtual y aumentada directamente desde la nube.
Lo que parecía terreno de la ciencia ficción, hoy está más cerca que nunca de concretarse. Incluso, las operadoras ya le pusieron fecha de inicio: 2019 será el año en el que América del Norte, Europa y gran parte de Asia asistirá a la activación de los primeros servicios de quinta generación para usuarios particulares.
Nicki Palmer, jefe de Redes Inalámbricas de la primera mencionada, aseguró que el 4G no quedará abandonado a su suerte.
"Todavía hay muchísima innovación que está incorporada a las redes de cuarta generación, y así seguirá sucediendo en el futuro, ya que trabajos para brindar lo mejor en todo el conjunto del servicio", añadió.
Para la ejecutiva, la colaboración entre compañías fue fundamental para acelerar el despliegue del 5G, originalmente agendado para finales de 2020.
El desarrollo en conjunto permitió que esas fechas se adelantaran y que hoy ya haya pruebas en ciudades de Estados Unidos como Sacramento, Los Ángeles, Houston y Minneapolis, de cara a su apertura general en apenas unos meses.
Aprovechar el "momentum" es clave para esta expansión. En América Latina, sin embargo, los tiempos son otros.
Ignacio Contreras, director global de Marketing 5G para Qualcomm, confirmó en diálogo con iProUP que todas las grandes operadoras de la región han mostrado su interés en sumarse al nuevo estándar, pero aclaró que los tiempos dependerán de diversos factores que exceden a la tecnología.
TIM, en Brasil, es uno de los principales socios en el desarrollo para la región. Se estima que, en tierras cariocas, las primeras redes comerciales estarán operativas en 2020.
En la Argentina, en cambio, el panorama es difuso. Movistar avanzó en el tema, pero por ahora parece muy lejos de encarar un proyecto de estas características en el mercado local.
Claro no anunció plan alguno al respecto y Personal, exceptuando algunas pruebas aisladas, no tiene un roadmap confirmado.
La fecha tentativa que se manejó en los pasillos del evento, que contó con la presencia de operadoras y fabricantes de todo el mundo, es 2021.
Todo dependerá de la mejora en la infraestructura de red actual y, desde el lado gubernamental, de la licitación del espectro necesario para que los avances técnicos de los que ya se disponen puedan volcarse a los usuarios finales.
Los teléfonos, listos para la revolución 5G
Del lado de los fabricantes de celulares, ¿cuál es el panorama?
Las redes de quinta generación están pensadas para impactar en todo tipo de ámbitos, pero la telefonía móvil será la primera en verse beneficiada.
La llegada del Snapdragon 855 al mercado es sumamente importante por una cuestión fundamental: significa, a grandes rasgos, que cualquier socio de Qualcomm que lance un smartphone de alta gama en 2019 estará preparado para que su equipo sea 5G.
Los partners, claro está, son verdaderos "pesos pesados".
Qualcomm
present
ó
a
los
partners
que
integran
el
SnapDragon
855
Samsung, el productor número uno del mundo, confirmó en la conferencia que presentará a principios del próximo año su primer equipo preparado para estas redes. Desde ya, todo apunta a que será el Galaxy S10, el buque insignia de la marca surcoreana.
LG, Sony, Xiaomi, OPPO, Google y Motorola, solo por nombrar algunos de los mayores fabricantes del mundo, también lanzarán productos con el Snapdragon 855 integrado, lo que garantiza una gran variedad de opciones para el consumidor final.
Esto es, también, interesante para el comprador argentino, ya que la mayoría de estas unidades tendrá circulación en el mercado local. Así, aquel que adquiera un S10 estará preparado para disfrutar de la próxima era de las comunicaciones.
Para Alex Katouzian, SVP y GM de la división Mobile de Qualcomm, 5G será la característica que definirá "qué equipos serán premium en 2019".
Ya no será la capacidad de almacenamiento, la cámara o la resolución de pantalla.
En un mundo en el que los usuarios se podrán conectar en fracción de milisegundos a la nube y consumir aplicaciones alojadas en servidores externos disfrutando de la misma velocidad de respuesta que una app instalada en sus teléfonos, estar o no adaptado a la era de "gigabit" será lo que determine la supervivencia de los más aptos. Puro darwinismo tecnológico.