La plataforma vive un auge nunca visto en Internet, pero se enfrenta a una monumental crisis de reputación por fallos de seguridad y privacidad
14.04.2020 • 12:07hs • Oportunidad en la crisis
Oportunidad en la crisis
De querer ser como Bill Gates a tener la app del momento: la increíble historia de Eric Yuan, el creador de Zoom
La pandemia del coronavirus dejará millones de damnificados en todo el mundo. Pero en cualquier crisis hay quien encuentra la gran oportunidad de su vida para hacerse (más) rico y famoso. Cuando se supere la actual emergencia sanitaria global, Eric S. Yuan ocupará uno de los puestos más altos de esta macabra lista. Este emprendedor chino de 50 años es el fundador de Zoom, la app que pasó de tener 10 millones de usuarios activos a finales de 2019 a superar con creces los 200 millones a finales de marzo.
La app de Zoom es la más descargada para iPhone desde hace semanas y su aumento de tráfico diario el mes pasado fue del 535%. Este desarrollo excepcional catapultó a Yuan en la selecta categoría de multimillonario. La compañía que fundó y de la que posee el 22% de las acciones debutó en el Nasdaq en abril del año pasado con un precio de 36 dólares por acción y una valoración de 9.200 millones de dólares.
Antes de la expansión del coronavirus costaban 70 dólares. El pasado 23 de marzo cada acción valía 159,5 dólares, lo que suponía una capitalización de más de 44.000 millones de dólares. Forbes publicó esta semana su lista anual de las personas más ricas del mundo. Yuan ha entrado por primera vez, con una fortuna estimada de 5.500 millones de dólares, informó Clarin.
Yuan cuenta que la idea que originó a Zoom se le ocurrió en sus tiempos de estudiante en la Universidad de Ciencia y Tecnología de su región, cuando tenía que recorrer un trayecto de diez horas en tren para ver a su novia. Se casó con ella a los 22 años. Ya en esa época tenía muy claro su objetivo en la vida: emular a Bill Gates y emigrar a Silicon Valley.
Eran principios de los 90. Hasta ocho veces le denegaron el visado para entrar en Estados Unidos. Recién lo consiguió en el noveno intento. Completó su formación en Matemáticas aplicadas e Informática hasta que en 1997 empezó a trabajar en WebEx, una compañía que desarrollaba aplicaciones para realizar videoconferencias.
Estuvo diez años como ingeniero programador, "picando código", hasta que en 2007 la compañía fue adquirida por el gigante Cisco. Ese mismo año ocurrió algo que lo cambió todo: Steve Jobs presentó el primer iPhone. Yuan vio el momento de llevar a cabo el sueño que tuvo como estudiante: un servicio de videochat ligero e intuitivo que las empresas pudiesen usar para organizar reuniones virtuales.
Los directivos de Cisco no le compraron la idea. En 2011 fundó Zoom Video Communications con la ayuda de unos pocos inversores que confiaban más en él que en su idea, una aplicación de videollamadas fácil de usar, rápida de entender y gratis en su versión más básica. Permite hacer reuniones virtuales con hasta 100 participantes durante máximo 40 minutos sin coste alguno. Pero su explosión global en las últimas semanas ha revelado también cuál es su talón de Aquiles: no es fiable en cuestiones de privacidad y seguridad.
Nefastas experiencias de usuarios y análisis de expertos en ciberseguridad terminaron de destapar las vulnerabilidades de la aplicación. Primero se supo que hackers descubrían fácilmente el código de acceso a reuniones abiertas y se infiltraban en ellas, secuestrando las funciones de uso compartido de la pantalla y mostrando todo tipo de ofensas, desde proclamas racistas hasta contenidos pornográficos.
Poco después la publicación The Intercept denunció que el sistema de comunicación en la plataforma no es el cifrado de extremo a extremo, tal como presumía la compañía. En los días siguientes se filtraron emails y fotos de los usuarios, se vendían datos a Facebook para fines publicitarios y se ejecutaban trucos propios del malware como automatizar la instalación de la app en computadoras Mac sin pedir los correspondientes permisos al usuario. Las críticas también provocaron que se eliminase la función que permitía revisar si los asistentes a las llamadas estaban prestando atención a la pantalla.
A resultas de todo ello, Zoom se enfrenta estos días a una crisis de reputación monumental, casi tanto como el boom que la llevó al estrellato. Y las consecuencias no hicieron esperar. Desde finales de marzo perdió un tercio de su valor bursátil. Muchos clientes de alto perfil anunciaron que dejarán de usar el servicio hasta que no se resuelvan los problemas detectados. E incluso se enfrenta a demandas de sus propios accionistas por exagerar sus estándares de seguridad.
La semana pasada, el empresario chino admitió su responsabilidad en un comunicado publicado en el blog oficial de Zoom: "No cumplimos con las expectativas de privacidad y seguridad de la comunidad, ni las nuestras. Lo siento mucho", escribió. Zoom no fue diseñada para que de pronto todo el mundo la usase para socializar, dar clases o trabajar desde casa
En siete días ya ejecutó dos medidas de impacto: por un lado, la constitución de un Consejo Asesor que cuenta con algunos de los principales líderes de seguridad de todas las industrias y que se encargará de realizar una auditoría de seguridad y preparar un informe de transparencia; por otro, contrató como asesor externo a Alex Stamos, exdirector de seguridad de Facebook, una de los muchas voces reputadas que criticó duramente los agujeros de seguridad detectados en Zoom.
Eric S. Yuan sigue dispuesto a "bajar al barro" para defender su honestidad como empresario. El desafío al que se enfrenta para recuperar la confianza de la industria es mayúsculo, pero si algo ha demostrado durante su vida Eric S. Yuan es perseverancia. Y ahora tiene otro punto a su favor: se ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo.