Las nuevas tecnologías están perfilando un ecosistema laboral y humano VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) radicalmente distinto al vivido hasta el momento. Según el informe "El futuro de los trabajos 2018", publicado por el Foro Económico Mundial, los avances técnicos generarán nuevos empleos de calidad para los que más de la mitad de los trabajadores tendrán que mejorar sus habilidades. 

En unos casos se trata de habilidades tecnológicas y "blandas" imprescindibles para ejercer el liderazgo exponencial y en cuyo desarrollo el coaching contribuye decisivamente, ya que acompaña a las personas hacia el descubrimiento de potencialidades a partir del entendimiento de los cambios en el ecosistema y en uno mismo. Estos profesionales del conocimiento se sitúan en cualquier posición jerárquica y se caracterizan por la innovación y la flexibilidad, condiciones idóneas para trabajar en los nuevos tiempos y que, por tanto, serán altamente demandados. 

Los líderes de este nuevo entorno VUCA poseen, además, una especial habilidad para co-crear en un entorno virtual con equipos multiculturales dispersos. Son perfiles que aglutinan diez habilidades muy definidas: 

-Adaptabilidad a diferentes contextos y entornos

-Creatividad, innovación, inventiva, capacidad de producir ideas

-Colaboración y motivación

-Alfabetización digital y comprensión de cómo y por qué funcionan las tecnologías digitales

-Capacidad de aprendizaje y resolución de problemas desconocidos en diferentes contextos

-Conciencia del valor del acceso abierto a la información

-Capacidad permanente de experimentación y aprendizaje formal e informal

-Capacidad para utilizar herramientas para resolver diferentes problemas.

-Competencia para crear redes de conocimiento horizontales

-Ausencia de temor al fracaso

Mientras que los trabajadores de las generaciones Y o millennials, nacidos entre 1981 y 1999 aproximadamente, han crecido e integrado este cambio permanente y el aprendizaje continuo, las generaciones anteriores tendrán que adaptarse a esta mentalidad y a colaborar con profesionales que ya cuentan con estas habilidades en su ADN. 

Adquirir habilidades interpersonales, potenciar la toma de decisiones, mejorar la autogestión o la inteligencia emocional son algunas de las facetas sobre las que trabaja el coaching profesional, de ahí que cada vez más organizaciones demanden servicios de coaching ejecutivo no solo para los líderes de equipo, sino para la totalidad de los empleados. Gracias al carácter facilitador del coaching, las personas tienen la posibilidad de transformarse y ser capaces de desarrollarse –e incluso liderar- en los nuevos entornos laborales.

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