Tiempo atrás, el uso de tarjetas de crédito acarreaba cierto estatus entre quienes eran poseedores de ellas. Tener un plástico no era para cualquiera en Argentina, dada su escaso nivel de bancarización y las restricciones impuestas por las entidades.
Luego, ese panorama fue mutando: más personas pudieron tener cuentas y paquetes bancarios y, recientemente, se evidenció un marcado crecimiento de los "tarjetahabientes" tras la irrupción de las fintech.
Así, aquello que años atrás estaba reservado para un segmento de la población, hoy se convirtió en una herramienta fundamental de acceso a la nueva economía, signado por los pagos digitales.
Actualmente, el ecosistema fintech argentino goza de buena salud y esto contribuye a que el total de "no bancarizados" (50% de la población económicamente activa) disminuya mes a mes. Según el último relevamiento de la Cámara Argentina de Fintech, ya hay más de 200 empresas con operaciones en el país. Por supuesto, no todas se concentran en los negocios de pagos digitales ni forman parte del segmento de "neobancos". - Dentro del primer grupo (plataformas digitales) se destacan dos grandes players con sus propias propuestas de tarjetas: Mercado Pago y Ualá, que consolidaron su estrategia competitiva gracias de los millones de plásticos emitidos en todo el país
- El segundo pelotón lo conforman los "bancos 100% digitales", como Wilobank y Brubank, que se rigen bajo normativas del Banco Central y poseen las mismas regulaciones de sus contrapartes físicas. Operan con Mastercard y Visa, respectivamente. Dentro de este último grupo asoma un tercer jugador, Rebanking (de Transatlántica), que se prepara para lanzar su propuesta en alianza con American Express. Además, se van sumando nuevos players al sector: Naranja, el principal emisor de tarjetas del país, que comenzará a operar con una división fintech; y Banco Santander, que hará lo propio con Openbank, su gran apuesta mundial para la banca digital.
Como si esto fuese poco, se aguarda la llegada de Nubank, el gigante brasileño catalogado como "la fintech más grande de occidente". De la mano de su alianza con Mastercard, ya lleva más de 5 millones de tarjetas emitidas solo en su país de origen.
Personal mínimo y sin dinero físico circulante. La llamada banca "4.0" permite operar con bajos costos, acceso inmediato al sistema financiero y con una tarjeta disponible en muy pocos pasos. Las estadísticas del BCRA no hacen más que confirmar este boom: durante 2018 se duplicaron las operaciones bancarias a través de medios digitales.
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Los neobancos, con espíritu "contactless"
Los directivos de los bancos digitales lo repiten una y otra vez: si bien forman parte del ecosistema fintech -por su ADN 100% digital-, su estructura responde a la de un banco hecho y derecho. Gracias a barreras de entrada más bajas, apuntan sus cañones a monotributistas, autónomos y empleados que actualmente son clientes de la banca tradicional. En la actualidad, Wilobank y Brubank son los exponentes de este sector, que crece a paso firme y bate récords de activación de cuentas mes a mes.
Nacida en 2016 como Wanap y luego renombrada como Wilobank, la entidad bancaria de Eduardo Eurnekian y Guillermo Francos (ex titular del Banco Provincia) fue la primera en debutar en este nicho. A un año de su puesta en funcionamiento (debutó el 30 de junio de 2018), se jacta de haber emitido más de 90.000 plásticos entre crédito y débito. Como dato adicional, se trata de tarjetas Mastercard Internacional con banda, chip y tecnología contactless. El producto, además, se consolida de la mano del "público joven", más adepto a incorporar nuevas propuestas.
"Miramos con mucho optimismo nuestra actividad. Para la mitad de nuestros clientes, somos su primer banco", agrega el ejecutivo, y resalta que el secreto para que su mercado crezca radica en las políticas económicas que se vayan a implementar a partir del 11 de diciembre.
"El próximo gobierno debe apuntar a consolidar el poder de compra de la sociedad. Eso significa mayor transaccionalidad y, por ende, nuevas cuentas", indica Francos.
Al respecto, detalla que los consumos de los clientes de Wilobank son variados, pero similares a los de un banco tradicional. El grueso de transacciones ocurre en supermercados, en la compra de electrodomésticos, carga de combustible y en el rubro turismo.
"A la hora de consumir, se da la particularidad de que muchos utilizan nuestras tarjetas para acceder a la Semana Contactless de Mastercard y aprovechar los descuentos. Esto, producto de que fuimos los primeros en ofrecer esta tecnología en el país", revela el director del banco digital.
La última apuesta de la firma en el segmento de plásticos es Wilocard, "una tarjeta de crédito con bajo límite y recargable a la que pueden acceder todos los interesados, incluso quienes no tienen historial crediticio o no cuentan con datos de Veraz actualizados", revela Francos.
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El producto, que también posee el respaldo de Mastercard, permite realizar compras nacionales e internacionales y acceder a promos en cuotas (como Ahora 12), sin necesidad de disponer de una cuenta bancaria.
Brubank, por su parte, sigue trabajando en su consolidación dentro del mercado local. La empresa fundada por un ex City, Juan Brouchou, apuesta a funcionar como un verdadero hub innovador. Entre sus filas cuenta con Diego Pando, fundador de Bumeran y Digital House, y Pablo Sánchez, ex gerente de Producto de Mercado Libre. Este background, 100% emprendedor, se refleja en el producto, que comenzó a operar en septiembre de 2018 a "modo de prueba" entre conocidos y allegados para ser lanzado en marzo al mercado.
Brubank acumula más de 40.000 plásticos emitidos y apunta a duplicar esa cifra en los albores de 2020. La empresa, que ofrece tarjetas de crédito y débito, fue la primera en disponer de productos Visa Contactless en el mercado argentino.
Ahora, con la venta del 15% de su paquete accionario al magnate canadiense David Thompson (presidente de la mesa directiva de Thompson Reuters), apuesta a una agresiva expansión gracias al espaldarazo que le otorga contar con dinero fresco en sus arcas.
"Con David compartimos los mismos valores y visión a largo plazo sobre la compañía: la apuesta en tecnología y la mejora continua en la experiencia del cliente. Esto nos permitirá posicionarnos como el mejor banco digital en Argentina y la región", se entusiasma Bruchou.
Prepagas, comodín de los no bancarizados
Pierpaolo Barbieri es el enfant terrible de la fintech local. Con solo 32 años de edad, el argentino graduado en Harvard creó Ualá, que se convirtió en una de las principales plataformas de pago locales. Opera desde 2017 y cuenta con 1.100.000 tarjetas prepagas emitidas.
Pese a que su principal objetivo es trabajar en la inclusión financiera, Barbieri destaca que cada vez son más los bancarizados que eligen a la compañía.
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"Actualmente, el 5% de nuestra base de usuarios son menores de edad que usan Ualá no sólo para ingresar al sistema financiero sino también para educación financiera. Otro 3% corresponde a extranjeros que están viviendo en Argentina, ya que es simple de tramitar y fácil de usar", indica.Según señala Barbieri, "los números revelan que más del 3% de Argentina ya usa Ualá". En la demografía de jóvenes adultos (20 a 24 años), es más del 9% del país.
Para el ejecutivo, la "prepaga" es solo la punta de lanza de un portfolio de productos que gira alrededor de lo digital. "Lo que empezó con una tarjeta hoy incluye pago de servicios, CVU gratuita y en el momento y un set de productos y servicios en constante expansión".
Un dato para destacar de este tipo de tarjetas es que las procesadoras de pago las toman como una de crédito. Esto significa que los "no bancarizados" acceden a promociones y descuentos en comercios sin necesidad de contar con una cuenta bancaria.
Mientras todo esto sucede, Mercado Libre sigue adelante con la agresiva expansión de Mercado pago, su pata financiera que va ganando más protagonismo en la torta de ingresos de la compañía.
Si bien el QR es el gran "mimado" de la firma de Marcos Galperin, su negocio de tarjetas avanza a paso firme en toda América Latina. Actualmente, Mercado Pago posee más de 3 millones de tarjetas prepagas emitidas en la región.
"Hoy funciona espejando el saldo digital que las personas tienen en su cuenta. Uno puede ir al supermercado y hacer las compras usando la cuenta digital, ir a un cajero y retirar el saldo de manera física o, incluso, acceder a servicios como los de Cabify, Netflix y Spotify, para los cuales necesitás una tarjeta sí o sí", asegura Paula Arregui, VP de Producto de Mercado Pago.
El producto, lanzado en Argentina en febrero del año pasado y en Brasil a finales de 2017, se posicionó fuerte entre usuarios. A pesar del empuje del QR, no pierde aceptación y contribuye cada vez más al total de pagos de la firma (u$s6.500 millones en el segundo trimestre de 2019). En total, 182 millones de transacciones a través de todos sus servicios.
El próximo paso de la compañía será la incorporación de tecnología contactless en sus plásticos, de la mano de su asociación con Mastercard, que apuesta fuerte en la expansión de esta tecnología en América Latina.
Los principales jugadores del sector no tienen dudas: la inclusión financiera es 100% digital, pero tiene su apoyo físico en las tarjetas. Son fundamentales en la cruzada por disminuir el uso de cash y, al mismo tiempo, fuente de beneficios para todos aquellos que hasta ahora no habían podido acceder a una solución de este tipo.
Crédito, débito o prepago, todo sirve para "torcer la cancha" y ganarle al uso de efectivo y llevar al mercado argentino a una nueva etapa en su proceso de bancarización.