Juan Pablo Bruzzo fue director de Marketing en Deremate.com, en 2006 fundó DineroMail (adquirida por el grupo sudafricano Naspers) y en 2013, junto a Alejandro Estrada, lanzó Moni, una fintech que comenzó ofreciendo préstamos desde una app y se convirtió en una billetera digital.
La firma levantó u$s10 millones en rondas de financiación y consolidó su liderazgo en la industria mediante el uso intensivo e inteligente de la tecnología, con la que ha desarrollado una aplicación móvil innovadora, intuitiva y sumamente fácil de utilizar.
Moni cuenta con accionistas e inversores institucionales de relevancia global, entre los que se destacan la Corporación Financiera Internacional del Grupo Banco Mundial; BID Invest del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y el fondo de capital emprendedor NXTP.Labs. También apoyaron a la firma Alec Oxenford y Fabrice Grinda (fundadores de OLX) y otros empresarios pioneros del ecosistema.
¿Qué efectos en el corto y mediano plazo va a generar esta pandemia en su empresa?
Todo indica que el impacto de la pandemia en la actividad económica va a ser muy importante. Con una proyección de caída del PBI de entre 3 y 6 puntos para este año, nos espera un escenario de corto y mediano plazo muy difícil a todas las empresas, independientemente del rubro.
En este contexto, la primera evaluación que hacemos en Moni es que las perspectivas de crecimiento sobre las que proyectamos el año se van a ver reducidas. Hasta ahora hemos tenido una incidencia dispar, dependiendo del producto.
Por un lado, los productos asociados a consumo, como es el caso de los préstamos, tuvieron un impacto muy fuerte, generando una caída en la originación de nuevos créditos del orden del 50% durante los últimos 30 días.
Por el otro, la cuarentena aceleró el crecimiento del pago de servicios a través de nuestra billetera virtual, que se triplicaron en el mismo período, y lo mismo sucedió con la emisión y frecuencia de uso de MoniCard, la tarjeta Mastercard internacional que lanzamos en octubre pasado, que creció acompañando el crecimiento de las suscripciones digitales de música, contenidos y juegos.
Desde lo operativo y la gestión, tuvimos que amoldarnos al nuevo escenario, activando un plan de contingencia para asegurar la continuidad de la operación, pero con la prioridad puesta en el cuidado de nuestra gente, un terreno en el que tenemos una ventaja no menor respecto a otro tipo de empresas, por haber nacido como un servicio 100% online, lo que nos permite gestionar completamente online sin importar desde dónde trabajan nuestros colaboradores.
¿Cómo cree que afectará a la rama de actividad en la que opera su compañía?
El uso y adopción de billeteras digitales como MONI suponen un cambio en los hábitos de consumo de las personas y la Argentina tiene en este momento una oportunidad de transformación muy grande. Lo mejor que nos puede pasar como sociedad es que el dinero no salga del sistema formal y que se de una adopción masiva y un uso intensivo de las billeteras digitales y las aplicaciones de los bancos porque eso implica beneficios para todas las partes.
La tendencia mundial va hacia la eliminación del dinero en efectivo, y gracias a las condiciones generadas por la pandemia, mucha gente está accediendo a nuevo modo de manejo de sus finanzas personales.
Así como el teletrabajo y la transformación digital de las empresas están teniendo un impulso tremendo por las medidas sanitarias que se están tomando en todo el mundo, los pagos digitales y el uso de plataformas online para acceder a servicios y transacciones financieras van a tener un antes y un después del coronavirus.
¿Cómo ve el accionar del Gobierno hasta ahora y qué le recomendaría a los funcionarios?
Creo que es muy importante que encontremos como país ese delicado equilibrio entre los cuidados y las políticas sanitarias y un retorno gradual y cuidado a la actividad productiva, para que la economía no siga deteriorándose.
Por otro lado. las medidas de aislamiento y la restricción de las opciones de pago presenciales tienen que ser un catalizador para acelerar el proceso de inclusión financiera, para que la adopción de herramientas financieras digitales ayude al Gobierno a que los programas de asistencia lleguen a las personas, comercios y empresas que lo necesitan sin dilación.
La foto de hace unos días de las colas en los bancos para cobrar asignaciones sociales y jubilaciones o la más reciente de las aglomeraciones en los locales de pagos y cobranzas son el espejo que refleja tanto cuestiones culturales de manejo del dinero como grandes falencias del sistema bancario tradicional local, que no logra ser lo suficientemente inclusivo para incorporar a grandes segmentos de la población con su productos y servicios.
Como un actor clave del ecosistema fintech regional, MONI está ampliando su oferta de servicios financieros digitales, especialmente entre los segmentos sub-bancarizados. Actualmente provee créditos de dinero, tarjeta Mastercard Internacional, pago de servicios y recargas de SUBE y celulares a través de su billetera digital, y prevé seguir incorporando servicios para mejorar aún más la experiencia de uso de sus clientes.
Habiendo superado en 2019 el millón de transacciones con crédito para consumo por un monto superior a los u$s250 millones, MONI completó en noviembre pasado una nueva colocación de deuda por cerca de $100 millones a través de la segunda serie de su fideicomiso financiero con oferta pública constituido con créditos cien por ciento vía digital.