El Banco Central de la República Argentina (BCRA) subió las tasas de interés de referencia para los depósitos a 30 días.
Esta medida llevó a que muchos ahorrista se replantearan la posibilidad de elegir entre un préstamo tradicional o uno UVA.
Así, un pequeño ahorrista que efectúa colocaciones de hasta $10.000.000, recibe una retribución anual de 61% TNA, unos 8 puntos porcentuales más que antes. De esta manera, ahora se percibe un retorno mensual de 5,08%.
En caso de renovar todo lo obtenido mes a mes, durante todo un año, logra una tasa efectiva anual (TEA) de 81,34%, a razón de 6,78% mensual.
Por otro lado, los plazos fijos UVA, cuyo encaje es a un mínimo de 90 días, y ajustan por los precios de la economía, tienen como "estímulo" que la inflación muestra un incremento inercial preocupante en los últimos meses.
Plazo fijo tradicional o UVA: la inflación, uno de los factores que suele inclinar "la balanza"
Plazos fijos tradicionales
Las colocaciones en plazos fijos despiertan atención entre los ahorristas por los ingresos extras en pesos que otorgan por mes, pese a que su rendimiento es negativo frente a la inflación.
En cambio, para los bancos empezaron a convertirse en un gran problema, debido al desequilibrio que producen en su propia ecuación financiera.
Según fuentes del sector consultadas por el sitio de iProfesional, hoy los plazos fijos estarían generando una "pérdida" para los bancos en torno a 3 puntos porcentuales.
Además, el concepto clásico del sistema financiero es que los bancos buscan balancear sus ingresos entre los préstamos ofrecidos y los depósitos recibidos.
Esto significa que captan fondos por medio de pagar una tasa de interés menor a la que cobran en los créditos y, luego de restar los gastos administrativos involucrados, obtienen una ganancia por su servicio, como ocurre en cualquier otro negocio.
Desbalance en la ecuación: el nuevo problema de los bancos
El problema es que en el último tiempo existe una desbalance en la ecuación mencionada, donde los préstamos al sector privado cayeron de forma notable.
A fines de 2019, estos representaban el 55% de los depósitos bancarios en pesos, y ahora se achicaron al 41% de los depósitos.
Pero además, también se suman las diversas regulaciones en el sector financiero y una inflación en ascenso que supera a las tasas.
Todo vale para luchar contra la inflación
Plazo fijo UVA vs Plazo fijo común
A la hora de calcular que renta pueden ofrecer los plazos fijos UVA y los tradicionales en agosto, septiembre y octubre, existen dos hipotéticos escenarios que pueden ocurrir y se deben tener en cuenta para analizar.
- El primer modelo que se plantea es que el crecimiento de los precios de la economía (IPC) inicie un suave aterrizaje, y aumente 4% mensual en septiembre próximo, tras haber crecido 8,5% mensual en julio y 6,7% en agosto.
"En este caso, y suponiendo que no haya retoque de tasas mínimas de plazo fijo tradicional, en octubre se impondría un ´virtual empate´ entre las colocaciones tradicionales y las ajustables a UVA", resume detalla a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.
Entonces, sugiere que aquellos ahorristas que constituyan depósitos a plazo en agosto y septiembre "se inclinen por un plazo fijo UVA, pero en la medida en que se acerque el inicio de octubre recomiendo que sean más cautelosos y se encaminen a lo tradicional".
- En cambio, en el segundo caso posible, con una estrategia antiinflacionaria más drástica. Méndez asevera que no se advertirían cambios significativos en los rendimientos de los primeros 60 días, "pero en octubre próximo podría golpear con fuerza un abrupto descenso del crecimiento mensual del IPC Nacional y así, en ese caso, aumentaría la inflación 2% en septiembre".
"En este caso, el rendimiento de los plazos fijos UVA pasaría a ubicarse en octubre por debajo del que brinden en el mes las colocaciones tradicionales (4,4% frente a 5,2%), resultando aconsejable desde mediados de septiembre próximo inclinarse por realizar plazos fijos tradicionales", completó Méndez.