La empresa utiliza tecnología cripto con algoritmos de inteligencia artificial que leen el mercado y gestionan la cartera de los inversores
17.06.2021 • 20:04hs • Mundo cripto
Mundo cripto
¿Por qué Unicef invirtió u$s100.000 en este "futuro unicornio" cordobés que usa tecnología blockchain?
Unicef anunció que invertirá u$s100.000 en la empresa cordobesa Xcapit, una start-up que utiliza tecnología cripto con productos basados en algoritmos con inteligencia artificial, que leen el mercado, aprenden y permiten gestionar la cartera de los inversores.
Elegida por Unicef
La compañía, fundada en 2018 por José Ignacio Trajtenberg y Fernando Boiero, y a la que luego se sumó Antonella Perrone, fue seleccionada por Unicef junto con otras empresas internacionales para ser parte de su programa Innovation Fund, que proporciona financiamiento y mentoría a empresas de tecnología con potencial de beneficiar a la humanidad.
"Felicitamos a Xcapit y a los otros seis emprendimientos seleccionados. Hemos evaluado más de 400 proyectos de más de 70 países y estamos muy contentos de poder trabajar con ellos en la construcción de soluciones basadas en blockchain que contribuyan a la inclusión financiera", comentó Cecilia Chapiro, Investment Lead de Unicef.
La solución presentada por Xcapit para el programa consta de una billetera digital cripto de código abierto para ayudar a las familias a saber cuánto deben ahorrar e invertir para lograr objetivos como, por ejemplo, pagar la educación de sus hijos.
La idea cuenta un componente de educación financiera para fomentar la cultura del ahorro. El usuario, es decir, la familia, nunca pierde la custodia del dinero. No es necesario estar bancarizado, tener un capital mínimo para empezar, ni tener conocimientos financieros previos.
Adicionalmente, el proyecto cuenta con un sistema de donaciones transparente a través del cual los usuarios tienen la opción de apoyar financieramente a otros e involucrarse en sus vidas (una red de donación P2P).
"Colaborar con un problema global como la educación financiera y hacerlo en asociación con Unicef es un gran orgullo para Xcapit. Cuando comenzamos a desarrollar esta idea nos propusimos generar un ecosistema simple y fácil en torno a las criptomonedas que permita democratizar su uso, y así hacer más eficiente el mundo de las finanzas tal como lo conocemos hoy. Estamos muy contentos por formar parte de este programa y confiamos que esta colaboración con UNICEF contribuirá al crecimiento exponencial de Xcapit", comentó Trajtenberg, CEO de Xcapit.
Innovación
La empresa está apoyada en un conjunto de más de 20 colaboradores altamente calificados de las más diversas profesiones integrado por ingenieros, matemáticos, físicos, quants, científicos de datos, gente de publicidad, marketing y diseño que comenzaron por desarrollar una plataforma que ofrece un bot que optimiza las inversiones en criptomonedas.
Fernando Boiero, Antonella Perrone y José Ignacio Trajtenberg fundaron
Xcapit en 2018
Los productos de inversión que ofrece Xcapit se basan en algoritmos con inteligencia artificial que leen el mercado, aprenden y permiten gestionar la cartera de los inversores, directamente sobre sus cuentas, sin perder el control o custodia de sus fondos.
En 2020, la empresa cerró su primera ronda de inversión u$s450.000 provenientes de inversores ángeles locales de diferentes sectores, incluido un Fondo de Capital de Riesgo canadiense especializado. Esto le permitió enfocarse 100% en su plan de crecimiento y expansión. Próximamente, la empresa desembarcará en México y están en su segunda ronda de inversión buscando u$s2 millones para expandirse en América Latina.
Simultáneamente a la billetera propia, Xcapit desarrolla productos DeFi (finanzas descentralizadas) para brindar una solución integral que promueva la cultura del ahorro e inversión desde edades tempranas. Entre otras distinciones, Xcapit fue seleccionada como una de las startups latinoamericanas con mayor potencial de convertirse en unicornios (alcanzar una valuación de mercado superior a u$s1.000 millones) por Startup Network.
Fuente: La Nación