Actualmente, se escucha mucho hablar sobre trading. De repente, aparecen amigos, familiares o conocidos que jamás se dedicaron a las finanzas o las inversiones, pero dicen tener un nuevo "trabajo" o "negocio" que refiere a la práctica de operar o tradear.
Esta nueva moda tomó particular fuerza en la Argentina porque operar en mercados internacionales es tan accesible como hacerlo en mercados nacionales. De modo que, con el mismo, uno puede generar retornos en dólares en lugar de pesos. Nótese, sin embargo, que utilizo la palabra "retorno" en lugar de "ganancia", ya que los retornos obtenidos de operar pueden ser positivos o negativos.
Esta observación no es casual, puesto que, al escuchar las opiniones de mucha gente nueva en el mercado, daría la impresión de que operar es muy sencillo y de que cualquiera puede dejar su trabajo para vivir cómodamente generando dólares desde una computadora. Lamentablemente, esa es una idea errónea.
Tuve la suerte de cursar la Lic. en Finanzas en UADE donde aprendí las bases teóricas de las inversiones y del trading. Luego tuve la oportunidad de operar profesionalmente para una financiera del exterior y de redactar reportes de inversión para Merryll Lynch. En mi experiencia, el trading es una de las profesiones más difíciles que existe, aún para los experimentados.
Como filosofía personal considero que nada es imposible si uno dedica el suficiente tiempo, esfuerzo y recursos para adquirir las habilidades necesarias. Pero como profesional de los números, analizo cuáles son las probabilidades de alcanzar el objetivo y cuál es el costo hundido si luego cambio de opinión.
Un dato importante al respecto es que las estadísticas a nivel mundial indican que el 90% de los traders no son exitosos, de modo que, en promedio, nueve de cada diez personas que comiencen a operar perderán dinero mientras que solo una ganará.
A continuación, detallo algunos conceptos que pueden ayudar a evaluar esta decisión con más conocimiento si está en tus planes convertirte en trader.
Los conceptos que todo trader debe manejar
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Costo de oportunidad: son los ingresos que uno deja de percibir en una inversión que no hizo por efectuar otra inversión.
El ejemplo más intuitivo, pero más relevante, es el empleo. Si alguien renunciara a su empleo (y su correspondiente salario) para dedicarse full time al trading, perdería sus ingresos mensuales. Estaría obligado a generar retornos positivos (ganancias) con sus operaciones para pagar sus gastos mensuales. Esta situación suele ser la receta perfecta para la ruina, porque en la necesidad de generar retornos positivos el operador probablemente fuerce operaciones que de otro modo no hubiera hecho.
¡Así que el primer consejo es que no renuncies a tu empleo hasta que hayas experimentado trading al menos doce meses!
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Costo hundido: es la inversión que no puede recuperarse si uno decidiera abandonar el proyecto luego de comenzar.
En un negocio tradicional donde alguien abre una carnicería y luego decide cerrarla, podría liquidar el stock y vender las máquinas, pero no podría recuperar los meses pagados en concepto de alquiler y de sueldos. Este es un riesgo que debe prever y asumir con antelación a iniciar el negocio.
En el caso del trading, la inversión inicial sería el capital con el que se va a operar. Si alguien arriesgara u$s10.000 y perdiera el 50% en sus primeras 50 operaciones, tendría un costo hundido de u$s5.000 antes de comenzar su operación 51. Si, en ese momento, decidiera que no quiere continuar como trader porque no le gusta o no le sale bien, entonces debe asumir ese costo y dejar de operar de inmediato. Uno de los errores más comunes es pensar que "va a hacer unas operaciones más solo para recuperar el dinero perdido" y luego ocurre exactamente lo contrario.
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Riesgo perdido (Loss Risk): es la cantidad de dinero máxima que un trader asumirá como pérdida en una operación.
Los números del ejemplo anterior no son aleatorios. Los profesionales más experimentados suelen tomar posiciones que, cuando salen mal, no afectan más del 1% de su capital total. De ese modo, uno debería perder 100 operaciones seguidas para quebrar su cuenta. Es aconsejable que un trader novato lo reduzca a un 0,5% hasta que tenga un tiempo de experiencia prudente.
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Frenar la pérdida (Stop Loss): es una orden automática de cerrar la operación si esta llega al nivel máximo asumido de pérdida.
Supongamos que, con un capital de u$s10.000, se compraron 500 acciones de u$s10 por un valor total de u$s5.000. Si se quiere asumir un Loss Risk del 1%, la operación podría perder hasta u$s100 (recordar que se calcula sobre el capital total). Entonces el Stop Loss debería ser de 100/5000=2%, lo que implica que se creará una orden automática de venta si el precio de las acciones baja de u$s10 a u$s9,8 (note que 500 x 9,8 = 4900, o sea que el capital total pasó de u$s10.000 a u$s9.900, lo que resulta en un 1% menor).
Es necesario, imperativo e indiscutible el uso de Stop Loss para hacer trading. Si alguien opera sin Stop Loss no está tradeando, sino apostando.
Tipos de Trading
Los mercados financieros operan como mínimo 6 horas por día de lunes a viernes, pero aquellos más activos (como Crypto o Forex) operan 24x7. Esto brinda la posibilidad al trader de abrir y cerrar una posición en el momento que quiera. De acuerdo al horizonte temporal con el que esté especulando hay tres tipos de traders:
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Scalper: abre y cierra la posición en segundos o minutos con un capital reducido. Pretende aprovechar desvíos mínimos e inmediatos de la tendencia del activo.
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Day Trading: abre y cierra la posición dentro del día con un capital mayor. Busca anticiparse al movimiento del activo para construir la posición con más tiempo.
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Swing Trading: abre y cierra posiciones que duran días o semanas con sumas importantes de capital, buscando aprovechar al máximo la tendencia actual del activo.
Nada impide operar con mayor o menor capital en cualquiera de las tres opciones.
Trading vs Inversión
Hay quienes podrían argumentar que sostienen una posición de swing trading durante meses. De hecho, esa es mi opción más habitual.
Sin embargo, en mi concepción eso ya no es trading, sino inversión. La compra o venta del activo se da más por motivos de análisis fundamental que de análisis técnico. Es decir, por la visión que tiene el inversor de la utilidad o valor que tendrá el activo en el futuro, y no por los indicadores que se ven en el gráfico de barras ahora.
Esta nota describió conceptos generales que se pueden utilizar para operar cualquier activo, pero una característica particularmente propia de las criptomonedas es su extrema volatilidad, porque aún es un mercado incipiente, altamente especulativo y en muchos casos con poca liquidez.
Esto provoca que muchas veces al operador se le accione su stop loss por unos segundos, y luego el activo retome el camino proyectado por el trader, generando una pérdida de dinero y una frustración elevada. De modo que una profesión de por sí compleja se vuelve aún más compleja en este mercado.
Si en lugar de actuar como traders actuamos como inversores, ganamos un aliado invaluable que es el tiempo. Hay días que podremos estar arriba y otros abajo en la posición, pero, en el largo plazo, sin duda ganaremos si creemos que el mercado seguirá creciendo. Esa es la magia de invertir en las etapas iniciales de un nuevo activo. Pensá cuantas veces habrás dicho "ojalá hubiera comprado Bitcoin hace tres años" y luego pensá qué vas a estar diciendo en los tres años próximos.
También tengamos en cuenta un aspecto fundamental: la seguridad. Si operamos con exchanges, debemos conocer en profundidad su historia, a sus fundadores e incluso quienes les brindaron el desarrollo blockchain que habilita las transacción, como puede ser el caso de Koibanx: la plataforma que vayas a utilizar debe tener los máximos estándares de seguridad disponibles.
Finalmente, no operes. Just HODL.
*Por Juan Pablo Orlando, Entrepreneur & Investor.