Las monedas digitales vienen creciendo a pasos agigantados estos últimos años, especialmente durante 2020, dónde la pandemia de coronavirus COVID-19 obligó a muchas personas y entidades bancarias a recurrir a toda clase de activos digitales, ante las diversas restricciones impuestas.
Si bien los privados y los particulares son los que más están tomando la iniciativa, gobiernos de todo el mundo están empezando a considerar opciones de digitalización de sus divisas, aunque la mayoría aún son escépticos en este sentido.
El caso más emblemático de país adoptando la virtualidad económica es el de China, el cual ya permite usar el yuan electrónico en la ciudad de Shenzhen, mediante la aprobación del Banco Popular de China a fines del año pasado. A partir de este antecedente, el Banco Central Europeo considera tomar la iniciativa con propuestas semejantes.
Fabio Panetta, miembro del comité ejecutivo del BCE, aseguró que el horizonte para la implantación del euro digital es de unos 4 o 5 años. "La inacción no es una opción", detalló el funcionario en una entrevista con el medio alemán Der Spiegel.
En cuanto al despliegue y la logística que conllevaría el plan de emisión y distribución, describió que "probar el euro digital en diferentes ciudades sería una decisión inteligente".
Cabe destacar, que este dinero poco tendrá que ver con las actuales criptomonedas cómo Bitcoin (BTC) o Ethereum (ETH). El euro digital estará sujeto a unos valores de mercado y a un control por parte del BCE, lo que le dará una menor volatilidad y llevara al ente a tener una mayor capacidad de regulación sobre el mismo. Como contraparte, las criptomonedas ofrecen una mayor libertad y privacidad en las transacciones a la vez que se dispone de una cuantía limitada.
Por lo pronto el BCE remarca que el euro digital no reemplazará el dinero en efectivo en ningún caso. "Los europeos recurren cada vez más a lo digital en la forma en que gastan, ahorran e invierten. Nuestro papel es asegurar la confianza en el dinero. Esto significa asegurarse de que el euro sea apto para la era digital. Deberíamos estar preparados para emitir un euro digital, en caso de que surja la necesidad", ha afirmado Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, en octubre de 2020 días después de que se diera a concer la noticia del proyecto del organismo.
Según la jefa del BCE, es difícil estimar una fecha "porque en el mundo fintech las cosas cambian muy rápido y no sólo necesitamos estar alerta sino avanzar de manera segura".
Christine
Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo
También remarcó que no se trata de algo "para mañana", sino que llevará tiempo, en concordancia con lo dicho por Panetta, aunque ha expresado su convencimiento de que "habrá un euro digital" porque el BCE debe dar respuesta a la demanda de los ciudadanos y "esa demanda está".
El futuro del euro
Se estima que para mitad del presente año, el comité ejecutivo tendrá que comunicar su análisis preliminar al Consejo de Gobierno, que entonces decidirá cómo proceder. A partir de allí, y solo entonces, se iniciará el "trabajo real" del BCE, "delimitando el marco operativo y la solución técnica durante al menos 18 meses. Luego, el Consejo de Gobierno adoptará una decisión final y, si se aprueba el proyecto tal como esta y no se le aplican modificaciones, se iniciara la fase de implementación" explicó Panetta.
Las nuevas implementaciones podrían suponer un riesgo para el negocio bancario al evitar la injerencia de la banca minorista, enfocada en clientes particulares y empresas más ligadas a su red de oficinas, cajeros y que ha sido el intermediario financiero clásico entre bancos centrales y particulares.
Con la implementación del euro digital, estos intermediarios dejarían de ser necesarios. En este sentido, Panetta afirmó que igualmente jugarán un papel importante en esta transición.
A pesar de que los detalles no están del todo definidos, el miembro del cómite de la entidad ha indicado que el BCE podría limitar los depósitos a 3.000 euros en su sistema para evitar corridas o pánico bancario, algo que "es mucho más que los requisitos de efectivo de la mayoría de la gente hoy en día".
Qué países buscan sus propia moneda
Las principales potencias corren contrarreloj para distribuir las diversas vacunas contra el coronavirus que salieron al mercado a fines del año pasado, que permitan llegar a una nueva normalidad, lo más parecida posible al escenario prepandemia.
Pero también participan en una carrera que comenzó antes del brote de Covid-19, si bien la enfermedad no hizo más que confirmar en lo "micro" lo que ocurrirá en lo "macro": el dinero del futuro será digital y tendrá forma de criptomoneda.
Más allá del recelo con el que se vio a Bitcoin desde sus comienzos, los principales inversores institucionales ya apuestan a las divisas virtuales y cada vez más corporaciones resguardan parte de su capital en ellas.
En efecto, la reciente escalada de la divisa fue la respuesta a una mayor confianza de los fondos de inversión ante el riesgo inflacionario que sugiere la "fiebre" de emisión de los gobiernos para reactivar la economía. Por ejemplo, la Reserva Federal inyectó u$s9 billones, el 20% de todos los dólares creados en 200 años de historia estadounidense.
Así, las divisas virtuales se "graduaron" este año como activo confiable. Tanto es así que las economías desarrolladas y varias potencias ya apuestan por su propia moneda digital:
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China: el Banco Popular ya está probando el e-yuan en alianza con dos pesos pesados de la tecnología: Alibaba y Tencent
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Reino Unido: llamó a crear una divisa virtual que reemplace al dólar en el comercio internacional
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Francia: prueba el Euro Digital con bancos de primer nivel
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Rusia: el gobierno está avanzando en el rublo digital (como novedad, no requerirá de conexión a Internet para algunas operaciones)
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Estados Unidos: Accenture presentó un proyecto de dólar digital (por sun parte, la Fed creó una plataforma similar)
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Brasil: el gobierno acaba de anunciar que su plataforma PIX de pagos inmediatos podría evolucionar hacia una criptomoneda
Si las principales economías del mundo avanzan en tener su propia moneda digital, surge una pregunta: ¿Tiembla el dólar como divisa de intercambio internacional?
Yuan
digital, implementado en algunas ciudades chinas
En avance
Según expertos, los gobiernos y el sistema financiero global están encarando una transición hacia las divisas virtuales para reconvertir procesos tras décadas sin cambios.
"La crisis global dejó en evidencia todas las ineficiencias de un sistema financiero tradicional manejado por bancos. No ha habido mayor avance tecnológico en los últimos 50 años", señala a iProUP el experto en criptomonedas Efraín Barraza quien agrega que "incluso pudiendo hacer uso de todas las ventajas de la internet, el sector ha sabido aprovechar el 10%".
Para Alberto Vega, CEO y cofundador de Bithan, las ayudas estatales en la pandemia son uno de los puntos que saltan a la luz para mostrar esa obsolescencia del sistema financiero.
"Un ejemplo fue la lentitud en repartir las partidas presupuestarias de asistencia, como el IFE, con demoras de hasta meses en depositarse al beneficiario. El problema es que estos estímulos pasan por intermediarios que le quitan eficiencia y rapidez al sistema", resalta.
Barraza agrega que "los excesos en la política monetaria de EE.UU. han generado que los bancos centrales de todo el mundo estudien nuevos modelos de emisión para moderar los efectos de este exceso de liquidez en los mercados internacionales".
El caso más interesante es el de China, que comenzó a experimentar esta tecnología en 2014. Según Vega, a principios de mes, "el gobernador del Banco Popular, Yi Gang, afirmó que el yuan digital está siendo testeado en cuatro de las ciudades más importantes del país, con más de 4 millones de transacciones por 2.000 millones de yuanes".