Este año se acaba y con él se van una serie de sucesos históricos, más de los que se hayan visto en mucho tiempo. La pandemia ha dejado una marca imposible de borrar en prácticamente todas las actividades humanas.
En el mundo de las inversiones no fue la excepción; la pandemia sacudió en sus cimientos a los mercados y puso a prueba su estabilidad, el 2020 fue un periodo de sucesos inéditos en materia económico-financiera y como consecuencia la volatilidad estuvo a la orden del día, en determinado momento parecía que estábamos frente a una auténtica tragedia en los mercados, que se disipaba en otras ocasiones. Finalmente los mercados y los inversionistas sobrevivieron una vez más. Estas son las 5 lecciones que quedan de un año que jamás se olvidará como referente para la humanidad.
1 - Todo lo que baja tiene que subir, o viceversa; el tiempo es relativo.
Con una caída promedio de casi 50 por ciento en los indicadores bursátiles de Nueva York en el peor momento de la pandemia, parecía que las bolsas de valores en el mundo se enfrentaban a un año negro, con pérdidas inevitables y grandes colapsos. Pero el balance preliminar de 2020 refleja un saldo en el que pareciera que los mercados no se enfrentaron a la peor pandemia en casi 100 años, misma que provocó un gran confinamiento, la paralización de gran parte de las actividades productivas en el planeta y el derrumbe de las economías.
Todo lo que baja tiene que subir, o viceversa
Al cierre del jueves 24 de diciembre el índice Dow Jones refleja una ganancia de 5.82 por ciento en el año, el S&P500 tiene un saldo favorable en ese 2020 de 14.61 por ciento y el Nasdaq, índice que mide la evolución de las acciones en el sector tecnológico, muestra un impresionante avance de 42.70 por ciento, parece que nada hubiera sucedido. Eso lleva a la segunda lección.
2 - Los mercados no esperan, reaccionan
O lo que es lo mismo, aplican esa vieja regla no escrita de "comprar el rumor y vender la noticia"; cuando parecía que habría una tragedia mayúscula en los mercados financieros estos no sólo se recuperaron sino incluso entraron en una racha que los llevó a borrar todas las pérdidas causadas por la pandemia al grado de cerrar este año con avances inesperados.
Los mercados empezaron a "descontar" los efectos de la lluvia de liquidez por parte de los bancos centrales, la eventualidad de una vacuna contra la Covid-19 antes de que finalizara el año, tal como sucedió, y la recuperación gradual esperada para 2021, encabezada por China. El shock fue de tal magnitud, que estimulados por los factores antes señalados y algunos más, los mercados no esperaron lo obvio, es decir el desplome económico de este año, sino trataron de reaccionar, es decir adelantarse, a lo que sigue.
3 - El dinero manda, guste o no
Contra las actuales tendencias en varias partes del mundo sobre un papel innecesario de los grandes capitales en la economía mundial y la aparente extinción del capitalismo o parte del mismo, esta crisis ha demostrado que sin los recursos, sin los capitales, el mundo simple y sencillamente habría colapsado.
Sin la participación de los bancos centrales, el mundo estaría frente a una Gran Recesión, igual o peor que aquella que azotó al planeta en la década de los treinta del siglo pasado. No hay otra explicación para la recuperación de los mercados, ni para el repunte económico esperado el año siguiente en el mundo entero (insuficiente pero repunte al fin), que la inyección de miles de millones de dólares en los circuitos económico-financieros del planeta. El dinero manda.
4) El centro bursátil del mundo sigue siendo Wall Street
En los años recientes se ha escrito mucho sobre el avance de otros mercados bursátiles en el mundo, llegando incluso a cuestionarse la importancia de la bolsa de valores de Nueva York como eje bursátil del planeta, por increíble que parezca. Esta crisis dejó claro que el mercado de valores gravita sobre Nueva York, la bolsa de valores en Wall Street sigue y seguirá por mucho tiempo como el eje de los mercados en el mundo entero, lo que suceda en la bolsa de Nueva York tendrá repercusiones por todo el globo terráqueo.
Wall Street sigue siendo el lugar donde se decide el destino de la economía mundial
Otros centros financieros son muy relevantes (Londres, París, Tokio, Shangai, etc), pero la mayor economía se llama Estados Unidos y su mercado financiero determina muchas cosas, lo hará por un largo rato.
5 - La "nueva" y la "vieja" economía coexistiran por mucho tiempo más
El repunte del índice de acciones tecnológicas tiene al final del año una ganancia espectacular como ya lo señalamos; de hecho, la tecnología es la gran ganadora de esta pandemia, consolidándose como la herramienta indispensable para gran parte de las actividades humanas. Pero lo anterior no significa que se acabó la "vieja" economía; las manufacturas con sus fábricas, todo tipo de actividades primarias y desde luego el comercio presencial, no van a desaparecer. De hecho, la tecnología será un coadyuvante para que la "vieja" economía evolucione, pero con su esencia.
La "nueva" y la "vieja" economía tienen por delante un largo camino de coexistencia, será difícil que la primera absorba por completo todo el peso económico, pero la segunda no se podrá aislar de su influencia. La vieja y la nueva economía tienen muchos capítulos para escribir las décadas que siguen.
Los mercados no se colapsaron, ese es quizás el gran balance del año 2020. Pero, este periodo de 12 meses que está por finalizar no fue común, eso lo saben quienes invierten y viven el día a día, ningún año se parece sin embargo este fue excepcional, tal como lo es el saldo final, según concluye un artículo del sitio Altonivel.com.