Según informó recientemente Reuters, Airbnb estaría acelerando para poner en marcha su OPV y así poder cotizar a una valoración aproximada de u$s 30.000 millones. Esto se debe a la crisis del COVID-19 que afectó negativamente el negocio de la plataforma, ya que reducción de la actividad turística y a los confinamientos.
Sin embargo, la estrategia de Airbnb es intentar generar un terreno atractivos para los inversores, al igual que Vroom, Zoom, Palantir o Warner Music. Pero además, sin importar las crisis económica, el 2020 va camino ser el de mayores debuts bursátiles desde la burbuja de las puntocom.
Las trabas
Por su parte, la plataforma digital dedicada a la oferta de alojamientos a particulares y turísticos, no quiere perderse la fiesta y tiene el objetivo de captar, por lo menos, u$s 3.000 millones para seguir adelante con sus proyectos empresariales.
No obstante, para llevar a cabo este ambicioso objetivo, Airbnb deberá lidiar con un factor fundamental; las pretensiones que tienen muchos de sus empleados.
Con la idea de mantener contentos a los empleados, Brian Chesky, CEO de Airbnb, y otros altos directivos hicieron algunos ajustes.
Hace más de un año The New York Times publicó que varios trabajadores de la compañía escribieron una carta a los fundadores suplicando poder vender sus opciones sobre acciones. Asimismo, como consecuencia de que Airbnb es una empresa privada, sus títulos no pueden cotizar o canjearse fácilmente. Por eso, ya se anticiparon para solicitar que pegase al salto a los mercados. Esta medida les permitiría vender libremente sus acciones.
La publicación estadounidense señaló que al menos habría unas 6.000 personas que estaban cada vez más frustradas por no poder canjear las acciones de la empresa que recibieron en su momento como paquetes de compensación. Esperar a la OPV se convertió desde ese momento en una fuente creciente de estrés, lo que impide que algunos hayan decidido mantenerse dentro de la empresa.
Sin embargo, con la idea de mantener contentos a los empleados, Brian Chesky, CEO de Airbnb, y otros altos directivos hicieron algunos ajustes. Por ejemplo, comenzaron a ofrecer años sabáticos a algunos trabajadores, ampliaron la política de conciliación de la empresa y aumentaron el programa de jubilación. Pero además, también crearon un programa para proporcionar préstamos de uso general a bajos intereses de cientos de miles de dólares a los empleados.
La apuesta a los inversores minoristas
Si se tiene en cuenta lo que baticinó The New York Times, que estos trabajadores quieran deshacerse de sus títulos lo antes posible, especialmente después de que algunos empleados hayan salido recientemente de la compañía por los despidos derivados de la crisis generada por la pandemia. Debido a todo esto, es que la compañía esté centrándose en fórmulas para atrapar a nuevos inversores y que la capitalización de la empresa pueda tirar al alza en Wall Street.
Pero además, una de las medidas más destacadas, es que Airbnb podría facilitar la participación de los inversores minoristas en su OPV prevista. De este modo, podría compensar ese éxodo masivo de muchos empleados dentro la empresa.
Airbnb probablemente dividió las acciones por factores logísticos y de marketing.
Como medida inicial, la plataforma aprobó un pre-split de 2 por 1 que entró en vigor recientemente. Para aquellos fondos de capital riesgo que ya poseen acciones, el valor de cada una aumentó un 10,4% después de la división.
"Antes de la división, las acciones estaban valoradas en u$s 69,76 cada una al 30 de septiembre, en comparación con u$s 63,15 al término de ejecutarse esa división", según informó Bloomberg. "Después de la división, los títulos ordinarios de la compañía (privados) estaban valorados en u$s 34,88 cada uno", añadió.
Por su parte, Seth Borko, analista de investigación senior de Skift Research, explicó que las divisiones de acciones suelen ser una "fachada", ya que no cambian el valor fundamental de la empresa y rara vez tienen repercusiones a largo plazo.
No obstante, Airbnb probablemente dividió las acciones por factores logísticos y de marketing, en aras de acaparar un mayor volumen de inversores una vez que salte a cotizar el parqué.
"Tal vez haya algún problema con la cantidad de acciones en circulación y tener más disponibles facilita a los suscriptores dividirlas y asignarlas a los nuevos inversores", afirmó Borko.
"O tal vez Airbnb anticipa una gran participación de los pequeños inversores minoristas y cree que un precio más bajo de las acciones hará que sea más atractivo", agregó.
Dan Wasiolek, analista senior de renta variable de Morningstar, va en esta misma línea en un último informe. "El split no cambia nada sobre los fundamentales del negocio de Airbnb", aseguró.