En todo siempre puede aparecer una oportunidad, un error haciendo una transferencia internacional llevó al estonio Kristo Käärmann a crear un negocio que ahora está valorado en u$s 5.000 millones.
Junto a Taavet Hinrikus, Käärmann quiso encontrar la manera de transferir dinero al extranjero que le permitiera eliminar a los bancos como intermediarios y en 2011 lanzaron Transferwise, una empresa de tecnología financiera que permite transferir dinero al exterior para convertirlo a la moneda local, utilizando el tipo de cambio medio del mercado, más una comisión de 0,75%.
Actualmente, mueven unos 4.000 millones de euros cada mes para sus 8 millones de clientes en todo el mundo. El 52% de sus ingresos provienen de Europa y España está entre los 5 mercados más importantes en el continente. Tan solo en el último año fiscal, los ingresos de Transferwise han crecido un 70% y el beneficio neto supera los 23 millones de euros.
Los inversores
Aunque en estos momentos la compañía no necesita ninguna ronda de financiación, ya que se financian por las tasas de sus propios clientes, sí que han acudido a inversores en el pasado.
Pese a que durante su primer año de vida se autofinanciasen, pronto tuvieron que echar mano de financiación externa para poder satisfacer la creciente demanda.
"Salimos a buscar inversiones y encontramos gente como Peter Thiel, que antes de eso había fundado PayPal con Elon Musk, por lo que entendía un poco más el problema y estaba en sintonía con lo que se puede hacer con la tecnología", explicó Käärmann en una entrevista para Business Insider España.
En su búsqueda también dieron con Marc Andreessen, Ben Horowitz o Richard Branson, quien también suele romper con el modelo tradicional.
Käärmann también subraya que el mayor error que alguien puede cometer al intentar vender un proyecto a los inversores es olvidarse de contar el producto a través de los ojos de los clientes.
"¿La clave de convencer a estos inversores? Tener clientes que no solo quieren el servicio que construyes para ellos, sino que estén dispuestos a pagar por él, aunque sea un poco", detalló el empresario.
El estonio considera que para los inversores eso es una muy buena señal, ya que si tienes mil clientes así, probablemente haya potencialmente 10.000 o 100.000 más que simplemente no han encontrado tu servicio aún o que llegarán cuando el producto mejore de alguna manera.
La demanda de sostenibilidad
Antes de marzo de 2017, la empresa había reportado pérdidas, pero desde entonces no han dejado de ser rentables. "Esto es muy único. Somos una gran compañía de tecnología de rápido crecimiento y lo normal es recaudar mucho dinero por parte de los inversores pero también tener grandes pérdidas".
Es el caso de Airbnb, Uber, Pinterest, Lyft o Dropbox, que tienen millones de usuarios en todo el planeta, pero también de algunas startups del universo fintech como Revolut, Monzo o N26.
En este nuevo entorno, parece que los inversores se centrarán más en la rentabilidad que en las agresivas proyecciones de crecimiento.
"Hay una demanda de sostenibilidad por parte de los inversores, porque tanto los accionistas como las propias empresas se están dando cuenta de que no pueden seguir perdiendo dinero para siempre. Tienen que ser rentables en algún momento. La clave está en encontrar el punto de equilibrio", señaló Käärmann.
"He notado que todo el mundo está prestando un poco más de atención, no sólo al número de clientes y al crecimiento, sino también a si sus clientes estarán dispuesto a pagar por el servicio", agregó.
Transferwise confía en que lo que les diferencia del resto es que han trabajado "duro" para asegurarse de que cobran lo mínimo posible a los clientes, pero lo suficiente como para poder sobrevivir de forma independiente y sin necesidad de inyecciones externas.
"Así podemos garantizar que seguiremos funcionando durante los próximos 20 años. Estaremos aquí por mucho tiempo hasta que nuestra misión esté completa", concluyó.