La pandemia está obligando a los locales con atención al público –especialmente, los gastronómicos– a elaborar estrategias que les permitan evitar las aglomeraciones y el contacto entre personas.
Las cadenas de comida rápida ya habían implementado formas automatizadas para atender a sus clientes, como los quioscos de autoservicio, que en este contexto se profundizan.
KFC fue más allá y lanzó una tienda que no posee empleados en el salón: sólo mantiene a los cocineros que elaboran los platillos en la cocina. Y una vez que los pedidos están listos, los ubican en una cinta transportadora que los lleva hasta un brazo robot que se encarga de despositarlo en un casillero.
Los clientes realizan sus pedidos a través de un kiosco digital y abonan a combra con tarjeta o datos biométricos faciales. Y un casillero se abre para que puedan retirar su comida.
Este restaurante 4.0 fue inaugurado en Moscú y fue diseñado antes del brote de coronavirus como una forma de buscar métodos más higiénicos, económicos y rápidos de atender al público.
Competidor
Restaurant Brands International, propietario de las cadenas Burger King y Tim Hortons, dice que la industria de servicios de alimentos tendrá que cambiar "en un futuro previsible y posiblemente para siempre" después del Covid-19.
En una carta abierta el martes, el líder ejecutivo del grupo, Jose Cil, dijo que su compañía se está preparando para recibir a clientes cuando algunos gobiernos comiencen a reabrir sus economías.
Una opción que se está considerando es "máscaras más cómodas y reutilizables que pueden convertirse en parte de nuestros uniformes estándar", según informó Bloomberg.
Restaurant Brands está aumentando su capacidad de pedidos digitales al agregar sus restaurantes a las aplicaciones de teléfonos inteligentes, dijo Cil.
También señaló que la compañía está realizando mejoras no especificadas en su negocio de reparto de comidas desde el coche y agregando un servicio de retiro en la acera o pavimento. Dentro de los restaurantes, se está asegurando de que los clientes estén espaciados en todas las localizaciones, independientemente de las regulaciones particulares.
Los restaurantes están teniendo dificultades para adaptarse a la pandemia de coronavirus, que ha trastornado la vida cotidiana en gran parte del mundo y se ha cobrado la vida de cientos de miles de personas. McDonald's, su principal competidor, ya está realizando pruebas piloto de sus restaurantes del futuro próximo.
Si bien muchos han visto que las ventas se evaporan por los cierres obligatorios y las reglas de distanciamiento social, hay algunas pruebas de que los consumidores aún quieren alimentos que no tienen que hacer ellos mismos, en las circunstancias adecuadas. La cadena de recogida y entregas de pizzas Papa John’s International Inc., por ejemplo, informó la semana pasada que abril fue el mes de mayores ventas en la historia de la compañía.
Restaurant Brands dijo que más del 95% de sus ubicaciones en Estados Unidos están sirviendo comida a través de la entrega a domicilio y en automóvil. Sus establecimientos, de los que opera cerca de 1.000 en la actualidad, están reabriendo gradualmente según lo permitido por las autoridades locales.
Competidor
El mundo está cambiando a una velocidad impresionante y luego de esta pandemia ciertamente no será el mismo. En este contexto, los restaurantes deberán adaptarse y tratar de brindar sus servicios guardando las medidas de seguridad para evitar una segunda propagación.
Por esta razón, McDonald’s ya se encuentra probando un modelo distinto en sus establecimientos. En la ciudad Arnhem de Países Bajos, la cadena de comida rápida experimenta formas de mantener la higiene y el distanciamiento social entre sus comensales y su personal.
Un video de YouTube, nos muestra cómo la franquicia quiere establecer la medida de distanciamiento de 1.5 metros entre sus clientes dentro y fuera del restaurante.
Del mismo modo, al entrar al establecimiento los usuarios deberán lavar sus manos siguiendo las recomendaciones sanitarias y serán atendidos guardando la distancia correspondiente.
La decisión sobre si se reabrirán restaurantes y bares se conocería cerca del 12 de mayo, pero el primer ministro Mark Rutte ha descartado que las cosas vuelvan a la normalidad.
Si reabren, deberán mantener a los clientes y al personal al menos a 1,5 metros de distancia para evitar una nueva ola de infecciones.
McDonald's dice que podría iniciar el servicio a las mesas, llevando las hamburguesas y papas fritas a sus clientes en carritos de comida desde donde retirarían sus órdenes.
Otra nueva característica incluiría estaciones de lavado de mano en la entrada y a un miembro del personal protegido por una pantalla de plástico que mostraría a los clientes su lugar en la fila.
Muchos dueños de restaurantes en Países Bajos temen que el distanciamiento social simplemente los saque del negocio. McDonald's, sin embargo, espera que su nuevo formato funcione en 180 restaurantes de las 252 franquicias en el país.
"En promedio, esto nos permitirá atender a cerca de un 66% de nuestros números normales de clientes", dijo un portavoz de la empresa. "Nosotros no esperamos que se autoricen las reaperturas antes de junio. Pero incluso entonces, avanzaremos gradualmente. Reajustar 180 restaurantes es mucho pedir".