Las aguas del mundo emprendedor y la de los fondos de capital de riesgo siguen muy agitadas. Tras el cimbronazo que representó la catástrofe de WeWork y la especulación sobre el futuro de startups que gastan fortunas pero generan pocos ingresos, como Uber o Cabify, los principales players del sector se están reagrupando y replanteando estrategias.
Es que el caso WeWork caló hondo dentro del sistema: la compañía de oficinas compartidas llegó a estar valuada en casi u$s50.000 millones para luego, a los pocos meses, antes de que se confirmara la postergación de su debut bursátil en Nueva York, desvalorizarse a menos de la quinta parte de esa cifra.
Así, el fondo de inversión japonés Softbank –su principal accionista– se vio obligado a capitalizarla y a encarar un fuerte ajuste que arrancó con el despido de más de 4.000 empleados, como parte de su operativo para reordenar las finanzas e intentar llegar al punto de equilibrio.
El temblor tuvo su réplica en Latinoamérica, región en la que están apareciendo nuevos unicornios con proyección internacional. Más aún, teniendo en cuenta que Softbank destinó u$s5.000 millones para crear un fondo para acelerar startups.
Estos temas fueron abordados en Latin American Ventures Summit, un encuentro para emprendedores y fondos de inversión celebrado en Colombia y del que participó iProUP.
"Se nos vendió que existe una fórmula mágica: hagan tecnología, masifiquen, crezcan con un número alto de usuarios y eso, en algún momento, será rentable. Este sistema se expandió a nivel global pero es muy muy peligroso", explica a iProUP José Torres, Senior Investment Manager del fondo internacional Bamboo Capital, en el marco del encuentro.
En un contexto en el que los grandes fondos de capital de riesgo tienen como estrategia inflar sumas multimillonarias en compañías para propiciarles un crecimiento desmedido, distintos players del sector comenzaron a buscar alternativas para apalancar emprendimientos más sostenibles en el tiempo y atados a objetivos más razonables.
Esto se da en el marco del colapso de algunas de las inversiones más prometedoras del gigante japonés. Carlos Correa, director de nuevos negocios de Rappi, quiere separarse del modelo de inyección de capital desmedido y asegura que son una empresa saludable: "Estamos subiendo nuestra valuación a partir de los números verdes y mejorando la eficiencia de nuestro algortimo".
Por eso, y más allá de disponer de una billetera abultada -con los ceros millonarios del fondo asiático-, en Colombia ya muestra números positivos y en México está cerca del break even (equilibrio entre ingresos y egresos).
"Aceleradoras, incubadoras y company builders, sumado al esfuerzo de corporaciones y multinacionales, se unen con los fondos desde un ejercicio estratégico de innovación abierta y trabajan cada vez más de manera creativa", asegura a iProUP Carolina Durán, directora ejecutiva de Corporación Ventures, organizadora del Latin American Ventures Summit.
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A este evento internacional asistieron más de más de 2.500 personas del ámbito del emprendedurismo, los fondos de inversión y el ecosistema de innovación de América Latina para evaluar el futuro de una actividad en ebullición en medio de una región convulsionada. Además, para medir los riesgos de una posible burbuja en la región.
Perspectiva latinoamericana
Este año volvió a ser sumamente fructífero para las startups de América Latina: acapararon una inversión de capital de riesgo superior a los u$s2.000 millones. Es decir, se duplicó por segundo año consecutivo, consignan desde LAVCA. Pero no fue el único logro que consiguió la región:
- Emergieron 19 unicornios (emprendimientos con una valoración superior a los u$s1.000 millones)
- Se realizó la ronda de capital más grande hasta la fecha: iFood, una app de delivery brasileña, captó u$s500 millones
- SoftBank creó un fondo de venture capital (capital de riesgo) de u$s5.000 millones para invertir en emprendimientos latinoamericanos
"Esta nueva generación, más digital, que usa dispositivos móviles e Internet de forma nativa, ayuda a repensar el futuro", indica Torres. Desde LAVCA revelan que los desembolsos de los venture capital se repartieron en 2019 de la siguiente manera:
- 56% en Brasil
- 21% en México
- 10% en Chile
- 4% en Argentina
- 4% en Colombia
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- 2,4% Perú
- 2,6% en el resto del continente
En el horizonte aparece el fantasma de la burbuja del 2001, las falsas esperanzas y grandes pérdidas de la explosión de las puntocom, que dieron lugar al cierre de gran cantidad de empresas que no contaban con modelos de negocios realistas ni sustentables.
"Desde la visión inversionista, queremos que los emprendedores generen valor real para la sociedad y dejen de pensar a corto plazo. Aquellos que sucumben a esta vanidad de la medición corta no pueden subsistir y dejan irresueltos problemas más profundos que amenazan el negocio. Si esto no está claro los venture capital no ponen plata", plantea Torres.
En esta misma línea, Durán asegura que las startups deben reordenar sus prioridades y, al mismo tiempo, generar impacto y tener sus "papeles en orden" para aprovechar la lenta creación de regulaciones.
"Los emprendedores no van al mismo ritmo que las leyes. Cuando se llega a ese punto, hay que ver que las cosas estén claras para lograr una rentabilidad sostenida", asegura Durán, quien agrega que "tanto los emprendedores como los fondos de inversión tienen la responsabilidad de medir su impacto".
Modelos sostenibles
Global Impact Investing Network revela que, durante 2019, se destinaron u$s228.000 millones en inversiones de impacto en todo el mundo. Sin embargo, los financistas están listos para desembolsar más dinero: unos u$s468.000 millones en 2020. Lo importante, para los grupos de capital, es la diversidad, medir el crecimiento y los resultados.
"El ecosistema está en un momento en el que puede generarse una gran atracción y Latinoamérica está lista para recibir todo el dinero necesario para innovar", suma Durán. Asimismo, asevera que para que una empresa sea valiosa debe crecer y perdurar.
Torres, en tanto, afirma que "para los inversionistas es importante elegir dónde poner la plata, ya que es muy difícil encontrar emprendimientos que crezcan rápido y, a la vez, perduren en el tiempo". "Se generó un vicio en el que el modelo de negocios está puesto más en levantar capital que en tener un esquema rentable", critica.
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"Esta interacción entre capital privado, emprendedores y gobierno debe generar un trabajo colaborativo y una comunidad que apueste a la gestión de capital semilla para achicar la brecha social, donde se genere empleo formal y vigencia en el tiempo" asegura a iProUP Carlos Gamba, Coordinador Nacional de Emprendimiento y Fondo Emprender del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) del Ministerio de Trabajo de Colombia.
"Al fin y al cabo -añade-, el emprendedor es un actor político y social". Para Luis Gallo, miembro del Ventures Summit, "en esta nueva era, todas las corporaciones tienen que tener una convergencia entre generar impacto real y retorno".
"Además, los fondos están buscando empresas que tengan compromiso social, climático y empresarial muy importante", indica Gallo a iProUP.
En este sentido, desde Bamboo afirman que tanto emprendedores como fondos deben volver a "las bases" y que las startups en las cuales apuestan puedan responder preguntas básicas:
- ¿Cuál es su modelo de negocios?
- ¿Qué problema soluciona?
- ¿Cuál es su durabilidad?
- ¿Quiénes son los competidores?
"Todas las empresas tienen que poder contestar estos interrogantes, incluso antes de hablar de su 'tecnología disruptiva'", afirman desde la compañía.
Jorge Farfán, director regional del fondo Bamboo, afirma que los emprendedores tienen una "noción equivocada" de lo que valen sus emprendimientos. "El foco es errado, hay que pensar en clave de durabilidad, entendiendo las bases del negocio", remarca ante la consulta de iProUP.
Pero también hace un mea culpa: "Esto pasa porque los inversionistas generan un círculo vicioso. Hay un fuerte FOMO (siglas en inglés de "miedo a quedar afuera") dentro de estos contextos que lleva a poner plata sólo porque otros lo hicieron".
"También tenemos la presión constante de encontrar al 'próximo unicornio', pero la estrategia de SoftBank y lo que pasó con WeWork va a cambiar un poco el panorama de cara a lo que viene", completa Farfán.
Los objetivos de los venture capital empezaron a alinearse. Luego de observar cómo el ecosistema tambaleó con los traspié de WeWork y Uber, más la inyección de dinero en forma desmedida, los actores del sector comenzaron a pensar una nueva estructura para evitar una nueva burbuja.