El primer semestre fue de festejo para bancos digitales y fintech. También hubo buen clima en el sector de las agtech y de las insurtech. En el mundo de las startups, se registró un récord en la cantidad de desembolsos y hasta el país pudo sumar un nuevo unicornio: Auth0, que pasó a engrosar el salón de la fama del ecosistema local.
De acuerdo con las cifras reveladas a iProUP por la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), entre enero y junio pasado se realizaron:
- Capital semilla: 34 inversiones por u$s6,9 millones (+64% interanual)
- Venture Capital: transacciones por más u$s160 millones (incluida la operación de Auth0)
En los últimos tres años, los desembolsos en la llamada "industria 4.0" evidenciaron una época de oro. Así, los fondos de fundraising que apuntan a invertir en cinco años, tanto en capital semilla como de riesgo, pasaron de apenas u$s10 millones en 2016 a la friolera de 130 millones.
Todo ese clima festivo cambió súbitamente. Se cortó el "glamour" y ese globo alcista se pinchó: ahora el sector quedó congelado, al igual que muchos proyectos que requieren del aporte de dólares frescos, que entraron en compás de espera y no se sabe hasta cuándo. El primer golpe lo recibieron luego de que se acentúe la incertidumbre política y económica tras el resultado de las PASO. Y el segundo, casi de nockout, tras el anuncio del cepo cambiario."Nadie quiere traer sus dólares para financiar un emprendimiento si luego no los va a poder retirar. Para peor, hay otros países con los que competimos que no tienen cepo. Entonces, si un financista tiene que elegir a qué empresa apuntalar, qué proyecto financiar, pudiendo optar entre los de Chile, Brasil, Colombia, Perú o el propio Uruguay, ¿qué razones tendría para decidirse por Argentina'", analiza un ejecutivo de una entidad vinculada con los llamados ángeles inversores.
"Luego de las PASO no llegó ni un dólar", coincide en señalar un empresario que pisa fuerte en el ecosistema emprendedor que pidió no ser mencionado. Según señala, ya se han pausado algunos desarrollos en etapa de gestación o a medio hacer y sólo se han continuado los que están a punto de concreción.
Por cierto, no es lo único. El cepo también complica la situación de muchas empresas que venían recibiendo servicios o asesoramiento desde el exterior, ante la imposibilidad de poder girarle los billetes verdes como contraprestación.
Derrumbe
"Desde las PASO notamos el frenazo. De hecho, en la primera mitad del año tuvimos una buena cantidad de inversiones y también proyectos en etapa due dilligence que ahora se cayeron", reconoce a iProUP Juan Martín Rodríguez, Director Ejecutivo del Centro de Emprendedores de IAE Business School.De acuerdo con este directivo, el lunes después de las elecciones se interrumpieron los desembolsos para tres iniciativas de verticales distintas: tecnología, servicios y energías renovables.
"Si bien estamos teniendo reuniones con inversores ángeles, que son quienes financian, están dejando proyectos para otro momento. No creo que nadie invierta ahora, nadie tiene la más mínima voluntad", complementa.
Marcos Paviolo, consultor en Innovación y Desarrollo de Negocio Emprendedor, coincide en que las startups no están recibiendo los dólares para impulsar sus planes. "A todas se les frenaron las rondas de inversión para conseguir nuevo capital"."Los que arriesgan su dinero -añade- se asustan por semejante nivel de incertidumbre. Primero, no saben qué políticas implementará quien gane la presidencia. Segundo, no tienen forma de medir ni el valor real de su inversión ni del mercado".
Según Rodríguez, no hay sector de la Industria del Conocimiento que se quede afuera de este panorama tan complejo como incierto. "La inquietud es generalizada, afecta a todos los rubros. Aquellos que requieren de montos más altos, como energías o bio y nanotecnología, tienen una gap financiero más avanzado", asegura.
Héctor Sepúlveda, CEO del fondo de inversión latinoamericano Mountain Nazca, tampoco oculta su preocupación. Afirma a iProUP que al complicado panorama político se le suma el macroeconómico."Los financistas ahora ven poco atractivos los proyectos o a las startups que operan sólo en Argentina, a raíz del riesgo que les genera otra devaluación inminente o en proceso", indica. Desde la Cámara Fintech, su presidente, Juan Pablo Bruzzo, coincide: "Claramente hay un desinterés de parte de los inversores en invertir en empresas locales que sólo van a desarrollar el mercado argentino".
"Apuntan a las que buscan expandirse a otros mercados, a las que diversifican. No es un tema sólo de demanda sino de estabilidad económica de esos países los que las hace atractivas.
En la misma dirección, José Bano, Gerente de Asesoramiento Financiero de Invertir Online, afirma a iProUP : "El marco actual no permite aportar previsibilidad. A esto hay que sumarle cambios en lo 'macro', relacionados con lo normativo. Muchos financistas no saben en qué plaza se están metiendo".
"A la hora de obtener dinero, ya no se puede pensar en tomar deuda afuera. Tenés que salir a colocar capital, pero esto tampoco conviene porque para conseguir financiamiento ahora hay que entregar una mayor porción de tu empresa", analiza.
Para Juan Giner, de ARCAP, los fondos que ya fueron destinados a proyectos argentinos están asegurados "porque así lo indican los mandatos". Sin embargo, esto no aplica en la llegada de nuevos capitales.
"Recién cuando estén las reglas más claras, se sepa el nuevo gabinete y las medidas del próximo presidente, quienes ahora están en un wait & see volverán a invertir en startups locales", remarca Giner.
Valor de la inversión
La crisis que experimenta Argentina no sólo dificulta la llegada de capitales, sino también el cálculo sobre qué porcentaje de la empresa podría quedarse quien decide hundir capital en el país.
"En el actual contexto, el valor de las compañías se reduce, si bien no podemos decir en qué porcentaje hasta que no se disipe la incertidumbre", señala a iProUP Ignacio Aquino, socio y responsable de Corporate Finance en PWC Argentina.
En la actualidad, hay dos metodologías que se destacan en los procesos de valuación:
1) Análisis comparativos: tomar como base otras empresas similares y a partir de esa referencia hacer los ajustes del caso
2) Flujo de fondos: se proyectan las ganancias de los años subsiguientes y se las descuenta a una tasa de interés para determinar el valor presente
En países "inestables" o de escasa seguridad jurídica (como Argentina) ese horizonte de tiempo va desde 5 a 10 años. En cambio, en economías desarrolladas puede extenderse a 20 años e incluso más.
La siguiente infografía aporta un ejemplo sencillo sobre cómo se valúa un proyecto de inversión y determina la tasa interna de retorno:
A partir del flujo de fondos proyectado puede obtenerse el valor presente neto (VPN) de una compañía y cuán rentable será la inversión. En el ejemplo mencionado:
- Implica un desembolso inicial de $1.000 por parte de inversores
- Luego se obtendrán ganancias de $600, $300, $300, $200 y $500 en los cinco años subsiguientes
- Quienes aportan el dinero exigen un 15% por su capital aportado:
- Tal como puede apreciarse, a ese interés (15%), el proyecto arroja un beneficio "traído a valor de hoy" de $308
- Si, en cambio, la tasa sube al 20%, esa ganancia se reduce a $179.
- Cuanto mayor sea ésta, más se achica el valor final (un mecanismo similar se aplica en el mercado financiero para calcular el precio y tasa de un bono)
- La TIR (tasa interna de retorno) es el porcentual de interés que hace que el flujo de fondos (descontado) sea "cero". Es decir, es el valor "límite"
- Es decir, si ese flujo de fondos se descuenta a una tasa mayor (que la TIR), entonces el valor del proyecto pasa a ser negativo (pasa a arrojar pérdidas)
- En el ejemplo en cuestión, sería del 28,8%. Vale decir que, por encima de dicha tasa no conviene la compra de la empresa
El método del VPN suele elegirse por varios motivos, entre los que se destaca el hecho de que, en Argentina, no existe un sistema de capitales desarrollado para comparar firmas similares.
El flujo de fondos que (se estima) va a generar la empresa, no puede ser sumado de modo lineal, ya que entre un año y otro hay variables -como la inflación- que "corroen" el valor del dinero en el tiempo.
En virtud de ello, ese flujo de fondos debe ser descontado a una tasa de interés, a saber:
- "Se calcula a partir de una tasa libre de riesgo estadounidense, como un bono de largo plazo, a la que se le adiciona el riesgo país", indica Aquino.
Esto último, a razón de un 1% adicional por cada 100 puntos. Si, por ejemplo, el riesgo país de Argentina es de 1.000 puntos, la sobretasa (por encima de la de libre riesgo) es 10%.
- "A lo anterior se le añade una prima de mercado, que contempla la mayor incertidumbre por invertir en una empresa en lugar de un título soberano", completa el experto.
Aquino asegura que la tasa de descuento "varía según la industria" y establece dos puntas para ejemplificar:
– Para una compañía de bajo riesgo, como el rubro servicios, que posee clientes cautivos, se ubica entre 10% y 12% anual en dólares
– En cambio, para compañías de tecnología, que implícitamente poseen un riesgo más alto, trepa hasta 18% anual en dólares
En cuanto a la cantidad de años que deben proyectarse, el experto afirma: "Si el proyecto tiene una fecha de finalización específica –como una concesión a 10 años– entonces las proyecciones se hacen en forma coincidente con ese período. Es decir, a 10 años".
Si, en cambio, no hay lapso predeterminado, "el análisis se desglosa en dos partes: la primera contempla la proyección a 5 años; la segunda, a partir del año 6", añade.
Horizonte
Según Rodríguez, del IAE, el principal problema es que "no hay indicio alguno sobre cuál será el nuevo entorno en el que se desenvolverá el ecosistema emprendedor a parir de diciembre".
En este marco, las startups que requieran financiamiento podrían retomar una práctica previa a la Ley de Emprendedores, que da beneficios fiscales a quienes apoyen proyectos locales. "Una condición excluyente de los fondos que invertían en empresas argentinas era que la sociedad estuviera radicada en el exterior", revela.
Giner indica que los fondos internacionales valoran "el equipo, el proyecto que resuelva un problema o mejore un proceso por innovación. Pero, sobre todo, que tenga escala regional o global", una forma de esquivar el riesgo argentino.
En este punto coincide Sepúlveda, de Mountain Nazca: "Distinguiría a las startups de Argentina de los emprendedores argentinos", ya que el talento local "es excepcional a nivel internacional".
Para Paviolo, los emprendimientos que dan servicios a compañías (B2B), "tienen un mercado más claro y pueden llevarse parte de los presupuestos de las empresas para ser más eficientes".
El consultor destaca los rubros Big Data, Inteligencia Artificial y otras tecnologías para atraer clientes. "Las que estén en un estadio más avanzado, pueden usar los fondos del Gobierno para promocionar nuevas empresas", agrega.
Los expertos destacan que los proyectos deben tener una mirada global y crear productos que resuelvan problemas a escala regional o internacional, ya que el mercado argentino es un buen "termómetro" de soluciones que puedan exportarse. Y recomiendan no abandonar la resiliencia, otra marca registrada de los emprendedores albicelestes.