Fue en 2003 cuando, gracias a una idea que había tenido su padre oftalmólogo,que estaba desarrollando un tratamiento para curar la vista sin cirugía, que Alberto Osio, que estaba estudiando en el Massachusetts Institute of Technology, pensó en llevar esa idea un paso más allá.
Hoy, desde que se fundó la empresa para llevar adelante este emprendimiento, ya logró inversiones por alrededor de u$s 5 millones para financiar el proyecto.
Osio tomó la idea de su padre y elaboró un plan de negocios que llegó a ser finalista en los concursos de negocios del MIT y de Harvard, lo que dio pie al nacimiento de Yolia Health en 2004 con una inversión inicial de aproximadamente u$s 1 millón, obtenida a través de recursos públicos y friends & family.
Con lo anterior, se construyó una red de investigadores, mentores, abogados de patentes, e inversionistas, para dar pie a la primera solución una década después. La empresa ha levantado u$s 5 millones entre inversionistas locales y extranjeros, recursos con que fondeo la investigación de su primer tratamiento y la apertura de una clínica.
La solución
Los problemas visuales nacen de deformidades en la circunferencia de la cornea. Devolver la curvatura al espejo del ojo es un proceso artesanal en que los oftalmólogos, a través de un proceso quirúrgico, trabajan poco a poco en un para devolver la forma que permite captar mejor el enfoque y la visión.
Buena parte de los problemas visuales como dificultades para enfocar objetos a corta o larga distancia, así como la vista cansada son tratados con el uso de lente o con cirugía láser. La investigación de Yolia Health tiene como objetivo evitar la cirugía y el uso de lentes, por medio de tratamientos de corto plazo que logran mejorar temporalmente la curvatura de la cornea.
El primer tratamiento va orientado a aliviar la presbicia, padecimiento que afecta la capacidad de enfocar objetos a corta distancia, conocido comúnmente como vista cansada. Osio explica que la decisión de atacar primero este padecimiento responde a la creciente aparición a edades cada vez más tempranas y la poca eficacia de los tratamientos invasivos como las cirugías.
"En las cirugías, para poder aumentar la visión de cerca, se compromete la visión de lejos. Para la vista cansada, al ojo dominante le quitan visión lejana y le dar poder para ver de cerca, y lo que es peor, es que como es una condición progresiva, la necesidad de cirugía no cesa y es por eso que se opta por usar lentes", detalla Osio.
El tratamiento dura siete días en que el paciente utiliza lentes de contacto diseñados para devolver a la cornea su curvatura y gotas que ayudan a que la nueva forma se conserve por alrededor de 12 meses, explica Alberto Osio. "Uno de los atributos del tratamiento es que sus componentes por separado han sido aprobados por la FDA en Estados Unidos, pero nunca se habían usado en combinación. Quizás utilizamos cosas que sabíamos que funcionaban en un orden específico".
El modelo
El modelo de negocio de Yolia Health consiste en la distribución del tratamiento por medio de especialistas de salud visual. Así, la empresa busca entrenar y capacitar a especialistas de salud visual para prescribir y utilizar el tratamiento. "Vamos a hacer alianzas estratégicas con hospitales, clínicas de oftalmología, ópticas de prestigio y capacitar médicos para usar el kit con sus pacientes".
La biomédica nació en Estados Unidos en 2004 por factores legales y de financiamiento, para luego fundarse en México, donde se realiza la investigación. El primer tratamiento está aprobado por las autoridades sanitarias y es ahí donde ven un fuerte mercado potencial.
En Estados Unidos, el mercado potencial es de 41.000 optometristas y en México es de más de 12.000 optometristas y más de 6.000 oftalmólogos, detalla Osio. El tratamiento tiene un costo de u$s 2.300, y por ahora, Yolia Health lo distribuye en su clínica en la Ciudad de México. "Estamos enfocados en los resultados más que en el volumen de pacientes. Esta clínica es un centro de investigación y capacitación más que un punto de venta" y no será replicable.
El emprendimiento
Osio siempre quiso ser oftalmólogo como su padre, pero no tenía el don de la medicina, recuerda. Sus conocimientos en los negocios y la experiencia que su padre aportó al inicio del emprendimiento permitieron crear un sólido entorno para el crecimiento de Yolia Health.
La empresa nació en Estados Unidos y posteriormente se registró en México. La dualidad permitió crear un ecosistema emprendedor que no existía en México entonces, recuerda Osio. Cuando nació Yolia Health, no había un ecosistema de capital de riesgo, lo que orillo al empresario a buscar financiamiento con instancias públicas, inversionistas extranjeros y a fundar Angel Venture Mexico, con quien comparten ahora inversionistas.
No se trató sólo de financiamiento, ya que estar en Estados Unidos también abrió la puerta para encontrar asesores e investigadores de alta talla. "Tenemos a gente de industrias muy importantes, empresas de lentes de contacto, profesores expertos en estrategia, asesores para capital de riesgo, química, en estudios clínicos, en topografía corneal. Tenemos un equipo de rockstars, uno de los asesores es director científico de Bausch + Lomb, una de las empresas más importantes del mundo en lentes de contacto", detalla Osio.
La alineación de valores y objetivos de Yolia Health es lo que ha permitido tener a importantes investigadores como parte de su equipo. Osio menciona que el impacto social del descubrimiento es una parte relevante de la firma, pues "una innovación de esta naturaleza es más importante que una retribución monetaria, la cual ahora es insignificante pues no podemos pagarles lo que la industria les pagaría".
Retos y oportunidades
Tras desarrollar el primer tratamiento para aliviar la vista cansada, Yolia Health tiene una cartera de investigación que busca soluciones para corregir y prevenir la miopía, fatiga digital. Estos tratamientos tienen un gran mercado por delante, con más de 2.100 millones de personas que padecen de vista cansada y el incremento en el uso de dispositivos electrónicos que afectan la vista.
"Nos han contactado otros investigadores de algunas empresas que nos quieren licenciar sus tecnologías para nosotros replicar lo que hicimos con este tratamiento", adelanta Osio.
El reto para hacer masivo el tratamiento es la ejecución del modelo de negocio en México y hacerlo de forma exitosa en materia financiera, pues no hay competencia ni comparativos en tecnología, costos y precios de mercado.
Otro es la expansión geográfica. Europa es un gran mercado, más grande que Estados Unidos y México, donde además es más rápido y económico obtener licencias de operación y permisos. "También se nos han acercados personas de China donde hay un gran número de personas con debilidad visual, pero hay temas culturales y en la etapa en que estamos no tenemos recursos materiales y de gestión para llegar allá", indicó Expansión México.