Desde hace cinco años, una nueva generación de startups biotecnológicas está cambiando la escena global. Disrumpiendo un espacio dominado tradicionalmente por compañías enfocadas en el desarrollo de soluciones para la industria farmacéutica, estas startups están alcanzando nuevos verticales, a partir de la implementación de técnicas de la edición genómica y la interfaz entre la biología y la digitalización.
La creación de biomateriales, carne cultivada, biomanufactura, agricultura molecular, software de edición genética, secuenciación genética avanzada, fermentación de precisión, diseño de proteínas alternativas y semillas modificadas genéticamente son algunos de los desarrollos más innovadores de este sector.
Argentina, un jugador que pica en punta en la región
Según el censo de empresas de Bio y Nanotecnología, en Argentina hay unas 350 compañías que en 2022 facturaron más de u$s1.400 millones y generaron cerca de 20.000 puestos de trabajo.
Este número de proyectos ubica al país en el puesto número 10 en cantidad de empresas del sector a nivel mundial, por encima de países como Dinamarca, Noruega y Austria.
Mientras que, a nivel regional, Argentina ostenta el mayor número de startups de deep tech (103 en total), de las cuales el 30% se encuentran en etapas tempranas. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID):
- Las startups locales del rubro tienen un valor de u$s1.900 millones
- Argentina es el país con más startups deep tech en la región
- Representan el 23% del valor total del ecosistema regional
- El país posee el mayor número (6) de fondos específicos, todos centrados en startups en etapas tempranas
- El 67% de las startups locales de deep tech son de biotecnología
- Estos emprendimientos son los mayores generadores de valor del sector
Para que todo esto sea posible, es necesario una aceleradora de proyectos biotecnológicos que acompañe con fondeo a los emprendedores. Una de ellas es Grid Exponential (o, simplemente, GridX), creada en el país y la más importante de la región.
"Si analizamos el sistema científico donde se produce conocimiento y se crean estas empresas deep tech, cerca del 65%, unos 300.000 investigadores en América Latina, están relacionado a ciencias de la vida", asegura a iProUP Matías Peire, CEO de GridX.
Entonces, continúa el directivo, "tiene sentido que el crecimiento en del ecosistema deep tech se de en torno a la biotecnología, más que en cualquier otra tecnología potencial, que no tiene la misma masa crítica de investigadores".
Peire añade que, según un informe de McKinsey, un 60% de todos los insumos físico para la economía global podrían ser sustituidos por productos de origen biotecnológico, lo que abre una gran posibilidad de crecimiento para estas startups.
Argentina, un jugador que pica en punta en la región
Pese a la falta de capital que afecta de manera generalizada a las startups de todos los rubros, el sector de biotecnología se perfila como un segmento cada vez más atractivo para los inversores.
En ese sentido, Peire explica que de algunos pocos miles de millones dólares que se invertían en el sector biotecnológico años atrás, pasó a recaudar casi u$s20.000 millones en 2021.
Aunque en 2022 y 2023 se registró una caída importante por el contexto global de baja inversión, "cuando veamos esa tendencia a 10 años, la curva va a seguir siendo ascendente", añade Peire.
Los inversores seguían las diferentes tendencias que fueron dándose en el mundo como ecommerce, social network, SaaS, B2B y fintech, y no miraban este tipo de proyectos en América Latina.
En cambio, actualmente hay un mayor interés por la tecnología meteorológica, un área emergente que aborda los problemas vinculados con el cambio climático, que incluye muchas soluciones del mundo deep tech.
"Hay muchos inversores interesados en deep tech a través de climate, pero cuando empiezan la conversación con este tipo de startups de biotecnología, se encuentran con un animal totalmente distinto. Entonces estamos medio trabados en esa conversación, por eso las preparamos para que vayan a buscar capital al mundo", explica Peire.
En ese sentido, Peire explica que GridX funciona como una especie de Tinder: matchea a los mejores científicos y emprendedores para creen su propia empresa.
La company builder hace foco en biotecnología aplicada a verticales como alimentos, salud, energía, diagnósticos, agricultura, materiales y herramientas, y desde sus fundación en 2017 impulsó la creación de 66 startups con equipos de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Colombia, Costa Rica, México y Uruguay.
"Como no tenemos trayectoria de financiación en América Latina para este tipo de proyectos, hay que ir a competir al mundo lo más rápido posible. Pero eso es súper complejo, entonces se necesita intermediación", señala Peire.
Con un primer fondo de u$s12 millones, GridX construyó 36 empresas. Actualmente tienen en ejecución un segundo fondo de u$s30 millones para formar impulsar un total de 60 startups, y ya llevan invertidas la mitad.
"Recorremos toda América Latina, desde México hasta Argentina, en búsqueda de estos científicos extraordinarios que quieren transformar esa línea de investigación en un impacto concreto. Además, buscamos perfiles de negocios, jóvenes emprendedores, que quieran participar de este proceso", señala Peire.
Además, revela que "el año pasado, aplicaron casi unos 400 proyectos científicos y unos 300 perfiles de negocios. Luego, elegimos 20 proyectos científicos y 20 perfiles de negocios, para arrancar nuestro programa en abril del próximo año".
Peire espera que el nuevo gobierno considere preservar el sistema científico, al que califica de "valioso y relevante", mientras que también será clave dar una discusión más profunda sobre cómo el sector académico va a transformar todo ese potencial en valor real para las sociedades.