"Democratizar la tecnología" es una frase que figura como mantra entre las apps que se desarrollan en Silicon Valley. Sin embargo, esta es una idea que, salvo ciertas excepciones, generalmente se queda en la utopía.
Y es que el sueño de cualquier emprendedor es digitalizar los negocios y los servicios sin que la clase social sea un obstáculo. Un reto aún mayor en regiones como América Latina, donde existe una íntima relación entre la escasa conectividad a internet y los bajos estratos sociales.
De este problema se dieron cuenta Nicolás Villegas, Enrique Villamarín y Juan Carlos Narváez, los fundadores de Tül, una app colombiana que conecta a las ferreterías y las tlapalerías con las marcas principales de la industria de la construcción. De esta forma, se eliminan los intermediarios que hacían que los productos fueran más caros para los comerciantes.
La app y sus servicios facilitan el intercambio de mercaderías
Esta plataforma tecnológica permite que el ferretero o el tlapalero tenga acceso a más de 20.000 productos de 500 marcas, las 24 horas del día, los siete días de la semana, explica Andrés Ramírez, director de expansión de Tül.
La app también permite que el usuario tenga acceso a servicios como alquiler de herramientas, otorgamiento de microcréditos, venta de seguros en línea y, en un futuro próximo, pago de servicios públicos, de transporte y recepción y envío de remesas.
"El sector tlapalero y ferretero era profundamente tradicional y análogo. En 140 años de historia el mayor avance tecnológica ha sido la calculadora de baterías y la pluma. No ha habido mayor innovación", observa el director de expansión de esta compañía tecnológica que tiene su matriz en Bogotá.
Durante décadas, este sector se quedó al margen de los avances tecnológicos por varias razones. La primera de ellas es que se trata del eslabón más débil de una cadena productiva donde el depredador mayor eran las fábricas de acero, de cemento, de madera, de herramientas y de una infinita gama de productos y materiales más. "Sin embargo, el último eslabón lo conforman el tlapalero y el ferretero", añade Ramírez.
La empresa reforzará su presencia en México y luego se expandirá a Brasil
El problema radica, dice, en que toda la cadena se fue digitalizando excepto la del negocio final, que es el más importante porque las tlapalerías y las ferreterías mueven más del 50% de los materiales de construcción de América Latina, según datos de Tül.
"Lo que pasa es que [la importancia] de estos negocios no se percibe porque es un sector muy pulverizado. En México hay más de 100.000 ferreterías: son empresas familiares, muchas informales, empresas que pasan de generación en generación porque normalmente el ferretero es de las primeras personas que llegan cuando se monta un barrio nuevo, porque apoya a sus vecinos a crecer vendiéndoles materiales de construcción", afirma el directivo de Tül.
¿El próximo unicornio de América Latina?
La tecnológica colombiana es una de las primeras startups en tener éxito con un negocio pensado para la clase obrera, que casi siempre se enfrenta al mismo problema: la escasa y deficiente conexión a internet.
El directivo de Tül reconoce que buena parte de sus clientes tienen dificultades de conectividad, sobre todo porque muchos utilizan tarjetas de prepago que se consumen rápidamente y deben renovarse con depósitos en una tienda de conveniencia. Para ello, ha generado alianza con empresas del sector regional de las telecomunicaciones para facilitar la conexión de sus usuarios.
"Nos ha costado trabajo en que confíen en poder hacer mejor sus compras con nosotros. Uno de los primeros retos fue llegar a los ferreteros mexicanos siendo una startup extranjera. Lo mismo pasó en Ecuador y seguro pasará lo mismo en Brasil. El primer pedido que tuvimos [en México] fue en Tlalnepantla y la señora pidió un bulto de cemento y una varilla. Hoy, esa misma persona hace 15 compras al día", afirma Ramírez.
Tras levantar 181 millones de dólares en fondos de inversión de Serie B, Tül se estableció dos objetivos: consolidar su negocio en México e incursionar en Brasil. Esto podría provocar que pronto se convierta en un 'unicornio', es decir, una compañía que valga más de 1.000 millones de dólares, indicó Sputnik Mundo.