El proceso de adopción de soluciones tecnológicas y digitales en el ámbito educativo ya se encontraba en alza antes de que la pandemia irrumpiera en el planeta. Hasta ese momento, dependía de la elección y la capacidad de cada una las instituciones educativas o de los Estados, pero luego pasó a ser una necesidad. La búsqueda intensa por garantizar la continuidad pedagógica también hizo que el crecimiento del mercado se acelerara y diversificara.
En este contexto, los Estados realizaron un gran esfuerzo por liderar procesos de digitalización de la educación, mediante el desarrollo de plataformas públicas, pero también de acuerdos con el sector privado, que se propuso contribuir a la mejora de los aprendizajes de más de 1,54 millones de niñas, niños y jóvenes afectados por el cese de actividades presenciales en escuelas.
"Como empresa global presente en más de 60 países y disponible en 40 idiomas, Matific tiene como visión y misión hacer que todos los niños del mundo tengan las mismas oportunidades educativas. Creemos que la calidad y desarrollo educativo se consolida a través de políticas de estado plurales con mirada a largo plazo en donde sector privado y público deben trabajar por el bienestar y calidad educativa de los niños", afirma Nicolás Schenquerman, flamante Regional Manager de Matific para LATAM.
Por ejemplo, Matific es una de las 68 soluciones EdTech relevadas en el marco de una investigación del BID en la que se afirma que las plataformas digitales son una oportunidad para la comunidad educativa, la industria involucrada, los inversores del ámbito privado y fundamentalmente, para los gobiernos de la región. Sin embargo, estos desarrollos requieren una planificación ajustada tanto a los problemas estructurales como coyunturales que atraviesan hoy los sistemas educativos.
Un mercado en expansión
Según un informe de Grand View Research el mercado global de EdTech se valoró en u$s89.490 millones en 2020 y se espera que alcance los u$s106.04 mil millones en 2021. Pero esta proyección también se mantiene en alza para los próximos años: se espera que el mercado global de EdTech crezca a una tasa anual compuesta del 19,9% de 2021 a 2028 hasta alcanzar los 377.850 millones de dólares.
No obstante, uno de los desafíos de este mercado está en que se encuentra concentrado en América del Norte, región que dominó el mercado de EdTech en 2020 y tuvo más del 37% de participación de los ingresos globales. Si bien es probable que esta participación se sostenga a lo largo de los años, una de las claves para garantizar una apropiación genuina de las tecnologías está en el desarrollo de soluciones capaces de pensar globalmente pero también de adaptarse a las realidades locales de cada sistema educativo.
"En América Latina hemos visto una rápida internalización de nuestra plataforma en colegios que hoy están más preparados para aprovechar este tipo de herramientas para enriquecer los procesos de enseñanza y de aprendizaje. En este sentido, es clave que tengamos en cuenta no sólo la tecnología disponible, sino también los nuevos modos de aprender de los chicos", señaló Schenquerman.
En este sentido, Matific trabaja principalmente en el K-12, que es uno de los segmentos que, según las proyecciones del informe de Grand View Research, tendrá mayor crecimiento espera en los próximos años y en el que predominarán tendencias como el aprendizaje basado en juegos.
Oportunidades y desafíos en Latam
Los desafíos tecnológicos refieren a proveer la conectividad, y el equipamiento necesario tanto a nivel de las escuelas como a nivel de los hogares, cuestiones que pese a los innegables esfuerzos, no están resueltos en prácticamente todos los países de América Latina. Según el BID-CIMA (2020), en el inicio de la pandemia la mayoría de los países de la región no poseía las condiciones digitales de base para brindar educación en línea.
En Argentina, Colombia, Panamá, Brasil, Perú y México menos del 20 % de las escuelas en contextos vulnerables tienen disponibilidad de ancho de banda o velocidad de Internet suficiente; y en 8 de los 10 países de América Latina que participaron en PISA 2018, menos del 15 % de las escuelas rurales cuentan con este recurso.
Los desafíos pedagógicos refieren al aprovechamiento de las tecnologías digitales para mejorar las prácticas educativas, en particular para la apropiación del conocimiento y el sostenimiento de las trayectorias estudiantiles interrumpidas o intermitentes.
En la región los aprendizajes en Matemáticas están lejos de lo esperado. Según las pruebas PISA 2018, el 80% de los alumnos no alcanzó los resultados de comprensión lectora y matemáticas. "En Matific estamos convencidos de que aprender matemática jugando es una alternativa para transformar estos resultados en una oportunidad de mejora, porque genera una motivación en los alumnos hasta ahora nunca vista en la región", señaló el Regional Manager de Matific para LATAM.
"Si bien el esfuerzo por digitalizar la educación durante la pandemia puede desacelerarse a medida que los sistemas educativos retornen a la presencialidad, muchas de las prácticas adoptadas por la pandemia se mantendrán y evolucionarán, sobre todo haciendo hincapié en el hecho de la hibridación en la enseñanza", destacó.
"Desde Matific queremos que cada vez más estudiantes y docentes cuenten con una herramienta para mejorar los aprendizajes de matemática. Hoy utilizan nuestras plataformas más de 500.000 estudiantes, 95.000 docentes y 4100 colegios de 10 países de América Latina. En los próximos 3 años, nuestro objetivo es crecer y tener presencia en 15 países de la región, con un total de 5 millones de usuarios", afirmó Schenquerman.
Una de las principales fortalezas de Matific en América Latina radica en que la plataforma se adapta a las necesidades de cada mercado para que los contenidos y propuestas estén ancladas en los diseños curriculares de cada sistema educativo en el que tiene presencia. "Esta adaptación es realizada por especialistas y permite que en cuestión de días podamos contar con una propuesta acorde a las necesidades de cada territorio", agregó.
Según el ejecutivo, otro de los diferenciales de Matific es que ofrece a los educadores información acerca de cómo aprenden los estudiantes y les permite crear recorridos personalizados para que cada uno lleve su potencial al máximo. "Matific tiene en cuenta los consumos culturales de los más chicos y diseña propuestas innovadoras para que además de aprender, puedan disfrutar y entretenerse", explicó.
"Nada de esto sería posible si no escuchamos y aprendemos de los educadores. En Matific estamos convencidos de que son ellos los más adecuados para brindarnos feedback para realizar mejoras constantes e incorporar funcionalidades para mejorar la experiencia de uso y, sobre todo, el modo en el que los alumnos aprenden", subrayó.
Por último, Schenquerman remarcó que, si bien se han realizado importantes esfuerzos por garantizar conectividad a cada vez más personas, aún existe un enorme desafío para la expansión de las plataformas digitales. En este sentido, la pandemia obligó a los Estados a encontrar soluciones alternativas para garantizar el acceso de los alumnos a los diferentes entornos virtuales, aprovechando la telefonía móvil y liberando del consumo de datos a ciertos portales o sitios clave para sostener los aprendizajes. "Hay que seguir explorando la articulación público-privada para ofrecer a los sistemas educativos las mejores formas de hacer llegar las soluciones digitales en aquellos contextos en donde las brechas de acceso aún no están resueltas", concluyó.