De a poco, la pandemia parece estar quedando atrás. Con la llegada de millones de dosis de vacunas todas las semanas, la emergencia comienza su sprint final. Sin embargo, las consecuencias de casi dos años de crisis sanitaria y económica dejarán secuelas que perdurarán en el tiempo.
Particularmente, el ecosistema startup sintió en sus raíces el cimbronazo. Golpeado por un contexto desfavorable atravesado por medidas desalentadoras para la creación de empresas, como el ataque a las SAS y la escasa llegada de inversiones por las trabas para el giro de divisas, el universo emprendedor esté atravesando un momento complejo.
Un reciente informe de Global Startup Ecosystem, que evalúa las mejores condiciones para el desarrollo de emprendimientos teniendo en cuenta cantidad, calidad y entorno de negocios, arroja resultados desalentadores:
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Argentina cayó a la cuarta posición (estaba tercera) en el ranking de la región Latinoamérica y Caribe
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Adelante están Brasil, Chile y México, y detrás se sitúan Colombia y Uruguay, que escaló 14 posiciones en el ranking global
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En sentido inverso, Buenos Aires descendió 14 puestos: hoy está debajo de Sao Paulo y Ciudad de México, y encima de Santiago de Chile y Bogotá
- El top 5 lo aparecen Estados Unidos, Reino Unido, Israel, Canadá y Alemania
Para María Julia Bearzi, directora de Endeavor Argentina, "las condiciones del contexto local no son alentadoras", sin embargo, asegura que hay liquidez en el mercado. "Vemos y hablamos continuamente con fondos de inversión, corporaciones e inversores ángeles que están en búsqueda de deal flow emprendedor, es decir, de compañías potenciales en las cuales invertir", revela.
A pesar de todo, en lo que va del año Endeavor ha intervenido de alguna manera (con contactos, estrategia, asesoramiento y otras estrategias) en al menos 10 startups que recibieron capital.
"Más allá de la coyuntura argentina, el mercado local es chico. Por lo tanto, los inversores buscan empresas que, además, quieran salir a conquistar mercados regionales o globales", agrega Bearzi.
Cuestión de talento
"El talento argentino es uno de los mejores del mundo". Con esta frase suelen definir a los emprendedores locales. Es que la combinación de situaciones hostiles, el contexto económico desfavorable y los vaivenes políticos conforman un cóctel no apto para débiles. Por eso, como definición general, todas las startups locales están marcadas por una palabra clave: la resiliencia.
"Argentina es una usina de talento impresionante y no tenemos dudas que hay y seguirán saliendo grandes startups, como en algún momento lo fue Mercado Libre o Globant", asegura a iProUP Victoria Akerman, Scouting & Strategic Alliances de Globant Ventures, el fondo de capital de riesgo del unicornio de software.
Para María Julia Bearzi, de Endeavor, hay liquidez de fondos buscando emprendimientos pese a la coyuntura local
Akerman asegura que los proyectos locales "forjarán su ADN emprendedor en base a la resiliencia, la oportunidad, su capacidad de expansión a otros países o su fortalecimiento en un solo mercado". Y aclara que si bien Argentina cuenta con un recurso humano excepcional, en el mundo emprendedor no se distingue desde qué país llegan los proyectos. "Si hay talento para emprender, habrá inversores con ganas de acompañar", asegura.
"Me cuesta decir que dejamos de ser un país atractivo para fundar startups, como una afirmación tan contundente", comenta a iProUP el emprendedor y fundador de la aceleradora XCale, Franco Lacrampette
Y añade: "No pierdo la fe, pero sí creo que estamos retrocediendo en cuanto a crear un esquema competitivo y atractivo en materia jurídica, impositiva y económica para que grandes ideas puedan surgir y establecerse en nuestro país para luego dar el salto al resto de Latinoamérica".
Además, remarca que se siguen "arrastrando deudas" y hay carencia de procesos administrativos ágiles para facilitar el camino para transformar una idea en una startup.
Las
startups que triunfan son las que tienen una solución global y posibilidades de expansión regional
"Existe mucha presión impositiva desde el inicio y no hay estabilidad económica para crear planes de mediano/largo plazo, o mismo dar seguridad a los inversores. Lamentablemente si no solucionamos estas dificultades, nos terminamos alejando del boom de funding que ocurre a nivel mundial para startups de tecnología o terminamos pagando un costo mayor caro por el acceso al capital", remarca.
Por eso, no es de extrañar que las últimas "grandes inversiones" que se realizaron en emprendimientos con líderes argentinos, no solo tienen sede en el país, sino que también están radicadas en el exterior. Son los casos de:
"Es una empresa global, pero tiene ADN argentino. Es un unicornio argentino. El diseño es clave y nuestro encargado está allá", asegura Rauch, y lanza un mensaje alentador: "Estoy seguro de que los argentinos vamos a seguir haciendo compañías innovadoras, no tengo dudas de nuestro talento para estas cosas".
Si bien estas inversiones son buenas noticias para el talento local, habla de un claro interés por parte de los inversores en apoyar compañías que no solo estén radicadas en el país (Vercel solo tiene oficinas en San Francisco), dejando en claro que hoy, para crecer, hay que tener una visión por fuera de las fronteras albicelestes.
Las fintechs, también en disputa
El ecosistema fintech argentino, un sector que supo ser un "brote verde" y que llevó adelante la innovación al mundo financiero, también está atravesando este contexto de forma irregular. Si bien la pandemia propició la aparición de nuevas soluciones de pago y ahorro, entre otras, estas firmas no son ajenas a un contexto desalentador.
Un reciente informe de la plataforma de banca en la nube Mambu revela que Argentina tuvo una caída interanual de 11 posiciones en el raking global de fintechs. Este análisis toma cuántas empresas se desarrollan en cada país, el éxito que tienen y, finalmente, el tamaño del ecosistema.
"Los problemas macroeconómicos hacen que tenga sentido esta caída. Los flujos de capital de inversión, cuando son globales, evaden a los mercados donde hay restricciones para girar divisas, salvo que haya realmente una oportunidad y escalabilidad asegurada", explica a iProUP Ignacio E. Carballo, director del Ecosistema Fintech de la UCA.
Según el experto, "al estudiar el caso argentino, que ha sido de tanto desarrollo, y el crecimiento en cantidad de firmas más acelerado en Colombia, Brasil o México, no podemos decir que se perdió interés en el país, sino que alcanzó un nivel de madurez que hace que resulte menos atractivo frente a otras economías".
Asimismo, destaca el caso de Uruguay y, particularmente, Montevideo, como un nuevo hub fintech, con el flamante unicornio charrúa dLocal como bandera: "Se mejoró el ecosistema en toda la región".
Sin embargo, Carballo tiene en claro que los controles de capital están desincentivando la llegada de divisas para estas firmas. "Hay un tipo de cambio multilateral, muchos tipos de dólares y un contexto macro que no acompaña".
La "mochila" tributaria y los controles de cambio: principales desincentivos para los capitales internacionales
El economista destaca los casos de Ualá, con sus nuevas ofertas de seguros y adquirencia, entre otros; y la fundación de Pomelo, la nueva fintech fundada por exejecutivos de Mercado Pago, Naranja X y Mastercard que recibió una ronda de inversión "semilla" de u$s9 millones.
"El interés en los emprendedores es el mismo pero se complica cuando se piensa solo en terreno local", destaca. Respecto a las "cuotas pendientes", la falta de estabilidad de la economía sigue siendo la principal falencia que encuentran los emprendimientos para lanzarse.
"El capital humano está, la demanda insatisfecha también. No obstante, todos estos negocios deben tener una escalabilidad rápida y buscar rentabilidad en el mediano plazo. Entonces, si el contexto es tan cambiante, lo hace todo más difícil frente a competidores vecinos".
El talento y la capacidad emprendedora son los grandes diferenciales del ecosistema local de startups, que da pelea en la región pese a estar "en inferioridad de condiciones" por su escenario económico. Algo que deberá mejorar para que la Argentina revalide su título de "cuna de unicornios".