Con el paso de los años, el trabajo de oficina ha ido adaptándose a los cambios en los usos y costumbres para dar lugar a un nuevo estándar. Cubículos, espacios reducidos, divisiones, horarios rígidos, paredes uniformes, trajes, camisa y corbata fueron el escenario de una época que poco a poco parece ir quedando atrás.
Los tiempos cambian y ahora las grandes compañías repiten como un mantra que su personal es su activo más preciado, de modo tal que poco les sirve que esté "enjaulado" entre cuatro paredes en las que sólo hay escritorios.
El avance de la tecnología, las herramientas de comunicación y una imparable transformación digital provocaron que pensar en el trabajo del futuro, y los espacios en los que se desarrollará, sea una aspecto clave de la estrategia para captar nuevos talentos.
Las superficies de coworking nacieron con fuerza en Estados Unidos y Europa, donde el empleo freelance pasó de ser una moda a una realidad que amenaza los formatos laborales tradicionales.
Con gran cantidad de personas necesitadas de lugares en los cuales realizar sus tareas, este tipo de compañías encontró la oportunidad de posicionarse como líderes de las nuevas tendencias en materia laboral.
"Ir al trabajo tiene que ser una experiencia. Hoy, la gente no solo va por la plata, sino por todo lo que recibe por pertenecer a esa compañía: desde capacitaciones, networking y motivación hasta espacios en los que realmente puede hacer lo que le gusta", asegura a iProUP el presidente de H.I.T Group, Alejandro Gawianski.
Y no se equivoca. Tanto es así que el mercado del coworking hoy domina el 15% de la industria de oficinas en EE.UU. y el total de profesionales freelance podría llegar hasta el 50% de la fuerza laboral en no más de diez años. "La dinámica del mundo está cambiando y hay mucho terreno por cubrir", agrega el presidente de H.I.T.
Una nueva era
La aparición de estos nuevos espacios no es casual. La forma en que trabajan las personas se encuentra en transición desde hace ya varios años.
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Impulsados por las industrias más pujantes de la actualidad (con el diseño y el software a la cabeza), los sitios de coworking quieren convertirse en el lugar por excelencia para los trabajadores del futuro.
Prueba de esto es lo que sucede con WeWork, una de las firmas más importantes del sector a nivel global. Recientemente, The We Company, su compañía madre, anunció que recibirá una inversión de u$s2.000 millones del gigante japonés de telecomunicaciones SoftBank.
Este plan se desplegará en los próximos 15 meses, y elevará su valoración hasta 47.000 millones de dólares. Más aun, esta firma de coworking ya se ha convertido en la segunda inmobiliaria a nivel mundial.
"El objetivo principal de nuestra empresa es cambiar la manera en que la gente se siente, generando ambientes y experiencias más positivas. Muchos pasamos la mayor parte de nuestras vidas en el trabajo, entonces ¿por qué separamos el mundo laboral del de nuestras vidas?", explica a iProUP Carlos Gareis, Deputy Head de WeWork Latam.
Con una apuesta fuerte, hoy la Argentina es la sede central de las operaciones de WeWork para América Latina. En Buenos Aires, todos sus edificios están ocupados al 100% y Butty, su espacio en Catalinas, ya está al 85% a menos de un mes de su apertura.
"Nuestro modelo busca ayudar a que las grandes empresas sigan creciendo en este contexto del país con una cultura positiva, manteniendo la motivación y la productividad y conectándose con una red regional y global", agrega Gareis.
Este concepto, que va "más allá del trabajo", incluye espacios que no son solo para alojar los típicos escritorios. Gimnasios y salas de juegos son apenas algunos de los espacios de recreación planteados.
Martín Orlando, CEO y fundador de La Maquinita, asevera que la relación laboral tiene que estar apalancada por una interacción humana que permita establecer estas conexiones.
"Intentamos formar una comunidad. Esto no habla sólo del coworking, porque entendemos que colaborando y compartiendo se pueden hacer las tareas de modo más eficiente. El objetivo es apuntar a una mejor calidad de vida", completa.
En todos los casos, estos tres referentes apuntan no solo a crear espacios a medida de sus asociados, sino a formar grupos de personas que se relacionan de distintas formas. Este valor agregado se mide en charlas con especialistas, actividades (campamentos, afters hours y fiestas), entre otros. "Nos vemos como un puente que conecta los dos mundos", suma Gawianski.
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Servicios a medida
Parte del éxito de esta movida está basado en la flexibilidad de la oferta. Con un primer foco en los freelancers o pequeñas startups, las firmas de coworking vieron que las grandes empresas, Pymes y compañías más tradicionales también requerían un cambio estructural.
"Estos espacios aparecen, en primer lugar, con el sector tecnológico y creativo. Pero en el camino descubrimos este interés de empresas más clásicas", explica Uri Iskin, CEO y cofundador de HIT, y agrega que fueron escalando hasta llevar su modelo no solo a emprendedores sino a corporaciones y multinacionales.
"Desarrollamos una cartera de servicios que puede tener desde el que arranca hasta el que necesita 200 puestos de trabajo, todo sin una inversión en infraestructura", explica Iskin a iProUP.
Por su parte, desde WeWork remarcan que más del 45% de los miembros son grandes corporaciones que deciden cambiar su cultura, desde sectores tradicionales como los bancos hasta las empresas basadas en Internet. Algunos de sus clientes son Santander, Itaú, Avianca, Microsoft, Mercado Libre, Wyndham, Almundo y Flybondi.
"Tenemos acuerdos de membresía. WeWork revoluciona el modelo de trabajo convencional porque permite que las personas usen las instalaciones dependiendo de sus necesidades", se explaya Gareis.
"Ofrecemos planes individuales o a Pymes que se renuevan mes a mes. En el caso de las grandes corporaciones, buscamos adaptar el espacio a sus necesidades con acuerdos a largo plazo. Por último, la membresía Powered by We, donde se le brinda a las empresas llevar los servicios y el diseño de WeWork a sus espacios propios", completa el ejecutivo.
Lo interesante de este tipo de servicios es que las compañías que quieran instalar sus sedes en los edificios es que no deben pagar por el mobiliario, adaptación o servicios, sino simplemente por el total de espacio ocupado. Esto implica una reducción de costos importantes, bajo un modelo que podría considerarse "all inclusive".
En cuanto a los precios, el plan más económico de La Maquinita arranca en $4.250 y permite entrar hasta tres veces por semana a cualquiera de las sucursales.
Por su parte, los espacios "fly desk" de HIT cuestan $5.400, mientras que WeWork ofrece su servicio de "hot desk" a partir de $6.300. En todos los casos, se tiene acceso a los amenities y salas de reuniones.
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Además, cada uno dispones de una variada cantidad de oficinas en el país. WeWork, que cuenta con 5.000 miembros, posee tres locaciones (dos más en camino), distribuidas entre el centro porteño, Palermo y Vicente López.
La Maquinita, que posee 2.200 miembros, acumula diez sedes distribuidas en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Por último, HIT (5.000 miembros) tiene siete edificios, todos en la Capital Federal.
Sin embargo, tanto La Maquinita como HIT evalúan planes de expansión al interior del país y en el exterior. Este HIT, particularmente, ya tiene prevista la apertura de espacios en Chile y Miami.
Negocio contracíclico
En un país que atraviesa un momento económico y social complejo (con recesión y crisis de por medio), este tipo de empresas descubrió que su modelo de negocios es contracíclico.
Los responsables de HIT aseguran que, año a año, se duplica la demanda. Y una tendencia similar se replica en todas estas firmas.
La compañía invirtió $80 millones en "Libertador", un edificio de 15 pisos ubicado en el barrio porteño de Núñez que le permitirá instalar 900 puestos de trabajo.
La Maquinita, por su parte, quiere crecer 10.000 metros más en la Argentina y planea salir a la conquista del mercado sudamericano.
"Creo que esto va a seguir avanzando. Hay que hacer una lectura del mercado corporativo: a las nuevas generaciones les gusta poco trabajar en grandes compañías estructuradas. Existe una gran masa de emprendedores que hay que interpretar espacialmente. De esta forma, puede explicarse el crecimiento exponencial", finaliza el presidente de HIT.
Por su parte, WeWork planea abrir antes de mitad de año un nuevo edificio en Cañitas y avanza en lo que será "el WeWork más grande de Latinoamérica" se emplazará en la Torre Odeón (Av. Corrientes 800), con capacidad para 4.500 miembros.
Con los desafíos (y beneficios) que implica el desarrollo de una estrategia sustentada en la transformación laboral, los espacios de coworking hallaron un negocio que promete expandirse de forma acelerada en los próximos años. Incluso, hasta la crisis le sienta bien.