Pocas dudas caben que uno de los puntos más calientes alrededor de la economía digital tiene que ver con la valoración de las startups tecnológicas.
En la agenda global están en centro de la escena el caso WeWork -con una valoración inflada que llegó a 50 mil millones de dólares, que se pinchó antes de siquiera salir a Bolsa y forzó a un ajuste que dejó miles de personas en la calle- y el debate acerca de las startups que gastan enormes volúmenes de dinero, suman cantidad de usuarios, levantan generosos montos de inversión y generan pocos ingresos (como Uber, entre otras).
El denominador común es una suerte de "receta" que se cree mágica: el desarrollo de tecnología disruptiva como núcleo de empresas que crecen a ritmos exponenciales y que en algún momento, se espera sean rentables. Detrás de ellos, los grandes fondos de capital de riesgo financian este crecimiento sideral que por momentos recuerda mucho las burbujas tecnológicas de las puntocom que estallaron en aquellos primeros años de Internet.
"Lo que ocurre es que todo el sistema de los VC´s (Venture Capital) se asienta en una única búsqueda: un unicornio, una empresa que tenga un éxito tal que pueda salvar todo un portfolio. Se invierte en múltiples startups pero con el objetivo que sea el exit (la venta) de una de ellas la que dé sentido a todo el proceso. Es necesario repensar el sistema hacia alternativas más sustentables", apunta Santiago Lorenzo, Tech & Digital Innovation en venturebees.
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Distintas voces del mundo del emprendimiento tecnológico señalan el peligro del sistema de fondeo actual y se inclinan hacia alternativas con objetivos más razonables, un ecosistema de emprendimiento más plural que el que plantea el modelo unicornio.
"Lo que proponemos es repensar la idea de la cantidad de startups por sobre la calidad, o la salida rápida versus el crecimiento sostenible. Queremos proyectos prósperos, con impacto social y que generen ganancias para los accionistas, pero basados en la sustentabilidad, donde no solo importan los fines, también los medios. La propuesta es repensar la manera en que nacen los negocios, tanto en Argentina como en la región", comenta Ricardo Gómez, Startup Growth & Co-Operations en venturebees.
Como para dar contexto, en nuestro país de acuerdo con el Estudio de la Industria de Capital Privado, Emprendedor y Semilla en Argentina 2016- 1S 2019 de ARCAP la cantidad de transacciones de capital privado se incrementó un 31% en 2018 respecto al año anterior. Por el otro lado, así como aumentó el número de transacciones en los últimos tres años, el monto invertido durante el primer semestre 2019 duplicó lo registrado para el mismo período del año anterior y ascendió a 890 millones de dólares.
La hora de las cebras
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De acuerdo con el Informe Squaring Venture de 2017, realizado por Universidad de Stanford y la British Columbia, la mayoría de los unicornios están sobrevalorados: los inversionistas estiman posibilidades de crecimiento, capacidad de disrupción en el mercado y competencia, pero ese número no siempre se corresponde con un valor real, lo que se comprueba muchas veces cuando estas firmas se hacen públicas. Con todo, es el sistema que predomina a la hora de fondear empresas tecnológicas.
"No hay que perder de vista que apenas una entre 250 startups va llegar a ser un unicornio. El modelo cebra es una alternativa. Si el unicornio va tras el exit ( 50x retorno), el crecimiento desmedido y exponencial, en el caso de las cebras se habla de un retorno de 5x veces, con el acento puesto en un portfolio de empresas que generen ingresos, estén vitales y en camino a la rentabilidad", afirma Juan Manuel Santucci, Business Mentor y Portfolio de venturebees.
Vale destacar que de acuerdo con información de LAVCA, este año emergieron en América Latina 19 unicornios -lo que implica, según la estadística, que más de 4.700 empresas quedaron en el camino para que esos unicornios pudieran emerger- mientras que el gigante SoftBank gestó un fondo de Venture Capital destinado a startups regionales por un monto de 5 mil millones de dólares.
Valores como pluralismo, cooperación, impacto en la comunidad, win-win, diferencian al modelo cebra del unicornio, que pone el acento en ganadores-perdedores, individuos, accionistas y la ganancia como valor supremo.
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"Las cebras apuntan hacia un ambiente emprendedor más participativo. En este modelo hay un portfolio con varias startups o cebras saludables, en el sistema actual los VC´s inyectan capital a empresas que luego fracasan en busca de ese unicornio anhelado. En ese camino pueden quedar emprendimientos que tengan una rentabilidad quizás menor, pero que pueden ser negocios con impacto", aclara Lorenzo.
Por último, la concepción de este modelo alternativo de financiamiento también entiende la pluralidad como diversidad, desde el mismo origen del emprendimiento. El paradigma de emprendedor "promedio" (varón blanco) se pone bajo la lupa.
En el relevamiento realizado en este semestre por ARCAP, por primera vez, se incluyó la temática de género. De las 43 startups que recibieron financiamiento en el primer semestre de 2019 en Argentina, sólo 5 tienen una o más mujeres en su equipo fundador y/o como CEO.
"En el ecosistema actual, solo 3% del capital va hacia mujeres. En un sentido, reproduce desigualdades que se dan en otras esferas de la sociedad y la economía. El objetivo de un nuevo modelo más sustentable también es ese: crear compañías rentables que resuelvan problemas reales de las personas y que en el proceso, puedan reparar el tejido social y las inequidades del sistema actual. Un impacto verdaderamente comunitario", concluyen desde venturebees.