El fin de semana, el mercado local sufrió otro cimbronazo: el Gobierno decidió restringir la compraventa de dólares, en especial a las empresas, para tratar de poner paños fríos a la divisa que ya parece indomable.
En ese contexto, a falta de una cotización "real", los bancos digitales y casas de cambio online se llevaron la peor parte: debieron renunciar a su compromiso de ofrecer operaciones las 24 horas del día y "apagaron" las transacciones para ponerse a tono con los nuevos requisitos del Banco Central.
Una de esas casas de cambio fue Tienda Dólar, que lanzó una nueva alternativa para seguir creciendo como una plataforma online que ofrezca la mejor cotización del mercado. Y lo hizo con OrderBook, una especie de Mercado Libre de divisas, donde quienes tienen dólares los ofrecen a la venta a cierto precio –en algunos casos, a mitad de camino entre las puntas compradora y vendedora– para los usuarios que deseen comprarlo.
Se trata de un método de comercio electrónico "entre pares" (P2P) que no es nuevo, sino que ya es adoptado por empresas como LocalBitcoin, que une oferta y demanda para el trading de divisas digitales. Pero sí es novedoso para el escenario cambiario argentino.
"Lo que hacemos es cruzar al que compra con el que vende. Ahora, te estoy vendiendo la compra a $55 y la venta a $61. Si dos se ponen de acuerdo a $57, se concreta la operación", confía a iProUP Martín Nagelberg, CEO de la compañía.
De esta forma, los interesados pueden conseguir la cotización más baja del mercado, en tanto que TiendaDólar les cobra una comisión del 0,5% a cada uno. "Esta tarifa es dinámica, porque si lo comprara $60,50 es como si estuviera comprando a $61,04 en la tienda. En esos casos, hay una comisión más baja", revela el ejecutivo.
Cómo funciona
El "Orderbook" funciona desde la propia plataforma de TiendaDólar, que está regulada por el Banco Central. Por lo tanto, quienes compren deberán cumplir con los mismos requisitos que en otras entidades, como firmar una declaración jurada que indique que lleva menos de u$s10.000 adquiridos en el mes.
"Siempre operás a través de nuestra cuenta, así que no le mandás los pesos a alguien y ese otro te manda los dólares. Como no hay liquidez, hay que esperar a que alguien venda los dólares al precio que desea el usuario. Cuando haya liquidez, será instantáneo", revela.
El proceso es el siguiente:
1) El usuario transfiere dólares (para vender) o pesos (para comprar) al CBU de TiendaDólar
2) Luego, carga la orden para comprar o vender
3) Las órdenes se cruzan
4) TiendaDólar avisa por email sobre la transacción y lo carga en el balance del usuario en TiendaDólar
5) El usuario retira los fondos, transfiriéndolos a su cuenta bancaria
"Ya lo veníamos armando para tenerlo para octubre. Lo aceleramos con las primeras medidas del Gobierno, porque percibimos algún aroma a alguna restricción. Los spreads se estaban abriendo cada vez más. Además, permite no pelearnos con los bancos, que ofrecían a veces precios menores que los nuestros, pero no le vendían a nadie", sentencia Nagelberg.
Según el directivo, en las primeras horas hubo unas 13 transacciones en el OrderBook, pero esperan que se multipliquen a medida que pase el tiempo y la gente se familiarice con esta "nueva forma" de comprar y vender divisas.
Turbulencias
Las medidas del domingo tomaron por sorpresa a las fintech que permitían la compraventa de dólares. Ante la incertumbre y la falta de un "precio real", varias de estas plataformas decidieron directamente apagar el sistema.
"A eso de las 4 de la mañana de hoy (lunes) pudimos volvimos a operar, luego de adaptar nuestra plataforma a los nuevos requisitos del Banco Central", afirma Nagelberg a iProUP.
"Apagamos todo. Con esta medida, retrocedimos dos años. Una pena", se lamentaban el domingo ante iProUP desde una fintech que ofrece trading de divisas.
"Los querían comprar, ya lo habían hecho en la semana de las PASO. Pero hubo que apagar la compraventa porque hubo gente que cobro sus sueldos y quería llevarlo todo al dólar y después ver qué hacía. Creció la paranoia", afirmó una fuente del sector que se sorprendía ante la paranoia que se vivió el domingo.
Pero no fueron las únicas: los bancos digitales Rebanking y Brubank también cerraron sus "ventanillas" para la compraventa de dólares hasta este lunes. Al intentar estas transacciones, en las apps el sistema alerta: "En este momento no se puede realizar la operación".
La situación de este fin de semana fue similar al del cimbronazo postPASO. En ambas situaciones, sorprendió el amplio gap entre las puntas compradora y vendedora. "Al no tener valor, pusimos un spread muy grande. Tuvimos que cubrirnos", señalan a iProUP desde una entidad que opera 100% online.
"Así se plancha el mercado, porque con un spread grande el que compra no sabe si está alto y el que vende no sabe si es barato", añade la fuente que pidió no ser mencionada.
Las casas de cambio online llegaron bajo la premisa de ofrecer una menor cotización que los bancos tradicionales, aprovechando una estructura de costos mucho menor. De esta forma, los jugadores digitales pueden bajar esa comisión de 5% a menos de 2%.
No obstante, el fin de semana ocurrió una hecho interesante: los mensajes automatizados de las casas de cambio online indicaban que tenían la mejor cotización del mercado y la comparaban con el promedio del Banco Central. Pero esta comparativa les jugaba en contra, pues el precio de los bancos era más conveniente.
Esto ocurrió porque las entidades tradicionales ya no vendían desde el viernes y no actualizaron las cifras. Y las casas de cambio online no tenían un precio "real", ya que son las únicas que operaban.
Esta paranoia que se vivió en la City "virtual" se repitió en las filiales bancarias de todo el país. En los bancos del microcentro había colas desde antes de las 10 de ahorristas que querían retirar sus fondos en moneda extranjera.
La historia se repite cada tanto: ante una nueva crisis, los argentinos se refugian rápidamente en el dólar, sólo que ahora tienen más opciones digitales para hacerlo. A diferencia del Central, las "reservas" de ingenio criollo parecen inagotables.