Casi todos los subsidios que el Gobierno Nacional otorga a los segmentos de menores recursos se pagan mediante una tarjeta que está bloqueada para que esos beneficiarios puedan utilizarla en los negocios del lugar en el que viven.
El efecto derrame que podría generar ese beneficio en su zona de pertenencia se pierde. Más aún, se lo llevan las grandes cadenas de supermercados.
En este marco, una fintech trabaja para que, justamente, el impacto económico de los 4 millones de planes sociales también sea recibido en los barrios y villas de quienes lo obtienen a fin de que actúe como una especie de doble vía.
Es lo que está encarando desde hace varios meses Socialpos, una fintech que busca que los negocios y los comerciantes barriales puedan participar del beneficio del sistema de tarjetas sociales.
Para ello, avanza en dos frentes: por un lado, diseña una tecnología que permita que esos plásticos puedan ser leídos por cualquier negocio, no sólo por las cadenas de retail o supermercados. Por el otro, impulsa el desarrollo de una infraestructura de red que habilite esa posibilidad.
“Casi todos los subsidios se pagan con tarjetas que están bloqueadas en los comercios barriales ya que no tienen capacidad para recibirlos por falta de infraestructura y porque las empresas que se dedican al procesamiento de pagos no los cubren. El resultado es exclusión y más costo para la gente que recibe esos subsidios sociales”, dijo a iProUP, Leonardo Valente, fundador de Socialpos, la empresa que busca resolver ese problema.
El objetivo de la empresa es que ese beneficio del que disponen los segmentos socioeconómicos más vulnerables y que pagan los argentinos a través de aua impuestos tengan un efecto multiplicador real. Y qué mejor que eso ocurra en los lugares en donde habitan.
¿Por qué la insistencia con este punto? Porque el principal gasto de estos sectores es en alimentos. Para aprovechar el dinero que le es aportado vía subsidio, esa tarjeta puede ser utilizada principalmente en cadenas de supermercados que no siempre están ubicadas cerca de su vivienda.
A esto se suma que muchos de los descuentos que se ofrecen en estos espacios son de primeras marcas que no necesariamente son las que eligen los segmentos sociales de menor poder adquisitivo. Justamente, por su necesidad de estirar el dinero lo más que pueden.
“Buscamos llevar al comercio del barrio la posibilidad de cobrar lo que vende por medio de esas tarjetas sociales. El subsidio es, así, más poderoso. Porque sino es como dar una caja PAN”, agregó el emprendedor, también economista, en alusión a las ayudas que se entregaban allá por los años 80.
Con la tecnología de Socialpos el comerciante también se beneficiará con el impacto de ese aporte estatal. El efecto derrame se queda en el barrio.
Los proyectos piloto están en marcha en las villas 1.11.14 y 20.21, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí ya hay negocios dotados con esta tecnología en modo de prueba. Justamente, la máxima intención de Socialpos es poder alcanzar a todas las villas distribuidas no sólo en la Capital sino también en el país.
Avanzar con el desarrollo de esta prestación para los comercios no resulta sencillo. Muchas empresas se acercaron para colaborar con el proyecto. Pero hubo varios tropiezos antes de llegar al socio final.
“MercadoPago nos vino a buscar para ser parte de la iniciativa, pero las condiciones que imponían eran leoninas. La propuesta propia es distribuir la ganancia o no tenerla, pero no pagar comisiones imposibles. Ellos querían la foto en la villa”, lamentó Valente.
Luego fue el turno de Red LINK, con su tecnología VALEpei, pero la limitación en este caso fue que la tecnología está disponible para tarjetas de debido y no para tarjetas prepagas como las que se entregan mediante los planes sociales.
La tercera fue la vencida. Un proveedor chico, Olpays, está desarollando la plataforma para poder ampliar el objetivo inclusivo de los beneficios sociales. Es una empresa de Mendoza que ya viene desarrollando tecnología en este sentido.
“Como son agregadores y se está abriendo el juego, es una muy buena posibilidad para que todos puedan sumarse”, amplió. A los grandes operadores de telecomunicaciones no les interesa llevar sus redes a las villas.
Valente insistió en que encaran este proyecto a pulmón. “Soy un emprendedor de Internet en las villas. Hace un tiempo comenzamos esta iniciativa con Javier Colón para darles conectividad a través de Telemundo 10. Y ahora volvemos nuevamente con tecnología que se adapte a los plásticos hasta que la gente la adopte. En la Ciudad de Buenos Aires, en el mercado, nos conocen todos”, subrayó.
Pese a la escasez de recursos, su objetivo es que en 2019 puedan regresar a las villas con el proyecto de Socialpos ya en marcha y cubrir a las de la Ciudad de Buenos Aires y el cordón sur de la provincia.
Tanto Valente como Colón participan de la mesa de innovación del Banco Central de la República Argentina (BCRA), donde las fintech, existentes y futuras, y donde aquellos interesados en introducir cambios fuertes e inclusivos en el sistema financiero, se reúnen para cumplir con esas premisas. Y ampliar el sistema, básicamente.
Ahora el foco es la puesta en marcha definitiva de Socialpos. “Es una falla del sistema que esos beneficios no puedan volcarse al barrio de las personas que los reciben, porque esto puede tener un efecto multiplicador enorme”, concluyó Valente quien, además de impulsar una mejora social a través de la tecnología, creó Gen Tecnológico, dedicada a la impresión y rotulación, y Live Panel, dirigida a la investigación pública.