Los expertos ya encendieron las luces de alerta: en la Argentina apenas hay 60 cajeros cada 100.000 adultos, la mitad de los que posee Brasil (120) y un tercio de los de Uruguay (90).

En efecto, hay unos 16.500 terminales en todo el territorio: 9.300 de Link y 7.200 de Banelco. Por lo que los especialistas coinciden en que al menos hacen falta unos 50.000 equipos, es decir, el triple.

Para suplir esa diferencia, que se hace notar con mayor fuerza durante feriados y paros bancarios, Visa y Mastercard presentaron en 2017 sus servicios Extra Cash y Cash Back, respectivamente, que permiten extraer efectivo al comprar en una farmacia, un supermercado o estación de servicio y abonar con débito.

 

De este modo, los usuarios se evitaban ir a un banco, al tiempo que este servicio abarataba los costos para los comercios adheridos al reducir la cantidad de caudales a transportar.

Las redes de cobranzas también vieron este negocio y permitieron retirar. "El crecimiento de la extracción de efectivo está en el orden del 40% anual, apenas por debajo de la inflación. Una operación promedio es de $5.000", revela a iProUP Gustavo Gómez, CEO de RapiPago y presidente de CAECEIS, la cámara que nuclea a las firmas del sector.

En abril del año pasado, el Banco Central reglamentó la la existencia de cajeros extrabancarios. Es decir, ya no hace hacer falta que estén dentro de una entidad financiera. 

Tal como adelantó iProUP, hay un "tercero en discordia" que busca un lugar en el mercado. Se trata de Oddissey Group, una compañía creada en Estados Unidos hace 12 años por el argentino Sebastián Ponceliz, que buscará colocar sus terminales en quioscos, supermercados, estaciones de servicio y cantidad de locales de otros rubros.

Y va por más: sus cajeros tendrán funcionalidades de última generación y con un modelo en el que los comerciantes e inversores también pueden obtener rentabilidad en un mercado virgen a nivel local.

La empresa, que adquirió en el país el banco Interfinanzas, realizó una demostración de sus equipos y presentó su plan para comenzar a operar antes de fin de año.

En marcha

La compañía está implementando su red Octagon en el país, la primera "extrabancaria" de la Argentina, es decir, que no depende de los bancos.     

En este sentido, Begoña Pérez de Solay, gerenta de la operación argentina de Octagon, señala que "estos cajeros funcionan a través de la conexión con las redes de adquiriencia de las marcas MasterCard y Visa internacional, que es quien autoriza la transacción".

"A partir de los cambios de normativas del Banco Central se permite que particulares no bancarios, comerciales o quién fuera pueda ser dueño de un cajero automático y administrarlo en una locación por fuera de los bancos", remarca Ponceliz.

La compañía planea instalar estos cajeros en comercios que tienen recaudación de efectivo, para que posean una solución para gestión de los fondos, como estaciones de servicio, farmacias, supermercados, cadenas de electrodomésticos y shoppings. Para ello, ofrece tres modelos:

- Inversor: adquiere el equipo y Oddissey Group –empresa propietaria de Octagon– se encarga de buscar y contratar la locación

- Locatario: cede su espacio para que la compañía instale el cajero

- Inversor locatario: el comerciante puede adquirir una terminal e instalarla en su negocio

"En noviembre instalaremos los primeros cajeros, que probablemente sean MasterCard. Estimamos que entre diciembre y enero Visa podría estar operativo y ahí empezaríamos con el rollout. Tendremos unos 400 cajeros en el primer trimestre de 2020, con un objetivo de estar en el orden de los 1.800 a 2.000 en el primer año", señala Pérez de Solay.

El proceso se demoró debido a que Visa procesaba de manera local estas transacciones a través de Prisma y recién este año trajo al país su plataforma VisaNet. En cambio, con Mastercard ya la firma está operativa.

Las operaciones tendrán un costo, ya que las transacciones gratuitas sólo aplican para cuentas sueldos. "Esperamos que la gente sepa apreciar el valor del servicio, la disponibilidad, la  conveniencia de tener un cajero con dinero pasa poder retirarlo", afirma.

Según Pérez de Solay, ese precio rondará los 50 pesos. "El objetivo es llegar a un valor similar a un dólar", puesto que el objetivo es que " sea un precio competitivo que no le genere rechazo al usuario".

De esta comisión, el 30% se destinará al dueño del cajero, entre el 20 y el  25% (dependiendo la cantidad de transacciones) irá al comercio que ofrece el espacio y el resto es costo transaccional.

Sin embargo, Ponceliz aclara que sus sistemas son capaces de geolocalizar y diferenciar por regiones el costo de las transacciones. "Esto permite que en zonas menos aventajadas económicamente se puedan cobrar valores de transacción menores, compensando con costos mayores en otras zonas.. También que haya un precio diferente por horarios", remarca.

No sólo efectivo

Las terminales de Octagon tendrán algunas funciones adicionales a las de retiro de efectivo. Y prometen ser los primeros cajeros "omnicanal" de la Argentina.

"Nuestro sistema nuestro fue pensado desde su origen como un sistema multicanal y de plataforma abierta que pueda generar herramientas por ejemplo de moneda digital con fiat, en la que un usuario puede hacer transacción de cripto y Fiat", revela Ponceliz.

Según el ejecutivo, también permitirá transferencias de plata en la Argentina y más adelante al exterior, además de que se ofrecerán microcréditos y pago de servicios.

"Esto que hace que el cajero deje de ser un aparato exclusivamente de extracción de efectivo para ser una estación inteligente de conectividad para medios de pago y otras funciones", completa el ejecutivo.

El gran interrogante es ¿por qué invierten en una red de cajeros en el contexto de una fuerte crisis económica?

"Vimos un gran negocio porque un cajero en Argentina tiene un promedio de 10.000 transacciones mensuales o 25.000 en el interior por cajero, cuando en EE.UU. son 100 o 200. Eso da idea del impacto que tiene como negocio", responde Ponceliz.

Al directivo tampoco lo asusta la incertidumbre política, ni la posibilidad de que un potencial gobierno de Alberto Fernández dé marcha atrás con la apertura del mercado financiero que propició la gestión de Mauricio Macri.

"Si hay un cambio de gobierno, no cambiará nuestros planes a futuro. Tal vez haya un cambio en el mercado y hasta podría estimularse el uso de efectivo para promover el consumo", advierte el Ponceliz.

Y concluye: "Los contratos ya están firmados así que no debería cambiar nada. Lo que si siempre está la incertidumbre que traen estos cambios en términos de inversión".

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