Durante la cuarentena que cubrió gran parte del 2020, los llamados "negocios de cercanía" cobraron gran importancia. Ahora, con las nuevas restricciones, llegan también nuevos desafíos para los comercios de barrio.
Con ese marco en mente, Nubing, la plataforma de comercio electrónico que brinda soluciones en sistemas y software para empresas y Pymes, lanzó "Tiendas de barrio", un plan básico sin cargo fijo por un año para brindar soluciones a la medida de los comercios más chicos.
"Básicamente la pandemia y el estar tan restringidos nos hizo repensar un montón de cosas: pasamos de una época en la que el comerciante estaba esperando simplemente que pase el cliente habitual y hoy, además de que la competencia es muy grande, las restricciones que estamos viviendo complican la venta", cuenta a iProUP" el cofundador de Nubing, Silvio Dotolo.
Y agrega: "Entonces darle acceso a tecnología a través de una solución de este tipo le permite al pequeño comercio tener una tienda online, un control de stock y facturación directa de manera electrónica y, así dar un paso hacia lo digital para ampliar su cartera de clientes".
"Nosotros vemos que en el mercado lo normal es que todo parta desde el producto: nosotros encaramos el desafío de pararnos sobre el negocio, su institucionalidad y su marca", agrega Dotolo.
Según explican desde la empresa, el plan le otorga al comercio que se adhiere un sitio web autoadministrable, sin tener que invertir en diseño o programación, y un facturador digital integrado, que implica un ahorro importante a la hora de adaptarse a las nuevas normativas obligatorias de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Dotolo explica: "Cuando miramos a las necesidades de la tienda de barrio como tal nos preguntábamos cómo darles las soluciones que necesitan sin un alto costo, entonces lo que hicimos fue estandarizar todas esas soluciones que ya teníamos".
"Llevó bastante tiempo de desarrollo volcar el know-how en esas soluciones, pero logramos un producto que se compone de los elementos necesarios para que la persona pueda vender online, facturar, comprar su stock y además integrarlo a su local físico que es lo que habitualmente se les complica", completa el emprendedor.
Pero eso no terminó allí, sino que fueron por más: "Nos integramos a marketplaces conocidos, donde, aunque el margen sea más chico, les damos la posibilidad de tener más ventas".
"Imaginate que el comerciante está detrás del mostrador facturando con la computadora y tomando los pedidos desde el mismo sistema. Es poder tener todo administrado desde un solo lugar y a un costo al que puede acceder cualquier dueño de negocio o tienda de barrio", señala.
En ese sentido, Dotolo explica que el modelo de monetización está basado en planes:
- "Tenemos un usuario freemium que es de cero pesos, en donde el que se registra puede explorar la venta o comprar a otros usuarios que ya existen"
- "En el plan Tienda de Barrio, nos planteamos el desafío de darlo sin cargo por un plazo determinado como para que prueben y ahí vas avanzando con los planes hasta llegar a algo a medida de lo que necesita, según la asistencia que necesite en el desarrollo de marca o software"
"Si te parás en una solución de cero pesos, ya vas a poder vender online, si te paras en una solución de cinco mil pesos mensuales vas a tener todo tu negocio digitalizado", complementa.
Según el emprendedor, el plan Tienda de Barrio le da al comerciante "la posibilidad de digitalizar su negocio y alcanzar clientes que tal vez tengan que estar en casa o que no tengan el horario de compra habitual por las restricciones ". Y asegura que "explorar todo este canal puede tener un desarrollo de venta mucho más interesante que el mostrador".
El salto
Aunque el sistema para comercios pequeños es nuevo, Nubing trabaja hace más de 10 años en soluciones digitales con el objetivo de crear una plataforma intuitiva para los que no son nativos digitales. Dotolo y sus compañeros estaban trabajando en grandes empresas cuando decidieron lanzarse a probar suerte como emprendedores.
El emprendedor confiesa que en ese momento se preguntaba "cómo sería el comercio de ahí adelante y estábamos convencidos de que iba a ser online".
"Más allá de que nos acercáramos al mostrador a comprar algo, la transacción iba a darse digitalmente y pensamos que no podía haber solamente uno o dos jugadores en el mercado, sino que iba a ser necesario que el dueño de la empresa Pyme pudiera elegir con qué plataforma operar y no solamente depender de sus productos, que se venden en un montón de lados. Para eso debíamos pararnos en el concepto de la institucionalidad y diferenciarse del resto a través de la marca", recuerda Dotolo.
"En ese momento tan sólo nos imaginábamos todo eso, en el año 2010 las redes sociales estaban explotando, el concepto del cloud computing como como tal era totalmente disruptivo. Hoy estamos donde soñábamos en el sentido de que puedo digitalizar una empresa online y acceder de forma remota desde donde quiero", agrega.
La tarea no fue fácil: "Cuando decidís emprender pasás de la oficina cómoda con un lindo ventanal a la calle y cierta sensación de seguridad a aventurarte, pensando en que esa solución va a cubrir una necesidad concreta, en este caso de los comerciantes que yo veía por la ventana", relata.
"En ese momento se hablaba de que en el 2030 -que estamos a nada- el 50% de las transacciones iban a ser digitales, así que nos juntamos, elaboramos la idea, la rompimos, la volvimos a armar y le dimos un montón de vueltas hasta que dimos el primer paso de dibujar seriamente cómo iba a ser el esquema de trabajo, así que comenzamos a programar y armar la plataforma", recuerda.
Dotolo explica que "la facturación en el primer año fue cero porque básicamente se trató de desarrollo e inversión. Ahora, la facturación proyectada para este año es de alrededor de 90 millones de pesos". Además, ya superó los 200 mil usuarios registrados y marca una tasa de crecimiento aproximada de 50 nuevas cuentas por día.
El esfuerzo fue también económico, porque todo comenzó con capital propio y sin pasar por ninguna ronda de inversión, algo que se sostiene hasta hoy: "Comenzamos con ahorros propios y a partir de ahí nos auto sustentarnos para pagar nuestros propios sueldos y encarar la comunicación. Sobre la marcha empezamos a darnos cuenta de un montón de cosas que nos hacían falta. Por ejemplo, el diseño, porque veíamos que todo funcionaba, pero debía verse lindo", cuenta.
Por el momento, Nubing se autosustentó y no participó de ningún tipo de ronda de inversión: "La verdad es que fuimos de alguna forma coqueteando con eso, informándonos con el sueño de poder llegar a rondas de inversión que nos propulsen, que nos dieran esa fuerza, pero la verdad es que fuimos haciéndolo todo a pulmón", confiesa Dotolo.
Y añade: "Tuvimos un primer caso de éxito entre 2011 y 2012 y eso nos dio la posibilidad de inyectar capital con ese primer cliente que nos ayudó a entender las necesidades que tenía él y replicarlas".
"Así fueron viniendo otros y fuimos atravesando lo que algunos teóricos y consultores llaman 'el valle de la muerte', esos 40 días en el desierto que tenés que atravesar, pagar sueldos y afrontar todos los gastos, algo que pudimos hacer en función de nuestros propios clientes", explica.
Y completa: "Nos dimos cuenta de que había una trampa ahí: si queríamos escalar y desarrollar Nubing a nivel nacional teníamos que empezar a acercarnos a inversores y es un poco la idea en la que estamos ahora, estamos abiertos a escucharlos".
En ese sentido, Dotolo concluye con un mensaje para los que recién empiezan: "Tal vez mirando para atrás o a emprendedores diez años más jóvenes, a los nuevos les diría que abran la posibilidad de acercarse a este tipo e inversiones externas más rápido".
Y concluye: "Analicen las variables que tengan a mano y si están convencidos, pruébenlo. Si hay algo que falla no pasa nada; equivocarse es experiencia y cada vez que te levantas hay una mejora para poder avanzar".