Emprender en pandemia. Parece una premisa imposible, pero lo cierto es que muchas startups aprovecharon el tiempo que la cuarentena les liberó y pusieron manos a la obra para darle vida a sus proyectos. Es el caso de Vinimay, el primer museo digital de camisetas de fútbol para intercambiar, vender y exhibir casacas "obviamente todas oficiales", según aclara su fundador, Gabriel Benito.
"La idea es que todos los fanáticos seguidores del fútbol puedan tener un espacio para cargar sus camisetas y contar una historia, esa historia que tienen las camisetas, ya sea porque recuerdan un momento importante del equipo o simplemente porque la persona se sintió relacionada con ese modelo", explica Benito.
La aplicación ya está disponible para iPhone y en breve lo estará también para Android. Al museo se puede acceder sin necesidad de loguearse. Para realizar interacciones –likear, comentar o enviar un chat– sí es necesario crear una cuenta y a partir de ahí se pueden cargar las casacas con unas preguntas rápidas.
"La verdad que se sumaron un montón de personas, ya tenemos más de 500 descargas y el primer día tuvimos más de 150. También estuvimos segundos en la sección de deportes de Argentina, sólo por debajo de ESPN, y recibimos mails y mensajes muy positivos", explica Benito.
Además, agrega: "Era algo que necesitaba el fanático, el coleccionista y las personas a las que le gustan las camisetas de fútbol. Hablamos también con gente que diseña camisetas y a quienes se les hace muy complicado buscar una específica, por ejemplo una del '80 o del '90 que no aparece ni en Google así que para ellos es también muy importante".
La idea de Vinimay surgió mientras Gabriel Benito realizaba un curso en marketing digital en España. "Yo soy muy apasionado del deporte y del fútbol y la verdad es que necesitaba hacer algo relacionado a eso. Había estado buscando trabajo en España y no conseguía y ahí se me ocurrió hacer una aplicación de camisetas de fútbol. Le fui dando forma y entonces se me empezaron a ocurrir ideas como intercambiar y exhibir para contar una historia", recuerda el emprendedor.
"La realidad es que yo soy una persona que colecciona camisetas que me hacen recordar momentos. Por ejemplo, tengo una del 2002 de cuando Independiente salió campeón. Son todos tipos de camisetas que me marcan un momento en mi vida que para mí es muy importante y para muchos fanáticos también", cuenta.
Presente y futuro
Lanzarse a concretar Vinimay fue una decisión clara para él porque ya había dado el salto al mundo emprendedor previamente.
"Trabajo desde chico y siempre trabajé en relación de dependencia hasta que en 2015 decidí realizar mi empresa de alquiler de mobiliario para eventos. Después vendí pero ahora sigue en movimiento. Ahí vi lo que era emprender, que era trabajar de lo que a uno le gusta, no sé si ese era el rubro que me gustaba pero sí descubrí esto de superarme a mí mismo. Así que decidí venderla e ir a estudiar para hacer marketing y se me ocurrió Vinimay", relata.
Por supuesto, a pesar de estar decidido a nivel personal, para Gabriel Benito hubo otras cosas para enfrentar: "Recibí muchas presiones ya con 29 años, desde mi novia o mis padres que me preguntaban qué iba a hacer o por qué una aplicación si era algo difícil. Eran todos comentarios que vienen de buen lado, nunca de tirar para abajo, pero es complejo porque obviamente uno tiene costos fijos y además esto, al todavía no monetizar, es complejo", cuenta Benito.
Hoy, el emprendedor ya está trabajando en un modelo de monetización que incluye comisión por las transacciones, B2B (servicios entre empresas), B2C (servicios al consumidor) y publicidad.
"La idea es que vaya siendo todo escalonado, es decir, al principio va a ser la compra y venta e intercambio a través de los consumidores, luego vamos a agregar locales y luego vamos a hacer publicidad para las marcas. Por el momento todavía estamos pensando mucho en el usuario y en su experiencia para que sea muy positiva", asegura y explica: "Al principio arranqué yo con una inversión mínima hasta que ya la pude ofrecer y pasar dos series que por suerte siguen confiando. En total, todo eso implicó entre 10.000 y 40.000 dólares".
Actualmente, en el equipo de Vinimay trabajan seis personas internamente y otras cuatro que hacen labores externas. "Arrancamos en febrero, días antes de la cuarentena, y la verdad que fue algo justo. Hicimos en cinco meses iOS y en cinco meses Android y toda la parte del Back Office y el backend. La verdad que fue un trabajo súper exigente y con muchas ganas, pero también es cierto que se fueron dando las cosas. Estábamos todos a la distancia pero pudimos sortearlo perfecto", relata el fundador.
"Estoy muy feliz con este proyecto y con encontrar qué es lo que te gusta. Esto lo hicimos todo en pandemia e ir dándote cuenta de que realmente te gusta lo que haces más allá del contexto es genial", asegura.
La experiencia de Gabriel Benito en tiempos de pandemia lo hace concluir con un mensaje decidio a los emprendedor: "Hay que estar decidido a tirarse a la pileta, directo, y con algo que les apasione. Uay muchos pasos y barreras por saltar y cuando vos te tiras en algo que te apasiona todo lo de alrededor es como que se nubla y vas directo a aquello a lo que querés llegar".