Cada vez son más argentinos eligen la modalidad a distancia en carreras de grado o pregrado por diferentes motivos. Gracias a la tecnología, muchas universidades ofrecen su campus online con clases grabadas, material de lectura y exámenes virtuales.
Según datos oficiales del 2017, en el país se ofrecen más de 630 carreras a distancia, incluyendo casas de altos estudios públicas y privadas, que son cursadas por cerca de 170.000 estudiantes.
Pero la cuarentena obligó a casi la totalidad de estos establecimientos migrar sus clases hacia plataformas virtuales, tanto ya sean en disciplinas de corta duración o como carreras universitarias y universitarias.
En este contexto aparece Henry, una plataforma de educación a distancia con una particularidad: el estudiante abona el curso recién una vez que consiguió trabajo.
"Es una academia 100% digital que enseña carreras tecnológicas en la cual el alumno no paga nada para estudiar, a cambio de un porcentaje de su futuro salario. Por primera vez en la historia de la Argentina y en la región se alinea lo que es el interés de una academia con el de un alumno, que básicamente estudia para emplearse", explica a iProUP Martín Borchardt, fundador de Henry.
Por el momento, en SoyHenry.com solo está disponible la carrera de desarrollador web fullstack, pero están avanzando en nuevas opciones para quienes estén interesados en la rama de la tecnología.
"Nos enfocamos en carreras tecnológicas porque son las que más demanda laboral tienen hoy en día, tanto en el país como en el exterior, para generar también gente que trabaje de forma remota desde la Argentina", asegura Borchardt.
El nombre de la academia en realidad corresponde a un conjunto de siglas, "High Earn Not Reach Yet", que significa "empleados con sueldos altos que aún no son ricos".
"Lo que nosotros buscamos es incluir a cualquier persona sin importar sus circunstancias anteriores, porque como es digital gente de cualquier parte del país puede estudiar y como tiene cero costo inicial no es necesario que tenga capital para pagarlo. Buscamos a los mejores y, por lo general, con los resultados que estamos teniendo logramos duplicar o inclusive triplicar su salario anterior a pasar por Henry", remarca Borchardt.
Antes de fundar la plataforma, el emprendedor creó Nubi, una herramienta que vincula una cuenta de PayPal con una bancaria para poder retirar el dinero fácilmente en la Argentina. Durante su paso por esa fintech, descubrió que hallar profesionales para los puestos tecnológicos era una tarea muy difícil.
"Nos costaba mucho conseguir buen talento porque hay muy poco en tecnología. Y ni hablar en fintech, que es una industria completamente nueva. Entonces, cuando empecé a tener este problema en el día a día, me di cuenta de que otros colegas están con el mismo conflicto. Es un problema común en la industria, así que decidí dedicarme cien por ciento a este proyecto", comenta Borchardt.
Como parte de su plan, Henry busca agregar las siguientes carreras:
- Diseño UX/UI
- Cyberseguridad, dentro de la cual hay distintas ramas de carreras
- Data science
- Data analysis
Método de pago
El novedoso enfoque de retrasar el pago hasta conseguir un empleo puede parecer una estrategia un poco arriesgada, pero Henry cuenta con un marco legal que lo respalda.
"Nosotros no garantizamos que nuestros egresados consigan trabajo, pero tenemos un equipo específico cuyo único KPI (Indicador de Performance Clave) es que nuestros alumnos sean contratados. A partir de ahí, construimos nuestra currícula de cursada basada en lo que las empresas nos piden. Nuestros inversores son dueños de empresas tecnológicas muy grandes y lo que quieren es empezar a contratar desarrolladores de software de manera remota", explica el ejecutivo.
De esta manera, Henry ofrece a las firmas inversoras trabajos prácticos reales y entrevistas de los alumnos, recibiendo a cambio mentoreo y validación de la currícula.
"Eso es muy importante porque nosotros entrenamos a los Henrys, como los llamamos, en todo lo que significa conseguir un trabajo: desde cómo armar un LinkedIn, negociar un salario hasta prepararse para una entrevista técnica. Y tenemos una red de contactos muy fuerte entre nuestros inversores, advisors y parte del equipo en el mundo de la tecnología por lo que se nos hace más fácil acceder a oportunidades", agrega.
Los Henrys pueden probar el curso durante un mes. Si deciden quedarse, tienen que firmar un acuerdo de ingresos compartidos. En ese contrato de cinco años de duración, se obliga al estudiante a contraer pagos diferidos a Henry en caso de que cumpla alguna de las condiciones establecidas. Estas son:
- Que consiga un salario mayor a 50.000 pesos actualizado por inflación
- Que pueda abonar el total del curso en 24 cuotas
- Que pueda cancelar el total de 4 mil dólares al tipo de cambio oficial
El alumno también tiene la opción de abonar por adelantado.
Cambio en el modelo de negocio
La plataforma nació el año pasado, pero de forma muy diferente a la actual. "Empezamos dando créditos para estudiar en las academias digitales que hay en el país. Esa experiencia no fue muy buena porque el hecho de dar créditos y la relación con las academias era muy volátil: a veces había cupos, a veces no, los créditos en pesos con las tasas que tiene este país y la inflación era un tema muy complejo", confía Borchardt.
Al ver que no funcionaba aquel modelo, lo cambiaron a fines de enero y decidieron realizar ellos mismos las capacitaciones.
"Sin grandes inversiones en marketing, apenas con algunos posteos en redes, tuvimos 400 aplicantes. Nos dimos cuenta de que teníamos algo interesante y nos metimos de lleno con este modelo", cuenta.
Y completa: "Armamos un equipo de profesionales muy serio para la parte educativa y generamos toda una estructura de educación digital previa a la pandemia. Arrancamos con la primera camada en marzo, la segunda ya la lanzamos en abril y ahora en mayo-junio lanzamos la tercera".
Las carreras tienen una extensión de 650 horas (cuatro meses), se dictan todos los días de 9 a 18, incluso feriados y son en vivo.
"A pesar de ser digital, podés preguntarle al profesor todo lo que vos quieras. Después tenemos una estructura en la que los dividimos con ayudantes, llamadas particulares para los problemas del día a día y la cantidad de horas que damos de curso equivalen a dos o tres años de una carrera de grado de ingeniería informática, es bastante más complejo", explica.
Para ingresar, antes hay que rendir el Henry Challenge, un examen de ingreso que mide conocimientos de matemática, lógica y estadística.
"Es bastante complejo y funciona como filtro. Exigimos tener una nota superior al 90% para aprobarlo. Nos encantaría atender a todos, pero hoy no nos alcanzan los recursos", afirma el fundador. Y agrega: "Para la segunda camada, tuvimos más de 3.500 aplicantes".
Educación en tiempos de pandemia
Ante la crisis sanitaria que afecta al mundo, todas las escuelas y universidades tuvieron que adaptarse a una modalidad a distancia para que los alumnos continúen con la cursada. Esto generó que aquellos que no se llevaban muy bien con la educación online empezaran a conocerla y, en algunos casos, a familiarizarse con ella.
Henry nació antes de la cuarentena obligatoria, por lo que el efecto pandemia no los afectó tanto, sino que, por el contrario, los resultados de su negocio se dieron más rápido.
"Nos aceleró todos los planes porque ahora hay mucha gente que está incursionando en la educación digital. Antes, muchos preferían la modalidad presencial, cosa que ahora no es posible, así que en ese sentido nosotros nacimos 100% digitales y estamos preparados para eso", remarca el emprendedor.
"En este contexto, tuvimos que acelerar nuestros planes. Teníamos unos objetivos de cantidad de alumnos anuales que con esta situación se aceleró un montón porque la demanda orgánica empezó a crecer mucho y se estresaron un poco los planes de crecimiento. Estamos muy contentos con los resultados obtenidos", admite.
Expansión regional
"Para lograr nuevas rondas de inversión teníamos dos grandes hitos de validación: uno era lanzar en dos mercados, por eso nos fuimos también a Chile; y el otro era tener más de 500 alumnos, así que estamos a punto de cumplir esos dos objetivos y a partir de ahí, con una nueva ronda de inversión ya llegar a toda la región de Hispanoamérica", afirma Borchardt.
Según el ejecutivo, el enfoque es regional ya que "toda la educación en español, pero complementamos con educación de trabajo remoto y en inglés para los casos que se necesiten".
"Chile lo vimos como una gran oportunidad, tengo muchos contactos ahí y me fue muy fácil armar todo. Además, hay muy poca competencia y en educación tiene grandes problemas", indica.
Y concluye: "Por lo tanto, lo veo como una gran oportunidad para ganar un mercado que, si bien es un poco más chico, también tiene muchos beneficios, como la moneda, que es mucho más estable, los salarios entrantes de los programadores son más altos y demás", cierra Borchardt.