El sector salud está cambiando a un ritmo vertiginoso gracias a la inteligencia artificial e impresión 3D. Las innovaciones mejoran diagnósticos y tratamientos gracias a apps que permiten el seguimiento integral de procesos médicos. Programas de asesoramiento digitales personalizados, dietas adaptadas o rutinas de ejercicio son algunas de las aplicaciones más comunes. El objetivo es mejorar el bienestar, evitar lesiones y detectar enfermedades de forma precoz, antes incluso de que aparezcan los primeros síntomas, informó El Confidencial.
Wearables
Los relojes inteligentes y pulseras de actividad captan y cuantifican datos relativos a la actividad física, controlan las constantes vitales del usuario y alertan de condiciones del entorno. Entre los wearables médicos especializados están los que pueden medir niveles de insulina y otras variables biológicas asociadas a diagnósticos médicos.
Smartphones
El smartphone permite tener comunicación directa con un profesional sanitario y monitorizar las constantes vitales del usuario. Algunas compañías como Sanitas ya ofrecen servicios como Blua, un seguro digital que permite gestionar la salud desde el móvil y ofrece videoconsulta online, recepción de medicamentos en el domicilio enviados desde la farmacia o acceso a programas especializados de nutrición, deporte o apoyo psicológico. Con su servicio "Salud Conectada", el paciente tiene con una app una evaluación de su estado de salud y puede interactuar con los profesionales sanitarios, que pueden marcar la dosis y la periodicidad de un tratamiento.
IOMT, tatuajes O piel electrónica
Un paso más allá, en lo relacionado con la "Internet of Medical Things" (IoMT), exiten desde sensores que se ingieren y transmiten información e imágenes desde el interior del cuerpo (para la exploración del sistema digestivo) hasta pastilleros que hacen un seguimiento del consumo de medicamentos o pastillas inteligentes, que detectan y notifican cuándo se ha ingerido el comprimido.
También se están desarrollando tatuajes con biotinta que cambian de color para indicar cambios bioquímicos en el cuerpo, alertar de la presencia de patógenos, niveles de azúcar o de deshidratación, entre otras variantes.
En el caso de la piel electrónica, una membrana ultraligera y transpirable tiene el potencial de servir como biosensor: mide la temperatura, la saturación de oxígeno en sangre, la presión sanguínea y los niveles de pH, glucosa o litio. Además, puede mostrar esas mediciones en tiempo real en un matriz de puntos iluminados.
Impresión 3d e inteligencia artificial
Desde piezas dentales a medida, prótesis o hueso artificial hasta órganos impresos. Las bioimpresoras utilizan compuestos biológicos y células humanas como "tinta" con la que fabricar órganos a medida y compatibles con el paciente. La bioimpresión 3D de órganos tiene el potencial de terminar con las listas de espera para trasplantes y también con el rechazo, ya que los órganos se fabrican con células del paciente.
En aplicación médica, la IA está demostrando su potencial en diferentes áreas. Por ejemplo, por su capacidad para cruzar los resultados de diferentes pruebas médicas y mejorar los diagnósticos. Por su parte el análisis imágenes médicas (como radiografías o tomografías) permite detectar anomalías o lesiones y anticipar enfermedades con años de antelación, como en el caso del alzhéimer.
También son útiles los chatbots para la atención y seguimiento de problemas mentales. Asistente Virtual Psicológico como el de Sanitas Hospitales, basado en IA y validado por psicólogos y psiquiatras, ya es capaz también de interactuar con pacientes, evaluar su situación y hacer un seguimiento.
Prótesis biónicas e implantes neurológicos
No solo restituyen miembros amputados o lesionados, también recuperan la función mediante el control de la prótesis a través de terminaciones nerviosas o implantes neurológicos. Además, permiten a los pacientes recuperar la movilidad o parte de ella, y en algunos casos también parcialmente el sentido del tacto.
Además del control de prótesis robotizadas, los implantes neurológicos posibilitan la comunicación de pacientes que no pueden hablar o moverse. La comunicación entre el paciente y el médico es clave para el diagnóstico, el tratamiento y la mejora de la salud.