Hace un par de días se anunció en Alemania que Amazon se lanzaba a la aventura en el mundo del vino y, por el momento, solo estará disponible en ese país. El gigante lanzará seis tipos diferentes de vino, un Merlot, un Cardonnay, un Grenaché, un Pinot Grigio, un Fornfelder o un vino de Riesling por un precio que ronda entre los 15 y los 20€.
No es extraño el movimiento: el consumo mundial de vino en 2018 asciende a 246 millones de hectolitros y está experimentando una evolución constante desde 2014. Un mercado lo suficientemente grande, con una evolución positiva y unas expectativas lo suficientemente aceptables como para que un líder como Amazon no esté involucrado.
El lugar elegido tampoco es al azar: Alemania es uno de los mayores importadores de vino del mundo. La producción vinícola alemana ha ido en aumento desde hace varios años y le ha llevado a alcanzar en el 2017 el puesto de primer país importador en volumen y el tercer puesto en el ranking mundial de importadores de vino en valor. Alemania consume mucho más vino del que produce.
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Esta estrategia no es nada nueva para Amazon, y lo ha venido haciendo desde el 2007 cuando lanzó el lector de libros electrónicos Amazon Kindle. Después de esta exitosa primera prueba, le siguieron otras en diferentes verticales, y se instauró en la compañia de Jeff Bezos la estrategia del desarrollo de mercado por medio de la penetración en diferentes verticales con marcas propias.
La estrategia seguida sigue siempre el mismo patrón. En primer lugar se detecta el mercado y la oportunidad, al ser una inmensa maquina de datos de tendencias de consumo, Amazon conoce exactamente qué se está vendiendo, cuanto se está vendiendo, las tendencias de crecimiento del mercado, la tipología de cliente que lo compra y los precios a los que se venden. La información es oro y ellos lo saben.
Si le sumamos a tener esos datos ser en canal de distribución online más grande del mundo occidental, la ecuación es igual a jugada perfecta, lo que es igual a el valor de Amazon. En segundo lugar se comienza con un periodo de testing o prueba geográficamente localizada en puntos con interés para que el gigante teste el comportamiento del consumidor. De este testeo, lógicamente se sacan numerosos aprendizajes o insigths que se aplican y sirven a Amazon para implantar su producto en el resto de mercados.
Actualmente Amazon cuenta con más de 140 marcas propias en verticales tan diferentes como: Alimentación, textil, mobiliario, calzado, productos para mascotas, electrónica, vídeos, contenido, juguetes, papelería, cafetería , vitaminas y suplemento y un largo etc.