Jeff Bezos es uno de los hombres más ricos del mundo. Y no solo eso. Hasta su divorcio, era considerado como el hombre más rico de la historia. Todo el mundo sabe que su riqueza se debe a la gran cantidad de acciones que tiene de Amazon.

Y todo el mundo sabe que Amazon es la compañía líder en venta de productos por Internet en todo el planeta. Pero no todo el mundo sabe que buena parte del éxito de Amazon se debe a una división silenciosa, que genera miles de millones de euros al año sin suponer un gran gasto: Amazon Web Services.

AWS es la sección de la compañía que vende servicios de computación en la nube tanto al mundo exterior como al propio Amazon. Puede comprar espacio de almacenamiento para almacenar una gran base de datos, ancho de banda para alojar un sitio web o poder de procesamiento para ejecutar software complejo de forma remota.

Permite a las empresas y a las personas evitar la molestia de comprar y ejecutar su propio hardware, al tiempo que les permite pagar solo por lo que realmente usan.

En 2017, AWS fue responsable de una décima parte de los ingresos de la compañía, pero su "ingreso operativo", la cantidad de dinero que deja en las arcas de Amazon una vez que se contabilizan los gastos, eclipsa a cualquier otro sector.

Allí sus ingresos son de 861 millones de dólares millones en comparación con los 255 millones de dólares que genera por las ventas en América del Norte y los 541 millones de dólares que perdió internacionalmente. Una pérdidas que incluso llevaron a cerrar su portal en China, uno de los primeros grandes fracasos que se le conocen a Bezos.

¿Por qué es tan lucrativa esta sección de Amazon? Porque básicamente, es pura tecnología. Son servidores y programas elaborados y mantenidos por un grupo de ingenieros.

No hace falta ni negociar con proveedores, ni pagar un almacén para guardar los productos, ni pagar a mozos ni a transportistas ni ninguno de los elementos que forman la cadena de venta clásica de los productos de Amazon.

Allí están alojados todo el contenido de plataformas como Netflix (respnsable de un tercio del tráfico de Internet en Estados Unidos) o Spotify. Y grandes grupos de comunicación como Condé Nast (Vogue, GQ, WIRED, Glamour…) tienen alojadas todas sus páginas web en los servidores de Amazon. Hasta los rivales directos de Amazon, como Apple, usan sus servicios: se estima que la compañía que dirige Tim Cook paga mensualmente 30 millones de dólares a Amazon por sus servicios AWS.

Su lista de clientes es enorme, desde Adobe y Airbnb hasta Yelp, o incluso Gobiernos confían en sus servicios, como varios ministerios del Reino Unido. Hasta la NASA usa su tecnología. Pero al principio, AWS solo tenía un cliente: la propia Amazon.

Lo más curioso es que Amazon utiliza el dineral que gana con AWS para pagar y sostener al resto de la compañía, tal y como destacan desde el The New York Times. Al parecer, Jeff Bezos usa los dólares de AWS para poder vender productos con un margen de beneficio mínimo y para pagar a sus trabajadores.

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