Hace 8 años, Pablo Lascurain ya era un emprendedor serial, había vendido tres empresas tradicionales y buscaba hacer una cuarta de base tecnológica, pero no funcionó. Pablo había encontrado un hueco en el ecosistema emprendedor en México. Un inversionista le presentó a Derek Andersen, emprendedor estadounidense que fundó Startup Grind, una impact company que fija metas o impacto y después los hace sostenibles económicamente a través de alianzas comerciales y patrocinadores cuyo principal patrocinador es Google.
Startup Grind organiza eventos mensuales con fundadores locales, innovadores, mentores e inversores que comparten conocimiento y experiencias en el camino hacia la construcción de grandes empresas. En 2012, cuando Pablo se sumó a la comunidad, ésta tenía presencia en tres países y 15 ciudades. Hoy, tienen 700 capítulos en 147 países. "Tratamos de adelantarnos a identificar qué startups iban a crecer y en qué temas podrían atorarse", dice Pablo.
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Descubrieron que el tema era financiamiento y se enfocaron en llevar a Monterrey a todos los fondos de capital de riesgo. Entonces empezaron a invitar a gente que ayudara a los fundadores a saber si estaban listos para crecer, como Isaac Saldaña, cofundador de Sendgrind, una plataforma de correo electrónico transaccional y de marketing, y a Bob Dorf, cocreador de la metodología Lean Startup, cuyo eje es llevar a prueba una idea antes de convertirla en negocio.
Las premisas de Startup Grind son: "hacer amigos, no contactos", "dar antes de recibir" y "ayudar a los demás antes de ayudarte a ti mismo". "Establecer esto nos ayudó a atraer a la gente correcta", afirma Pablo. "La sofisticación de un fundador tiene que ver, más que con títulos universitarios, con estar superpreparado en tu sector para que cuando levantes dinero puedas escalarlo y robustecerlo con conocimiento. Si para vender tu producto requieres 10% de conocimiento, ¡prepárate! y logra tener un 50%", advierte.
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Pablo identificó que a los emprendedores les encantaba planear, pero "les era muy incómodo ejecutar", entonces tenían que quitarle todos los pretextos poniéndolos en contacto con ejecutivos, fondos de inversión, clientes e incluso colaboradores. "Nosotros no te llevamos de la mano a ningún lado; yo te abro cualquier puerta. Y eso se volvió el corazón de nuestra organización", cuenta.
Startup Grind sabe que un ecosistema no explota por aumentar el número de emprendedores, sino que se necesita que haya empresas de tecnología, como sucede en Israel, Silicon Valley, Utah y Texas, donde empresas de tecnología se hicieron públicas y, a su vez, sus empleados —con mucho conocimiento— comenzaron a crear startups.
"Nuestra meta es sofisticar fundadores para crear las siguientes 10 empresas de tecnología más grandes del mundo y América Latina para 2030. Si logramos que una empresa se haga pública, tenemos 200 startups alrededor de ella", explica Pablo la estrategia.
La compañía de impacto nació para educar a un millón de emprendedores, meta que lograron en 2016. Ahora tienen proyectado impactar a 4 millones de emprendedores, realizando cuatro conferencias globales: México, en América Latina; Australia, en Asia-Pacífico; Londres y Barcelona, en Europa. "Nuestro modelo de comunidad pone al centro a sus miembros. No vendemos consultoría ni servicios; estamos para seguir la pauta de nuestra comunidad y evolucionar todo el tiempo", dice.