Los números en rojo se perpetúan en el tiempo. Existen pequeños lapsos en los que el verde brillante en las pantallas de cotizaciones interrumpe la seguidilla de bajas para aplacar las dudas de los brókers, pero se trata apenas de un placebo: en 2019, el devenir de las IPOs (oferta pública de acciones) de empresas tecnológicas parece ya escrito. "Alea iacta est" (la suerte está echada) debe repetir una y otra vez por estas horas Masayoshi Son, fundador de Softbank que construyó un imperio en base a fortísimas inversiones y quien, en los últimos meses, vio cómo su toque de Rey Midas desaparecía conforme se desmoronaban las valuaciones de sus dos máximas apuestas: Uber y WeWork.Precisamente, ya son varios en Wall Street que catalogan a Softbank, este holding japonés que no para de invertir en empresas, en su mayoría deficitarias en miles de millones de dólares, como el Lehman Brothers de la economía digital. Y son más quienes lo acusan de estar inflando la nueva burbuja, ahora en versión 4.0.

 

- En el caso de Uber, estaba llamada a ser la gran favorita de Wall Street: negocio disruptivo, alcance global y una imagen de marca tan omnipresente que ya pasó al terreno de la metonimia: nadie pide un automóvil a domicilio, se pide "un Uber"

- Por el lado de WeWork, logró a fuerza de un marketing arrollador y una pose "cool" de tono millennial transformarse en objeto de deseo de miles de inversiones, aun cuando su negocio, por detrás de su fachada tecnológica, era una simple plataforma de alquiler de oficinas

Hubo un denominador común en ambas compañías, además del frondoso historial de polémicas de sus CEOs: la absoluta imposibilidad de generar un profit positivo que contente a los accionistas, producto de estrategias de negocio que apuntaron a una expansión agresiva apoyada dinero fresco como combstible extraído de sus rondas de financiación.En este sentido, Softbank fue la "estación de servicio" que alimentó los sueños de dos megalómanos como Travis Kalanick (Uber) y Adam Neumann (WeWork). Ambos ya están fuera de las empresas que los catapultaron a la fama, pero con "paracaídas de oro" incluido. Es decir, tras pactar cláusulas de salida de varios cientos de millones de dólares.

Mientras tanto, Son sigue al frente del coloso japonés, pero está a punto de entregar a sus accionistas un balance trimestral que lo pone en la cuerda floja y, junto con él, a toda una industria. Si Uber y WeWork no lo lograron, ¿alguno podrá? El fantasma de la burbuja 4.0 acecha y a muchos en Silicon Valley eso les quita el sueño.

2019: un compendio de fracasos

El declive en las valuaciones de estas compañías reflejan el gran temor y la sensación de los inversores:- Las acciones de Softbank se han desplomado más del 30% desde abril, por los pobres resultados de Vision Fund, su fondo inversor que mueve la friolera de u$s100.000 millones- Igual suerte corrieron los papeles de Uber, que acusan un derrape superior al 30% que llevó a Vision Fund a acumular pérdidas mayores a los u$s800 millones.

Pero esto no es todo, ya que otras apuestas de Softbank también han sufrido fuertes cimbronazos: - La popular app de mensajería Slack cayó cerca de un 45% desde su oferta pública hace no mucho tiempo (en junio)- La de Vir Biotechnology registró un descenso del 30% y las proyecciones de analistas muestran que puede ir para peor 

Sólo dos compañías respaldadas por Vision Fund en el último año, Guardant Health y 10X Genomics, cotizan por encima de su precio de salida a bolsa. Esta procesión constante de ofertas públicas iniciales tenía la intención de validar las apuestas Softbank y sentar las bases para un fuerte retorno de estas inversiones."El problema es que el tiro salió por la culata. Tras una fuerte inyección de capital (u$s45.000 millones) de Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudita, la firma nipona dispuso de una billetera casi ilimitada para invertir en firmas de alto riesgo. Hasta ahora, lejos está de lograr algún grado de éxito",afirma un importante analista de la City.

Su mayor fracaso fue WeWork, en lo que constituyó un verdadero compendio de malas decisiones que llevó la valuación de la startup de u$s50.000 millones a menos de u$s10.000 millones en apenas dos meses. Al abandonar sus planes de salida a bolsa, la plataforma de real estate quedó en una posición extremadamente frágil, ya que su dinero se le terminará a mediados de noviembre. Esto obligó a Softbank a apurar un plan de salvataje de u$s10.000 millones, que le dará a WeWork una valuación de mercado de apenas u$s8.000 millones. Es decir, de tan solo 15% de esos 50.000 millones de agosto.

Pero esto no es todo, ya que existen dudas respecto de esa valoración. Su principal rival, IWG, registra ingresos similares a los de WeWork, es altamente rentable y ostenta una capitalización de u$s4.000 mil millones. Al decir de varios analistas internacionales, "todo lo que está por encima de esa cifra es puro bleff".

El gran ganador del acuerdo será Neumann, que se llevará un paquete indemnizatorio de u$s1.700 millones. Los grandes perdedores serán los empleados de la firma, ya que se recortarán más de 4.000 puestos de trabajo."Creamos un monstruo y le dimos todo el capital", se sinceró semanas atrás Son con su junta directiva, palabras que anticipan que lo peor, lejos de haber pasado, puede estar por venir. Mientras, las dudas de los financistas se expanden a otros negocios del holding:-Oyo, una startup con sede en India, ya es 50% propiedad de Vision Fund, pero su crecimiento desmedido y algunas maniobras de su fundador, de apenas 25 años, llevan a prever un nuevo desastre-Lo mismo ocurre con Didi Chuxing, el gran rival de Uber en Asia, que vio frenado su crecimiento en 2019 por los problemas de seguridad de sus usuarios

Tampoco se espera que otras apuestas de alto calibre generen ganancias en el corto y mediano plazo, como el desembolso de u$s500 millones en la plataforma de realidad virtual Improbable.-Por su parte, Fair, una startup de alquiler de autos asociada a Uber, anticipó que despedirá al 40% de su fuerza laboral mientras lucha por ser rentable-Wag, una compañía de paseadores de perros respaldada por una inversión de u$s300 millones de Vision Fund, fue puesta a la venta

Para los analistas, es difícil formular una imagen coherente de SoftBank y su Vision Fund, en parte debido a las negociaciones incesantes de. Son, y también debido a los niveles extremos de ingeniería financiera empleados por la empresa que, a final de cuentas, no llevan aún a ganancias que justifiquen sus exorbitantes inyecciones de cash.

Una burbuja en ciernes

Softbank ya tiene experiencia en vaivenes. A fines de los 90 era una de las grandes inversoras de la incipiente industria "punto com"; con la explosión de esta burbuja en el 2000 estuvo a punto de desaparecer, ya que su valor en la bolsa cayó casi un 80%. Sin embargo, sobrevivió.

Veinte años después son muchos los que vaticinan una nueva burbuja, esta vez bautizada como "4.0". Y la firma japonesa tiene gran parte del mérito en su aparente conformación.Es que las ingentes cantidades de dinero inyectado en startups llevó, en muchos casos, a valorar empresas con cifras inéditas. Uber y WeWork, nuevamente, son dos casos testigo.

El problema, además, se extendió a otras joyas de Silicon Valley:

- Lyft, el gran competidor de Uber vio caer sus papeles un 30% desde su oferta pública inicial

- Beyond Meat, cuyas acciones llegaron a ubicarse en u$s235 en julio, hoy valen "apenas" u$s89 

- Pinterest, entre subas y bajas, cotiza a tan solo 20% que su precio de salida en abril

Para José Bano, Gerente de Inversiones de InvertirOnline, existe un problema que excede a las startups de base tecnológica: "Por un lado, venimos de muchos años de plata gratis, a tasa cero. Muchos negocios son rentables cuando no tenés costo en el dinero, pero cuando esto deja de ser así y sube la tasa, empiezan a las dudas".

"Por otro lado, existen serios interrogantes sobre el crecimiento de la economía global. Estados Unidos hoy se mantiene básicamente con el consumo, ya que la inversión y el comercio han bajado enormemente producto de la guerra comercial con China", completa.

En relación con la sobrevaloración de muchas de estas startups, indica: "Para valuar una empresa, tomo su flujo de fondos proyectado y lo descuento a una tasa. Al ser cero, flujo futuro vale lo mismo ahora que dentro de 50 años. Pero si aplicas más tasa a un proyecto que tardará años en generar ganancias, te das cuenta que la situación cambia bastante".

Gustavo Neffa, Socio y Director de Research for Traders, advierte sobre las pérdidas millonarias de Uber en su último balance trimestral, superiores a los u$s1.200 millones, y de u$s8.000 millones en lo que va de 2019. No obstante, aclara que por ahora dispone de dinero para insertar cash en su negocio, producto de la baja tasa de interés y la alta emisión de muchos bancos centrales.

En esa línea, subraya: "El mercado medido por el S&P 500 y Dow Jones alcanzó nuevos máximos históricos este año. Eso atrae a financistas que quieren captar ese optimismo".

En su visión, "el problema va a ser cuando el panorama se de vuelta y los bancos centrales ajusten un poco sus clavijas. Una suba de los tipos de interés y la inyección de menos dinero en la economía va a ser letal en productos con mucha deuda y no rentables".

Por fortuna, Son todavía puede apoyarse en inversiones que en la última década han generado un valor gigantesco para Sofbank que le permite sostenerse aún cuando sus últimas apuestas de alto perfil no han rendido sus frutos.

-Actualmente, su compañía posee una participación del 26% en el poderoso Alibaba Group de Jack Ma

-Es dueña de la firma británica ARM, cuyos diseños de chips son utilizados por prácticamente todos los fabricantes de smartphones

-Es propietaria del 80% de Sprint, el cuarto operador más grande de telefonía móvil de Estados Unidos

-Es el mayor holding de telecomunicaciones de su país.

Estos activos le dan oxígeno al menos por ahora. Son las startups su verdadero dolor de cabeza: su éxito o fracaso decretarán, en gran medida, el devenir del Softbank -y de toda una industria basada en la innovación - en los próximos 10 años.

Te puede interesar