La incertidumbre es indisimulable entre los directivos de empresas que operan en el polo emplazado en Tierra del Fuego, desde donde proviene más del 90% de los celulares, televisores y equipos de aire acondicionado que se comercializan en el mercado interno.
"El nivel de capacidad ociosa actualmente llega al 50%", dispara Federico Hellemeyer, presidente de AFARTE, la cámara que nuclea a todas las plantas de electrónica que operan en las ciudades de Ushuaia y Río Grande. "La realidad es que podríamos estar produciendo el doble, pero la demanda viene muy mal", se lamenta, en diálogo con iProUP.
El directivo resume el espíritu que hoy por hoy domina a toda la industria electrónica nacional, la misma que se había entusiasmado con un repunte allá por julio, cuando reinaba un escenario de estabilidad cambiaria. También, la que luego vio cómo las proyecciones positivas se desmoronaban tras las PASO y ante la disparada del dólar.
La situación actual preocupa a los industriales y a las cadenas de retail. Musimundo, por ejemplo, ya cerró 30 locales en lo que va del año; Ribeiro, enfrentó una pérdida de $1.300 millones en doce meses; Garbarino, debió reestructurar su pasivo y darle un giro de 180° a su modelos de negocios: ahora apunta a competir nada menos que con Mercado Libre.
Por lo pronto, van quedando muchísimos perdedores y muy pocos ganadores. Y esto se refleja en los datos de Aduana a los que accedió iProUP, que contemplan la situación de las empresas emplazadas en Tierra del Fuego (al estar enmarcadas en un régimen especial, deben realizar un despacho formal cuando envían mercadería al resto del país, como si fuese una operación de importación).
Las cifras a las que pudo acceder este medio dan cuenta de un panorama completamente desalentador. Si se consideran las tres principales categorías de producción de la isla, se puede observar un claro proceso de achique.
En el caso de los televisores:
- Entre enero y agosto ingresaron apenas 1,2 millones de unidades, mayormente desde el polo fueguino
- Este número contrasta con los 3,1 millones de dispositivos registrados en igual período de 2018, lo que implicó un desplome del 60%
En equipos de aire acondicionado, la situación es igual de sombría:
- Las casi 447.000 unidades reflejan una caída de casi 45% frente a las más de 750.000 que habían ingresado el año pasado
En cuanto a los celulares:
- Se despacharon 5,2 millones, lo que equivale a casi 1 millón menos que en el período previo
- La producción de teléfonos móviles va camino a tocar el peor nivel en más de una década (ver infografía):
"La urgencia hoy pasa por resolver cómo recomponer la demanda. Ya acumulamos de 15 meses consecutivos con niveles de actividad bajísimos. A todas las empresas se les hace muy difícil seguir así", advierte Hellemeyer, quien agrega que el factor dólar jugó un papel clave en los precios y terminó por afectar los niveles de venta.
Marcas en pugna
Como resultado de este bajón generalizado, el negocio de la tecnología, medido en dólares, sufrió una importante sangría: contabilizando los tres rubros más relevantes, las firmas movieron u$s1.142 millones entre enero y agosto frente a los más de u$s2.260 millones de igual período del 2018.
Es decir que, de un año a otro, las principales marcas de electro del país redujeron sus operaciones en más de u$s1.100 millones, casi 70.000 millones de pesos al tipo de cambio oficial, con el agravante de que esta cifra solo considera los precios mayoristas. Es decir, no contabiliza lo que se dejó de facturar en el canal minorista.
En el caso de los televisores, al analizar el ranking de ganadores y perdedores el primer dato que salta a la luz es que:- Samsung se despidió por lejos del primer puesto: ni siquiera llegó a vender 167.000 equipos y sus operaciones se derrumbaron un 70%- El primer lugar del podio pasó a ser ocupado por Philips, que comercializó casi 260.000 LED (100.000 más que su rival)
- El top 5 lo completan Noblex, TCL y Hitachi, pese a que todas sufrieron caídas de distinta magnitud.
Fuentes del mercado consultadas por este medio señalan que el desplome de Samsung se debe a múltiples factores. En primer lugar, indican que está vinculado a "una fuerte reestructuración interna, despidos y plan de achique en Argentina". En segundo, que "sus productos han quedado bastante caros para la situación actual".
En tercer orden, a raíz de cambios en la modalidad de compra de los consumidores, que ahora privilegian otra ecuación rentabilidad/precios. Como prueba de esto último, dan cuenta de la mejor performance de Philips, que cayó menos y esto le permitió alcanzar el primer lugar en el podio.
Según datos de la consultora GfK, en base a datos de los principales retailers, supermercados e híper del país, esta categoría viene siendo la más castigada en cuanto a ventas minoristas en lo que va del año, con un desplome del 46%.
Desde AFARTE detallan que los problemas para el rubro televisores vienen de larga data. Más precisamente, desde la eliminación temprana del Mundial de Rusia: quedaron casi 700.000 unidades en stock. Como si esto fuese poco, luego las empresas debieron enfrentar lo peor de la recesión.
Con estos antecedentes, las proyecciones de las terminales de electrónica son más que preocupantes, ya que apuntan a producir entre 2 y 2,5 millones de unidades, uno de los peores registros en más de una década.
Celulares: cae Samsung
Consecuencia de la crisis, el mercado de teléfonos en Argentina también sufrió una fuerte concentración: tan sólo dos marcas pasaron a concentrar el 85% de la producción y comercialización mayorista. El 16% restante se repartió entre otras 20 compañías, que movieron cifras marginales. El tema es que Samsung sufrió una importante caída del 25% y terminó explicando prácticamente la totalidad del bajón que sufrió la categoría.
Desde GfK, Estefanía Gilardenghi, project manager de la consultora, plantea que el rubro celulares "atraviesa un año muy complicado" y que la menor demanda e incertidumbre trajeron como consecuencia una "menor cantidad de marcas disponibles" y "un achicamiento de la oferta de modelos, especialmente en la entrada de gama".
Como dato de color, dentro de los diez principales jugadores del mercado de celulares de la Argentina aparecen nombres poco reconocidos en este segmento, como Kodak o Veah.
Aires "fríos"
Al analizar el ranking de las marcas que producen equipos de aire acondicionado se observa que 9 de los 10 principales jugadores experimentaron fuertes caídas, que llegaron a casi el 60%, siempre para el período enero-agosto.
Philco es la que más equipos despachó hacia la red de comercios, con casi 150.000 unidades, alzándose así con un tercio del market share del negocio mayorista. BGH, Noblex, Hisense y Coventry completaron el top five.
Si bien el ingreso de equipos cayó cerca de un 45%, los empresarios todavía ponen algunas fichas en este rubro. Es que, según Hellemeyer, está por arrancar la temporada alta de esta categoría. Y con algunas promos de cuotas sin interés todavía vigentes, es posible que se amortigüen un poco las tasas de caída.
Sin embargo, en AFARTE todavía son cautos y mantienen una proyección de producción no mucho más allá de las 800.000 unidades, una cifra que contrasta con los 1,8 millones de equipos fabricados al inicio del mandato de Macri.
"La apuesta es a que la demanda se recupere en los próximos meses para poder garantizar trabajo en las plantas. Hoy, las empresas están teniendo que recurrir a las suspensiones porque hay muy poco movimiento", advierte Hellemeyer.
Sin embargo, con el parate previo a octubre y la fuerte incertidumbre respecto del futuro del dólar y el índice inflacionario, ningún empresario está en condiciones de trazar algún escenario claro post comicios.
Por un lado, consideran que en un eventual gobierno de Alberto Fernández se trataría de poner más foco en la demanda y en fomentar la producción nacional. Pero también saben que las restricciones cambiarias que afectan al país son serias.
Por cierto, este no es un dato menor: aún está fresco el recuerdo de lo que sufrió Tierra del Fuego cuando faltaron dólares en épocas de Cristina Kirchner y las empresas tuvieron salir a exportar maní, pescado o vinos para hacerse de un cupo y poder importar insumos para seguir produciendo.