WeWork decidió congelar la firma de nuevos contratos de alquiler con propietarios de inmuebles en un intento por reducir rápidamente los costos. La empresa se encuentra en el ojo de la tormenta por los problemas que ha mostrado para ser rentable.
Se espera que esta decisión afecte a los dueños de las propiedades comerciales en todo el mundo que alquilaron espacios a WeWork, al punto que ya se están preparando para la posibilidad de que la compañía -que se ha convertido en la firma de alquiler corporativo más grande de Nueva York y una de las más grandes de Londres-, decida suspender su expansión.
Así, WeWork, que se encaminaba a cerrar una de las OPI más importantes de los últimos tiempos, ahora lucha para encaminar su estrategia financiera.
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El problema principal es que el grupo ha quemado capital a medida que se expandió a más de 500 oficinas en 111 ciudades. Solo el año pasado, reportó una pérdida de u$s 1.600 millones en ventas por u$s 1.800 millones.
La decisión de poner todos los nuevos alquileres "en el freezer" se produce cuando la matriz de WeWork, We Company, se prepara para despedir a miles de sus más de 12 mil empleados en las próximas semanas.
Incluso, la empresa planea despedir aproximadamente 20 empleados con vínculos cercanos con Neumann, incluidos algunos de sus principales gerentes. Entre las principales figuras bajo presión están el vicepresidente Michael Gross y Chris Hill, el cuñado de la esposa de Neumann, Rebekah.