Toyota está trajando en los autos del futuro, para ello no solo apuesta al vehículo autónomo, sino que también busca otras alternativas más sustentables.
Su último proyecto es un experimento que está realizando con el Prius, en un intento de hacerlo autónomo desde punto de vista energético.
El Prius es el primer coche de pasajeros híbrido de producción masiva, que funciona tanto con nafta como con electricidad. Salió al mercado en 1997.
En el proyecto más reciente financiado por el Gobierno japonés, los ingenieros de Toyota instalaron paneles solares diseñados por Sharp en el capó, el techo, la ventana trasera y el alerón del automóvil para ver cuánta energía puede acumular.
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La electricidad de los paneles va directamente a la batería, por lo que el Prius puede cargarse mientras está en movimiento o estacionado.
En un día soleado, la energía obtenida de este modo puede ser suficiente para recorrer hasta 56 kilómetros, suficiente para un día normal de tráfico e incluso un poco más. Pero el rendimiento disminuye rápidamente si está nublado o incluso cuando hace demasiado calor.
Las células de los paneles solares son ultradelgadas, de tan solo 0,03 milímetros de grueso, lo que les hace fácil adaptarse a la forma de un auto. El baúl del Prius está lleno de baterías para los paneles solares, añadiendo un peso extra de unos 80 kilogramos, un problema que los científicos están tratando de resolver.