Para ThirdLove ya pasa a ser un caso usual que una persona que entra en su sitio, con sólo responde un cuestionario en 60 segundos en su tienda online, logre encontrar, por ejemplo,el corpiño que le quedará perfecto, y recibirlo en su hogar en pocas horas en su casa.

Para lograr esto median ingenieros cordobeses, parte de un equipo de 43 personas liderado por Emanuel Pérez, un egresado de Sistemas de la regional local de la Universidad Tecnológica Nacional que fue detectado hace más de dos años por la startup de lencería a través de una búsqueda.

En el buen desempeño de Pérez, la compañía fundada en San Francisco (Estados Unidos), en 2013, probó el recurso humano cordobés y cantó eureka: terminó montando aquí su centro de ingeniería, un eslabón clave para su perfil de compañía de indumentaria orientada por los datos.

La lencería vive una verdadera revolución en Estados Unidos, un cambio de paradigma en sintonía con el movimiento de empoderamiento femenino.

En síntesis, marcas que concibieron al corpiño como herramienta para que la mujer seduzca al hombre pierden a manos de otras, como ThirdLove, que hacen el camino inverso. Usando la tecnología, orientan el producto del modo más perfecto a la consumidora, adaptándolo a su silueta real y su confort.

Esta startup fundada por Heidi Zak (una ex-Google) y su esposo Dave Spector logró un crecimiento exponencial: levantó u$s55 millones de capital en su última ronda este año, ya vale u$s750 millones, y quiere convertirse en uno de los hasta ahora 147 "unicornios" norteamericanos.

"Es el norte con el que trabaja toda la empresa, lograr ser un ‘unicornio’. Hoy podría tener una muy alta rentabilidad porque crece y su facturación anual ya superó los 140 millones de dólares, pero invierte muy fuerte en marketing y equipos para escalar en su mercado, Estados Unidos, y también expandirse a otros".

Para Pérez, el que la la startup norteamericana descubriera el talento cordobés "fue una mezcla de azar y de seducción. Azar, porque hace dos años yo trabajaba en otra empresa de e-commerce y la gente de ThirdLove llegó a mí a través de una reclutadora. Resulté atractivo porque tenía ya un historial de experiencia seniority y una base fuerte en el rubro que les interesaba, la territorialidad no importaba. Así comencé a trabajar para ellos desde acá, por entonces su plantel completo era de 50 personas, casi todas en Estados Unidos. Hoy esa es casi la cantidad de empleados acá, y el plantel global supera los 350", indica.

En ese contexto, uno de los desafíos que Pérez encontró fue armar un equipo de talentos que cumpliera con las exigencias que la empresa de lencería solicitaba: "Fue un desafío muy grande para mí, porque sabía que tenía que conseguir al mejor talento local. Me hizo asumir un rol que nunca había tenido. A pesar de que en mis 12 años de experiencia pasé por 10 empleos, nunca había tenido que armar y liderar un equipo así y de esta forma. Aún hoy mi rol se reinventa cada tanto. Hoy son 43 empleados de alta capacidad, todos con experiencia de entre ocho y 10 años, la mayoría ingenieros y muchos vienen de grandes empresas", remarca el ejecutivo.

Ayudo a esta conformación de un equipo talentoso la oferta de valor de la empresa, que ofrece varios atractivos: "Trabajar en una startup de San Francisco era, de por sí, interesante. Hacerlo en inglés sumaba atractivo para los ingenieros. A medida que sumamos talento, el equipo se volvió otro valor: en esta industria se busca mucho trabajar con gente de quien aprender, y nosotros estimulamos ese intercambio. Y, por supuesto, ofrecimos excelentes sueldos desde el inicio, muy por arriba de la media del mercado", comenta Pérez.

Ciertamente, los vaivenes económicos de la Argentina tuvieron su influencia en el armado de la pata local, pero es un tema que la empresa conoce y maneja: "Están informados, claro, porque operan aquí. Pero más allá de gestos de sorpresa, no hay problemas agudos. A la empresa la impacta poco esta situación, el presupuesto para Argentina está en dólares, prefijado y en su mayoría va a sueldos".

En cuanto al rol que la operación local tiene, Pérez aseguró que "ThirdLove desarrolló un producto innovador, muy en sintonía con el momento cultural actual en Estados Unidos. Es una empresa de e-commerce orientada por datos: recolecta grandes volúmenes de información de sus clientes y, procesándola y analizándola, toma todas las decisiones. Es el cliente el que la guía. Nosotros, como equipo de ingeniería, trabajamos en el diseño y mantenimiento de toda esa estructura basada en lo digital".

Por ejemplo vía una producto que se llama Fit Finder (FF), que es un buscador de talles: "La clienta responde un cuestionario muy breve en el sitio y el FF, usando algoritmos de machine learning, es capaz de recomendarle el mejor producto, el que le quedará perfecto. Con cada nuevo cuestionario, los algoritmos suman información y evolucionan, aprenden solos y ganan efectividad. En el diseño y la gestión de ese sistema intervienen científicos e ingenieros de datos. La tecnología ha permitido a la empresa ofrecer ya 78 talles de prendas, un abanico que no se encontraba en el mercado", explicó el ejecutivo.

En resumen, Pérez aseguró que es la tecnología la que está detrás de cada decisión: "Sí, y en todo participamos. Por eso estamos creciendo. Antes de fin de año seremos al menos 70 personas. Vamos a incorporar posiciones de contact center en inglés, una tarea que hasta ahora se resolvía desde fuera de Argentina", indicó La Voz.

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