Argentina se consolidó como el mercado con más crecimiento para Uber en todo el mundo. Según reportó un ejecutivo, la crisis económica y el creciente desempleo, además de la reducción de poder adquisitivo, propició un escenario ideal para el desarrollo prolífico de la aplicación de transporte.
“La crisis impulsó a que muchas personas nos hallaran como una fuente alternativa de recursos”, aseguró Felipe Fernández Aramburu, el director de negocios de Uber en Argentina en una entrevista con Reuters. Según sus datos, el 20 por ciento de los de conductores de Buenos Aires se unieron a la flota inmediatamente después de perder su trabajo.
Si bien el escenario económico golpeó a todos, la demanda por parte de los usuarios aumenta a un ritmo constante y parejo. Asimismo, el crecimiento se da, en su mayoría, en barrios alejados de la urbe, donde los servicios de transporte público no son tan accesibles.
En total, hay un 55.000 conductores activos y más de un millón de usuarios, mientras que todos los días se suman entre 300 y 400 conductores y 7000 pasajeros nuevos.
Si bien el negocio parece funcionar, Uber está teniendo problemas para recibir su comisión del 25 por ciento por viaje. Es que las tarjetas de crédito nacionales están bloqueadas dentro de la app, y las únicas formas de pagar son en efectivo o con bancos internacionales. Esto les deja una deuda a los conductores que eventualmente deberán saldar, aunque la firma es optimista sobre este aspecto.
A pesar de no contar con un marco legal que avale su operación, el director de Uber Latinoamérica, Andrew Macdonald, es positivo acerca del futuro de la compañía: “nuestra insistencia demuestra nuestro interés en Argentina”. La prioridad hoy es habilitar las tarjetas locales para expandir las modalidades de pagos para los pasajeros y poder cobrar, al fin, su tajada.