El anuncio del Plan Industria Argentina 4.0 por parte del Gobierno generó sorpresa entre las empresas. En particular, en las que ya brindan servicios vinculados con la innovación: pese a que algunas sabían que se venía diseñando esta iniciativa, casi ninguna tenía en claro cuándo iba a salir a la luz.
Por lo pronto, son miles las compañías beneficiadas por el programa oficial, ya que se suma a la reciente promulgación de la Ley de Economía del Conocimiento, que promete generar ventas al exterior por u$s15.000 millones y dinamizar esta área clave de actividad.
En rigor, el nuevo esquema de los ministerios de Producción y Trabajo, Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, apunta a mejorar la competitividad. ¿Cómo? Básicamente a partir de dos pilares:- Acercar las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías para reducir costos
- Otorgar incentivos fiscales y mejoras en el acceso al crédito
La iniciativa está llamada a complementar la recientemente promulgada Ley de Economía del Conocimiento, cuya sanción promete impulsar la adopción de soluciones de innovación en Argentina
El Ejecutivo diseñó el marco legal para incentivar a las empresas emparentadas con los sectores tecnológicos, científicos y creativos con foco en la exportación. La norma establece los siguientes beneficios:
- Estabilidad fiscal para las firmas que se inscriban en un registro especial - Compromiso de no incrementar la carga tributaria mientras dure el régimen
- Para cargas sociales, recibirán por cada asalariado una detracción equivalente al mínimo no imponible
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- Un bono de crédito fiscal transferible por única vez, equivalente a 1,6 veces el monto de las contribuciones patronales
- Este bono será mayor si los empleados poseen un doctorado, equivalente a dos veces el monto de las contribuciones patronales, durante por 24 meses
- Las compañías alcanzadas por Ganancias tendrán una alícuota reducida del 15% si mantienen el personal y no estarán alcanzados por retenciones ni percepciones de IVAEl siguiente cuadro resume los beneficios propuestos:
Para ello, las empresas deberán invertir al menos el 3% de sus ingresos en investigación y desarrollo, además de exportar, como mínimo, el equivalente al 13% de su facturación. Esta cifra se eleva al 45% para las Pymes y al 60% de las grandes empresas que se dediquen a la provisión de servicios profesionales.
Además, deberán dedicar como mínimo el 8% de su masa salarial a la capacitación de los empleados y acreditar una mejora continua de la calidad de sus productos, servicios y procesos mediante una norma de certificación. Vale subrayar que el Plan Industria 4.0 por ahora no cuenta con un marco regulatorio de esas características. En la agenda oficial, por ahora, figura la creación de un Comité para definir cuestiones clave como qué empresas podrán inscribirse y la forma en que deberán hacerlo. Luego, se avanzará en cuestiones más puntuales.
A favor y en contra
Más allá del anuncio del Gobierno, la tan ansiada transformación digital ya venía dejando su marca en la agenda de los empresarios. Así lo revela una encuesta realizada por The Boston Consulting Group junto con el Ministerio de Producción, que detalla:
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- El 30% de los empresarios asegura que sus compañías ya han implementado medidas tendientes a avanzar hacia un modelo de industria "4.0"
- Casi 8 de cada diez expresa que este proceso viene ocupando un lugar destacado en las reuniones de directorio y en los debates de la alta gerencia
En rigor, el Plan Industria Argentina 4.0 apunta a introducir a las empresas argentinas en la nueva "economía digital", acercándoles tecnologías innovadoras que, al aplicarlas a procesos productivos, permiten reducir costos, ganar en eficiencia y agilizar procesos.
En el ámbito corporativo, la iniciativa oficial es mirada con buenos ojos por haber sido encarada desde una base público-privada. Sin embargo, varios referentes plantean en off algunas dudas ya que, hasta el momento, se ha limitado a un simple anuncio.Además, se muestran desconcertados por no haber recibido pedido alguno acerca de servicios, planes o acciones. Incluso, van más allá y se preguntan qué tipo de empresas serán convocadas para funcionar como puente de aquellas que deben introducirse en el mundo digital. El temor es que el plan gubernamental se concentre solo en las grandes compañías y, una vez más, que no se abra el juego para ampliar la base de participantes. Antecedentes como el fallido plan 111 Mil, que prometía capacitar a más de 100.000 programadores, no hacen más que sembrar incertidumbre respecto a su alcance en el largo plazo.
"Celebramos la iniciativa. Entendemos que es clave ayudar al sector privado -a Pymes y economías regionales- a mejorar su perfil exportador y ganar competitividad", remarca a iProUP Pablo Porto, VP y gerente general de Pointer Argentina, quien participó de las reuniones mantenidas con el sector público.
En igual dirección se expresa Antonio Harris, director ejecutivo de CABASE (Cámara Argentina de Internet): "Festejamos que desde el Estado se busque impulsar el desarrollo y la incorporación de nuevas tecnologías en el entramado productivo nacional".
Al respecto, subraya a iProUP que la entidad trata de facilitar "el contacto entre demanda y oferta de este tipo de soluciones y, además, potenciar el conocimiento de la industria fomentando la Internet de las Cosas (IoT) como motor de crecimiento".
"En la medida que el plan contemple iniciativas concretas de financiamiento y acompañamiento, que posibiliten a las empresas incorporar tecnología a sus procesos, ese potencial se plasmará en resultados concretos en el corto plazo", sostienen desde CABASE.
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En esta sintonía se expresa Mariana Freire, directora Nacional de Tecnología para Microsoft Argentina: "Es difícil imaginar un país moderno e integrado al mundo sin una decisión firme de avanzar en el desarrollo tecnológico". En su visión, si el plan oficial resulta exitoso, cobrarán fuerte impulso "la automatización, la inteligencia artificial, el big data, la impresión 3D, la nanotecnología y los satélites", entre otros.
Freire añade que "si bien la inteligencia artificial existe ya hace muchos años, ahora llegó el momento de democratizarla y permitir que cada vez más organizaciones y personas pueden valerse de este recurso para ir por más", completa.
Los especialistas coinciden: es necesario dejar de ver a los robots como elementos propios de la ciencia ficción y empezar a pensarlos como herramientas fundamentales de las fábricas de la próxima década. La inteligencia artificial ya no es un concepto abstracto, hoy se puede acceder desde cualquier celular.
La cuarta revolución
Javier Marbec, gerente comercial para el Sur de América Latina de TOTVS destaca la importancia de entrar de lleno en la revolución 4.0: "Las nuevas tecnologías están transformando las formas de producir, distribuir, comercializar y consumir", asegura a iProUP.
Además, celebra que exista una intención real del Gobierno: "Apoyar la divulgación y promover la adopción de innovaciones es una muy buena noticia. Sobre todo porque, en muchos casos, falta información y presupuesto para estos proyectos".
Según Marbec, es fundamental que las compañías entiendan que poner este asunto en agenda resulta clave para sobrevivir en la industria que viene, además de aprovechar las nuevas oportunidades que surjan en esos escenarios.
"Entendemos que tener un plan es sumamente importante y creemos que los cambios se irán viendo gradualmente. Sin embargo, todavía hay instancias que anteceden a estos desarrollos, como lo relacionado con la conectividad", señala Rodrigo Lobera, gerente comercial de Orbith, firma especializada en Internet satelital. Está claro: sin una conectividad eficiente, no hay revolución posible en pleno siglo XXI. El ejecutivo aclara que, como paso previo, se deberán asentar las bases necesarias para que la innovación pueda desplegarse de lleno en la industria local. "Muchas de las zonas rurales o alejadas de grandes centros urbanos no poseen conexión a Internet o bien cuentan con una de baja calidad. Reducir la brecha digital sería una buena plataforma de partida para todo el resto", añade.
Finalmente, otro de los puntos importantes a resolver es el acceso a la financiación. Si bien las Pymes se manifiestan a favor de transitar el camino de la innovación, el aspecto económico es clave para tener éxito: sin dinero no hay transformación posible.