La industria del software representa uno de los sectores clave de la economía argentina: crea puestos de trabajo de alta remuneración, permite consolidar profesionales en el mapa de empleos global, genera divisas y colabora con la transformación digital.
Si se incluye toda la exportación de servicios profesionales además de informáticos, la industria del conocimiento emplea a casi 500.000 profesionales calificados y exporta más de u$s8.000 millones al año, sólo superado por los complejos sojero y automotor.
En diálogo con iProUP, Juan Santiago, CEO de Santex, destaca que Argentina cuenta con las siguientes ventajas para transformarse en un polo tecnológico de IA:
- Posición estratégica en términos de diferencia horaria con los principales mercados de servicios tecnológicos, como EEUU y Europa. Esto facilita la colaboración y la comunicación en tiempo real.
- Alineación con el mundo occidental: existe masa crítica de especialistas informáticos que dominan el inglés, crucial para la integración en el mercado global.
En el contexto de la Santex Week, el empresario que fundó la compañía en 1999 compartió con iProUP su perspectiva sobre el papel de los datos en la economía actual, el avance de la inteligencia artificial (IA) y los desafíos regulatorios que enfrenta el sector tanto en Argentina como en el mundo.
"Hoy los datos son la nueva moneda", manifestó de forma contundente el experto, y añadió que en el escenario predominan las herramientas de IA que tienen el objetivo de recolectar datos, "porque es lo que realmente tendrá valor en el futuro inmediato".
Según reflexionó el empresario, el volumen de inversiones en este ecosistema en auge es un fiel reflejo de esta tendencia: en los últimos años, el sector atrajo cientos de miles de millones de dólares, y para 2030, el mercado podría superar los u$s820 mil millones.
Un cambio paradigmático
Santiago enfatizó que este fenómeno representa, sin lugar a dudas, un cambio de paradigma.
No se trata solamente de una transición tecnológica, sino de una transformación estructural en cómo se entiende y valora la información.
"El desafío es que este cambio no sea una simple transición desde lo analógico, sino una verdadera transformación que permita repensar los modelos actuales", plantea Santiago.
A nivel global, el empresario observa cómo los datos están modificando la soberanía de los países: "Hoy, tener tu propio modelo de IA es casi como tener una frontera digital. Si un país no desarrolla su infraestructura, dependerá de la de otros, con todos los sesgos culturales y geopolíticos que eso implica".
Regulación de la inteligencia artificial: ¿límite o necesidad?
El auge de la IA también generó inquietudes sobre su impacto.
Santiago recuerda la carta firmada por más de 2.000 líderes globales en 2023 que pedía establecer límites claros no alcanzó grandes repercusiones con el correr del tiempo.
Sin embargo, la velocidad del avance tecnológico superó cualquier intento de regulación inmediata.
En este contexto, Argentina enfrenta desafíos particulares.
Para Santiago, en Latinoamérica prevalece una mentalidad de "copiar y pegar" modelos legislativos de Europa o Estados Unidos, lo que a menudo ignora las realidades locales.
"Necesitamos un marco legal que refleje nuestra realidad y sea aplicable a nuestras necesidades", exigió.
Impacto social y económico
La IA no solo afecta la economía; también tiene implicancias sociales profundas. Santiago destaca que, si bien la humanidad pudo sacar a millones de personas de la pobreza en los últimos siglos, las desigualdades persisten. La falta de acceso equitativo a la tecnología y la educación puede agravar estas brechas.
"El desafío no es solo desarrollar tecnologías innovadoras, sino garantizar que estas estén al servicio de un futuro más equitativo", concluyó.
Con la mirada puesta en el futuro, Santex busca liderar un enfoque ético e inclusivo en el uso de la inteligencia artificial, reconociendo que los datos no son solo una moneda, sino también una responsabilidad.